El Supremo de Brasil condena a 10 años de cárcel a José Dirceu

El exministro de la Presidencia con Lula, hallado culpable de corrupción

Juan Arias
Río de Janeiro, El País
El Tribunal Supremo de Brasil ha condenado a José Dirceu, exministro de la Presidencia en el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, a diez años y ocho meses de cárcel como organizador del caso Mensalão, el escándalo de corrupción que sacudió al Ejecutivo brasileño en 2005.


Dirceu fue condenado a siete años y once meses por el cargo de corrupción activa, y a otros dos años y once meses por asociación ilícita. Además, deberá pagar una multa de 676.000 reales (unos 260.000 euros).

En una carta titulada Injusta sentencia, colgada en su blog, Dirceu reitera su “inocencia”, dice que la condena agrava la “infamia” del juicio y acusa al tribunal de violar la Constitución. “Nunca practiqué ningún acto ilícito o ilegal como dirigente del PT, parlamentario o ministro del Estado”, asegura para añadir que fue condenado “sin pruebas”, informa Efe.

La mayoría del tribunal acogió las penas propuestas por el juez instructor, Joaquim Barbosa, que subrayó que la actuación de Dirceu “puso en riesgo las bases del propio sistema democrático”, debido al soborno de parlamentarios, y además “afectó pilares importantísimos de institucionalidad”, informa la agencia Efe. El juez consideró el “papel prominente” de Dirceu “en las actividades de los otros 24 reos” considerados culpables en este caso. Se trata de la primera pena de prisión dictada contra un político en el escándalo, una trama de desvío de recursos públicos urdida por el gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), y de soborno a dirigentes políticos a cambio de su apoyo al Gobierno de Lula en el Congreso.

Además de Dirceu, José Genoino, entonces presidente del PT, fue condenado a seis años y once meses de cárcel, que cumplirá en régimen semiabierto. El extesorero, Delubio Soares, recibió una pena mayor: ocho años y once meses de cárcel.

Dirceu fundó con Lula el PT y llevó al poder al exsindicalista en 2002.

La sesión de la Corte Suprema fue muy tensa, porque no estaba previsto que el juez instructor llegara todavía a los acusados del llamado “núcleo político” de la trama. El magistrado Ricardo Lewandowski, que actúa como revisor del proceso y que anteriormente había exculpado a Dirceu, acusó al juez Barbosa de colar por sorpresa el expediente. Barbosa, conocido por su temperamento fuerte y polémico, le respondió que la única sorpresa era la lentitud a la hora de emitir los votos, que definió como un “juego” para atrasar las condenas.

Lewandowski, que ha sido el magistrado que mayor número de absoluciones ha dictado, se irritó y exigió que el instructor se retractara. Barbosa no lo hizo y Lewandowski como protesta abandonó la sala.

Por la mañana, Barbosa había sido recibido por la presidenta, Dilma Rousseff, a la que invitó a su toma de posesión como presidente del Supremo el día 22. Es la primera vez que la presidencia recae por turno en el primer magistrado negro del tribunal. Rousseff aceptó la invitación de Barbosa.

Dirceu, que ayer tuvo que entregar su pasaporte, al igual que los otros 24 condenados,

ha declarado que acatará la decisión del Supremo pero que se reserva acudir si es preciso a un tribunal internacional para defender su inocencia. El exministro de Lula insiste en que es víctima de un proceso político.

La incógnita ahora es qué hará el Partido de los Trabajadores. Días atrás el partido decidió hacer un manifiesto en contra del proceso en el Supremo, pero, según se ha filtrado, Lula aconsejó esperar hasta conocer la condena del núcleo político: Dirceu; Genoino, expresidente del partido, y Delubio Soares, el extesorero.

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