El código “0” que asignará el censo

La Paz, Página Siete
Ya se ha señalado en estas páginas, con tono crítico, cómo ha sido la organización del censo 2012. Parece que las cosas se hubieran hecho sin planificación y de manera improvisada, por lo menos en la forma cómo se reclutaron, en los últimos días del cronograma, a los empadronadores. No se entiende cómo, habiendo tenido años para prever ese aspecto, y después de posponer por 12 meses el operativo el año pasado, se hubieran hecho las cosas, de todos modos, a última hora. Es también grave la versión de que algunos empadronadores harán el trabajo, directamente, sin capacitación previa. Todo ello, como hemos dicho, afectará la calidad de la información que obtenga el empadronamiento a realizarse en una semana en todo el país.

Otro aspecto menos debatido es el que hizo notar Luis Pereira, que fue director del censo 2001, referido a la decisión del INE de asignar un código “0” a todas las localidades que tienen disputas de límites. Como se estima que 309 municipios tienen entre sí problemas limítrofes (es decir el 92% del total), además de los nueve departamentos, entonces ese código “0” tendrá que aplicarse en innumerables ocasiones. Ello se agrava porque, por cada municipio en problemas, existen varias localidades y pueblos con límites en conflicto. ¿Todas ellas quedarán con su población total “suspendida” hasta que se resuelvan sus problemas de límites? Algunos de esos problemas son centenarios, por lo que se puede pensar que muchos de ellos no se solucionarán todavía por un largo período.

El otro tema relacionado con este código “0” es quién define si existe el problema o no. ¿El empadronador de la comunidad? ¿Bajo algún criterio o sólo por la presión de éstos u otros vecinos? La Paz, por ejemplo, tiene problemas de límites con cinco municipios aledaños. ¿Para todos los casos se usará el mencionado código?

El INE debió mantener la postura que tuvo en 2001: esa entidad no fija los límites de municipios o departamentos y por lo tanto establece resultados basados en su cartografía. Otras instituciones podrían, posteriormente, observar esa asignación, sobre todo apoyados en leyes del Estado.

Este panorama se ve agravado por la decisión del INE de no realizar la encuesta posterior para medir la calidad del empadronamiento. Sus directivos han mencionado confusas razones para ello, todas sin sustento. Que el censo se realice en noviembre (un muy mal mes, como hemos dicho, por ser época de lluvias), no impide que se realice la encuesta usual para estos casos, que mida el grado de cobertura del operativo. La explicación de por qué el INE decidió no realizar esa encuesta podría ser que no desea que se demuestre los problemas que probablemente sucederán.

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