EE UU elige y promueve a nuevos líderes opositores para dirigir la transición siria

Washington critica al CNS, grupo mayoritario opositor, por no avanzar en el proceso de transición
Cientos de opositores y líderes rebeldes se reúnen en Doha para reconducir la revolución

Óscar Gutiérrez
Madrid, El País
A Estados Unidos se le ha agotado la paciencia. El Consejo Nacional Sirio (CNS), que reúne a alrededor del 60% de la oposición política al régimen de Bachar el Asad, tuvo su oportunidad, pero no ha sabido aprovecharla. Y Washington busca sustituto. Así se desprende del viraje dado en la última semana por el Departamento de Estado. "Queremos dejar claro", dijo en una reciente visita a Croacia la máxima representante de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, "que el CNS no puede ser considerado más como el líder visible de la oposición". Todo un dardo envenenado contra la organización que dirige desde Suecia el kurdo Abdulbaset Seida, rostro más conocido hasta ahora del exilio político. Esta semana, cientos de opositores sirios y líderes rebeldes se dan cita en Doha (Catar) para tratar de reconducir la revolución desde el otro lado de la trinchera.


El bofetón de Clinton al CNS solo dejó claro que EE UU ya no cuenta con el liderazgo de una organización en la que el exilio y los Hermanos Musulmanes ocupan un lugar predominante. Los detalles de la nueva postura de Washington los dio el pasado jueves Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estado, en una de las charla diarias con la prensa colgadas en la Red. "Después de muchos meses, el CNS no ha logrado ampliar su liderazgo ni con más gente de dentro, ni con otras etnias, ni de otras geografías". Así que, según explicó Ventrell, el exembajador estadounidense en Siria Robert Ford, que supo enfurecer a Damasco por sus acercamientos a las primeras manifestaciones prodemocráticas, ha contactado con varias personas para presentar sus nombres ante los asistentes al cónclave de Doha -cita que el CNS aprovechará también para renovar su dirección.

"Nos hemos visto con algunos individuos que ya han mostrado liderazgo y que quieren formar parte del futuro de Siria", explicó Ventrell. Individuos que la diplomacia estadounidense ha conocido en conferencias de opositores, pero también dentro del país, donde la voz cantante la lleva el aguerrido Ejército Libre de Siria (ELS) y de donde el CNS está muy desconectado, con la mayor parte de sus miembros en el extranjero. Pese a que formalmente los mandos rebeldes mantienen comunicación con el CNS, que ha llegado a enviar delegaciones a las zonas arrebatadas al régimen, la gestión de la guerra y de la tierra liberada corre a cuenta de los milicianos.

El movimiento de peones desde Washington no ha sentado bien en el seno del CNS. “Esta tutela directa y sus dictados son inaceptables para el pueblo sirio”, reaccionó Zuhair Salem, portavoz de los Hermanos Musulmanes en Londres, en declaraciones recogidas por Al Arabiya. Pero EE UU no va por libre. Diplomáticos estadounidenses, según la versión del Departamento de Estado, están trabajando en este reenfoque junto a otros miembros del Grupo de Amigos del Pueblo Sirio. Y España, de una forma más o menos activa, sigue la estela. El Gobierno español, que recibió en septiembre a una delegación del CNS encabezada por Seida, encuentro que Exteriores aprovechó para anunciar 1,4 millones de euros en ayuda humanitaria, ha llegado ahora a conclusiones similares: el CNS no ha logrado avance alguno en los últimos meses; la guerra se ha enquistado en el frente de Siria, y hay que contactar con otros grupos de la oposición, con la mira puesta especialmente hacia el interior del país.

Una de esas organizaciones opositoras que trabaja desde dentro es el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático, entramado de grupos de izquierda de carácter laico con buenas relaciones con Rusia y China. Su máximo dirigente en el extranjero -reside en París- es el médico y escritor Haytham Manna, quien mantuvo también la semana pasada una reunión con el Ministerio de Asuntos Exteriores español. “La violencia”, insistió Manna, “va a erradicar el discurso político”. El Comité, que sostiene que ha establecido vínculos con algunas brigadas de combatientes, y el CNS no mantienen buenas relaciones. ¿Cuál es su plan? Grosso modo: cese de las hostilidades, diálogo amplio, negociación y transición sin el actual presidente en el poder. “Bachar el Asad ha fracasado en los últimos meses en solucionar los problemas del país”, explicó Manna. “Pertenece al pasado”, añadió, aunque sin descartar que el propio El Asad pueda administrar durante un corto periodo de tiempo -"dos o tres meses", detalló- la transición.

El futuro de Siria para el Comité pasa por un “Gobierno de unidad nacional con un primer ministro de la oposición con amplios poderes”, y elementos del actual régimen –opción que tampoco ve con malos ojos el Gobierno español. “Creemos que hay gente que, como [el vicepresidente] Faruk al Sharie, no está corrupta”. ¿Y cómo se acaba con la violencia con casi 200 muertos al día? “Esperemos a ver los resultados en las elecciones de EE UU”, respondió Manna. “El presidente electo presionará a las fuerzas regionales”.

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