Eduardo Maldonado: “El Silala puede ser la llave para acceder al Océano Pacífico”

Potosí, Fides
Potosino y con la firme convicción de que se debe hacer “todo por la Patria”, el senador Eduardo Maldonado, en entrevista con EL DIARIO, habló sobre el departamento, sus necesidades, el Silala y el partido oficialista en el cual milita, aunque esquivó las respuestas, dejando sabor a poco.


¿Cómo llegó a incursionar a la vida política?
Desde que tenía nueve años me vi impactado por el modelo de vida y de lucha política de Marcelo Quiroga Santa Cruz. En la universidad fui Secretario Ejecutivo de la carrera de Economía y del bloque de estudiantes de Derecho, además del primer secretario del Comité Interfacultativo a cargo de la FUL. En el año 1989 me sugirieron como candidato a diputado por el Partido Socialista 1, pero faltó algunos meses para la edad mínima requerida. Luego fui invitado por el MAS para ser senador por Potosí, ingresé no para ser militante del MAS, sino por ser socialista.

¿Cómo es su labor como legislador alejado de su tierra y de su familia?
No tengo esposa ni hijos, siempre suelo decir que estoy casado con la Patria, hasta que la muerte nos separe. Tengo a mi madre en Potosí y una vez concluido mi mandato, mi mayor deseo es retornar a mi tierra. Mi cargo provocó algo diferente en mi familia, porque cultivamos la cultura musical, algo muy diferente a la política.

En este aniversario de Potosí, ¿cómo ve al departamento?
Tenemos enormes retos que encarar a futuro, el primero es un cambio de actitud. El empobrecimiento de Potosí obedece a una sistemática estructura de saqueo de nuestros recursos naturales desde la Colonia. Esa estructura de explotación minera tenia el deliberado propósito de mantener dividida a la población potosina. Primero hay que construir la unidad a partir del desarrollo, que pasa por la industrialización de la quinua, el aprovechamiento integral de las aguas del Silala, una nueva Ley Minera que dé un régimen justo al departamento, también por los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, el potenciamiento turístico histórico, comunitario y de aventura que tenemos.

¿Cuál es el mayor aporte de Potosí para el país?
Primero un aporte histórico incluso desde la época de la resistencia a la Colonia, los principales caudillos de esta lucha nacieron en Potosí. En las artes tenemos una pleya de intelectuales y artistas que se denominó Gesta Bárbara, a principios del siglo XX, además de los aportes de los músicos potosinos. Respecto al Cerro Rico, hay sentimientos encontrados porque en su momento fue el escenario de una explotación cruel bajo la institución de la mita, pero también con su riqueza alimentó el poder económico del viejo continente y la Revolución Industrial y a la vieja República boliviana y hasta el Estado plurinacional.

¿Cómo observa el conflicto limítrofe pendiente que hay con Oruro? ¿Cuál sería la solución?
Insistimos que la solución sea la justa. La solución debería darse en relación a documentos, si Oruro demuestra que tiene más derechos que Potosí con su documentación, debería hacerse justicia para ellos, de igual manera con Potosí. En su momento criticamos la falta de voluntad política del Ministerio de Autonomías. Ahora tenemos un proyecto de Ley de Delimitación de Unidades Territoriales que contempla un procedimiento para los conflictos interdepartamentales, que prioriza la conciliación y agotando recursos, pasar el caso a la justicia.

¿Cómo asumió su destitución de la Comisión de Constitución cuando se trataba de la Ley 045?
Lo que tenía que decir al respecto, lo dije en una carta abierta al pueblo de Bolivia, que dice sobre todo la verdad. No tengo nada más que decir al respecto.

¿Existe intolerancia o imposición de ideas dentro del Gobierno central?
El proceso de cambio es de propiedad de todo el pueblo boliviano no sólo de un partido político. Este cambio revolucionario que se vive en el país fue sometido a una fuerte presión conspirativa desde la media luna entre el 2006 y el 2009. Es natural que las dirigencias políticas en ese escenario tan especial, no se hayan pronunciado. Con los dos tercios, creo que iba impresa la necesidad de construir un nuevo Estado, pero no debería sorprendernos los conflictos de índole sectorial y regional, porque este Gobierno ha dado curso a la autonomización del país.

¿Qué autocrítica asume como miembro del proceso de cambio?

El proceso de cambio es un nuevo sistema político, con los inéditos dos tercios, pero no es fácil poder concertar criterios, en medio de una herencia de inequidad, de injusticia que nos ha dejado el viejo orden republicano tenemos que armarnos de mucha entereza, apelar a la sabiduría. Tenemos que ser capaces de tener altas dosis democráticas.

El Legislativo ha aprobado cerca de 250 leyes, pero ¿los problemas se solucionan con leyes?

La sola normativa legal no es una solución, pero sí genera certidumbre. En el tema minero urge una Ley Minera, de no existir ésta con reglas claras, seguirán habiendo conflictos. Las leyes son necesarias, pero tienen que ir acompañadas por pactos sociales, políticos, económicos.

¿Cómo ve el futuro del país en los siguientes años con un panorama electoral de por medio?

Soy optimista, como socialista yo pienso y confío en la necesidad de construir una sociedad mejor y por lo tanto el optimismo es fundamental para obtener una actitud política de esa naturaleza. En el futuro ampliaremos nuestro ámbito de interacción, de diálogos y de construcción de Estado.

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