Crónica de un día capicúa: Silencio en las calles, fiebre en las redes
La Paz, ANF
El silencio envolvió este miércoles a Bolivia, en una jornada capicúa, “21.11.12”, con un ejército de más de 200.000 encuestadores solitarios recorriendo las calles vacías de cientos de pueblos y ciudades fantasmas a lo largo y ancho del territorio nacional. Un día sin autos ni peatones, sin bocinazos ni pregones callejeros, un día de paz y tranquilidad, pero con altos grados de fiebre e inusitada actividad en las redes sociales.
“Ya me censaron, ¿y ahora qué hago?”, preguntó vía Twitter uno de los cientos de miles de ciudadanos que se vieron obligados a permanecer recluidos en su casa las 24 horas del día. “¡A disfrutar del día en casita!”, respondió otros desde algún punto de la red.
Las ciudades bolivianas amanecieron vacías, con una que otra patrulla policial y brigadas de encuestadores con sus boletas censales bajo el brazo.
“No hay un alma en las calles de Bolivia. Silencio asusta. Disciplina digna de elogio y acatamiento patriótico para el censo 2012”, describía en un tweet el periodista Ricardo Bajo.
Evo Morales fue el primer censado, poco después de las 8:00 de la mañana, en la residencia presidencial de San Jorge. “Vivo solo”, declaró al encuestador. Un “tuitero” se preguntó qué habrá respondido el mandatario sobre su residencia: ¿propia o alquilada?, ya que no existe la opción “prestada”.
Los ciudadanos, convertidos en “periodistas de ocasión”, transmitieron el censo en vivo y en directo a través de Twitter y Facebook. Con mensajes de 140 caracteres, los “tuiteros” informaron sobre los pequeños detalles que dieron forma al evento. “Silencio en las calles, "ruido" en las redes sociales; vida apagada en las plazas, vida febril en las redes”, escribió el periodista Andrés Gómez Vela.
Muchos ciudadanos denunciaron supuestas anomalías, desde el empadronamiento de vecinos instalados en carpas en El Alto hasta violaciones al Auto de Buen Gobierno por transeúntes y ciclistas en diversos puntos de la ciudad.
John Arandia , periodista y presentador de la televisión, informó desde su cuenta de Twitter: “En El Alto hay por lo menos medio centenar de detenidos. Bicicletas, gente... parece día normal”.
Otros denunciaron la falta de boletas y credenciales para los empadronadores en varios municipios del país. Un funcionario público hizo saber que le obligaron a censar bajo sanción de tres días de descuento.
“Ahora viene la pregunta del millón”, advirtió en tono de broma un empadronador a un empadronado. Se refería a la polémica pregunta 29 de la boleta censal, tema de muchos comentarios en la red.
“¿Pertenece a alguna etnia o raza? Soy el último de mi propia especie”, bromeó un “tuitero”. “El censador me preguntó... se considera de algún pueblo indígena…? Le dije sÍ... Yuracaré Mojeña. “El censador: "¿En serio?". Era extranjera.
Medios y ciudadanos comentaron las respuestas de las autoridades gubernamentales a la pregunta 29, como la del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien dijo ser mestizo con identidad quechua. El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, se declaró mestizo con ascendencia aymara, mientras que sus colegas de Autonomías y Planificación, Claudia Peña y Viviana Caro, respectivamente, dijeron simplemente que no pertenecen a ninguno de los 39 pueblos indígena originario.
El censo desató una hola de buen humor en la red a lo largo de toda la jornada. “Mientras tu me ignoras, el empadronador del censo, quiere saber todo de mi!”, escribió Malena.
“Vive tan solo, pero tan solo, que la única visita que recibió en los últimos 10 años es la censista, su corazón recobró el galope”, bromeó Andrés Gómez Vela. Su colega periodista Rubén Atahuichi registró nuevas palabras: “censuar, censual, censacionalizar”.
“Duda existencial... Esperamos al empadronador Coca Cola o nos adelantamos al fin del mundo y le ofrecemos moqochinchi”, comentó a su vez el analista Roberto Laserna. “El censo es el plan maestro de los Testigos de Jehová para que por fin los dejes entrar en tu casa”, escribió otro “tuitero”.
Hubo alguien que aventuró el resultado del censo: “somos unos 12 millones de bolivianos”, escribió, pero otros, con sentido del humor, dijeron que recién en “unos meses sabremos cuántos estuvimos hoy en prisión domiciliaria”.
Muchos expresaban su impaciencia por la demora de los empadronadores: “De la puerta a la venta, pero no veo a nadie”.
Samuel Doria Medina, retratado junto a los empadronadores y una “ñatita” en el fondo de su estudio, hizo su propio balance: “Ciudadanos abren puertas a Censo, empadronadores buen desempeño, lo demás depende si quienes deciden lo usan con visión de país o de partido”
La red se hizo eco de los incidentes en varios puntos del país, como la retención de algunos empadronadores y el secuestro de boletas en Yucumo, pero también de las buenas noticias: el nacimiento de una docena de niños en plena jornada censal.
El silencio envolvió este miércoles a Bolivia, en una jornada capicúa, “21.11.12”, con un ejército de más de 200.000 encuestadores solitarios recorriendo las calles vacías de cientos de pueblos y ciudades fantasmas a lo largo y ancho del territorio nacional. Un día sin autos ni peatones, sin bocinazos ni pregones callejeros, un día de paz y tranquilidad, pero con altos grados de fiebre e inusitada actividad en las redes sociales.
“Ya me censaron, ¿y ahora qué hago?”, preguntó vía Twitter uno de los cientos de miles de ciudadanos que se vieron obligados a permanecer recluidos en su casa las 24 horas del día. “¡A disfrutar del día en casita!”, respondió otros desde algún punto de la red.
Las ciudades bolivianas amanecieron vacías, con una que otra patrulla policial y brigadas de encuestadores con sus boletas censales bajo el brazo.
“No hay un alma en las calles de Bolivia. Silencio asusta. Disciplina digna de elogio y acatamiento patriótico para el censo 2012”, describía en un tweet el periodista Ricardo Bajo.
Evo Morales fue el primer censado, poco después de las 8:00 de la mañana, en la residencia presidencial de San Jorge. “Vivo solo”, declaró al encuestador. Un “tuitero” se preguntó qué habrá respondido el mandatario sobre su residencia: ¿propia o alquilada?, ya que no existe la opción “prestada”.
Los ciudadanos, convertidos en “periodistas de ocasión”, transmitieron el censo en vivo y en directo a través de Twitter y Facebook. Con mensajes de 140 caracteres, los “tuiteros” informaron sobre los pequeños detalles que dieron forma al evento. “Silencio en las calles, "ruido" en las redes sociales; vida apagada en las plazas, vida febril en las redes”, escribió el periodista Andrés Gómez Vela.
Muchos ciudadanos denunciaron supuestas anomalías, desde el empadronamiento de vecinos instalados en carpas en El Alto hasta violaciones al Auto de Buen Gobierno por transeúntes y ciclistas en diversos puntos de la ciudad.
John Arandia , periodista y presentador de la televisión, informó desde su cuenta de Twitter: “En El Alto hay por lo menos medio centenar de detenidos. Bicicletas, gente... parece día normal”.
Otros denunciaron la falta de boletas y credenciales para los empadronadores en varios municipios del país. Un funcionario público hizo saber que le obligaron a censar bajo sanción de tres días de descuento.
“Ahora viene la pregunta del millón”, advirtió en tono de broma un empadronador a un empadronado. Se refería a la polémica pregunta 29 de la boleta censal, tema de muchos comentarios en la red.
“¿Pertenece a alguna etnia o raza? Soy el último de mi propia especie”, bromeó un “tuitero”. “El censador me preguntó... se considera de algún pueblo indígena…? Le dije sÍ... Yuracaré Mojeña. “El censador: "¿En serio?". Era extranjera.
Medios y ciudadanos comentaron las respuestas de las autoridades gubernamentales a la pregunta 29, como la del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien dijo ser mestizo con identidad quechua. El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, se declaró mestizo con ascendencia aymara, mientras que sus colegas de Autonomías y Planificación, Claudia Peña y Viviana Caro, respectivamente, dijeron simplemente que no pertenecen a ninguno de los 39 pueblos indígena originario.
El censo desató una hola de buen humor en la red a lo largo de toda la jornada. “Mientras tu me ignoras, el empadronador del censo, quiere saber todo de mi!”, escribió Malena.
“Vive tan solo, pero tan solo, que la única visita que recibió en los últimos 10 años es la censista, su corazón recobró el galope”, bromeó Andrés Gómez Vela. Su colega periodista Rubén Atahuichi registró nuevas palabras: “censuar, censual, censacionalizar”.
“Duda existencial... Esperamos al empadronador Coca Cola o nos adelantamos al fin del mundo y le ofrecemos moqochinchi”, comentó a su vez el analista Roberto Laserna. “El censo es el plan maestro de los Testigos de Jehová para que por fin los dejes entrar en tu casa”, escribió otro “tuitero”.
Hubo alguien que aventuró el resultado del censo: “somos unos 12 millones de bolivianos”, escribió, pero otros, con sentido del humor, dijeron que recién en “unos meses sabremos cuántos estuvimos hoy en prisión domiciliaria”.
Muchos expresaban su impaciencia por la demora de los empadronadores: “De la puerta a la venta, pero no veo a nadie”.
Samuel Doria Medina, retratado junto a los empadronadores y una “ñatita” en el fondo de su estudio, hizo su propio balance: “Ciudadanos abren puertas a Censo, empadronadores buen desempeño, lo demás depende si quienes deciden lo usan con visión de país o de partido”
La red se hizo eco de los incidentes en varios puntos del país, como la retención de algunos empadronadores y el secuestro de boletas en Yucumo, pero también de las buenas noticias: el nacimiento de una docena de niños en plena jornada censal.