Corea del Norte repudia un informe de la ONU que denuncia torturas en el país
Nueva York, EP
Las autoridades norcoreanas han repudiado en su totalidad un informe presentado por un responsable de Naciones Unidas que denuncia numerosos casos de abusos y torturas en el país.
El representante especial de Derechos Humanos para Corea del Norte, Marzuki Darusman, denuncia en su informe anual que en el país se hace "amplio uso de los campos para presos políticos", así como "pésimas condiciones de encarcelamiento", y empleo de "trabajos forzados, torturas y castigos físicos".
El representante se declara muy preocupado porque hay "16 millones de personas en Corea del Norte, de un total de 25 millones, que sufren de inseguridad alimentaria y malnutrición a diversos niveles". También consideró desconcertante que el líder del país, Kim Jong Un, haya priorizado el desarrollo militar por encima de las condiciones de vida.
"El lento crecimiento económico derivado de la política militarizada será, desde luego, perjudicial para el bienestar del país", declaró el representante, quien pidió al Gobierno que reexamine su política militar y redestine los recursos suficientes para mejorar las condiciones de vida del país.
"Durante el último año no se ha detectado ningún tipo de mejoría en la situación de Derechos Humanos en el país", declaró Daruman, quien desde su nombramiento en agosto de 2010 no ha podido entrar en el país.
En respuesta, la delegación norcoreana ante Naciones Unidas ha rechazado "categóricamente" el informe, que denunció como un instrumento de presión internacional contra el país.
"Mi delegación rechaza total y categóricamente estas alegaciones, que carecen de base", declaró el delegado norcoreano Kim Song en un comunicado pronunciado ante el comité de los 193 países miembros de la ONU. "El informe es un producto de las políticas hostiles de la Unión Europea y Estados Unidos contra Corea del Norte y es un ejemplo clásico de politización, doble rasero y selectividad sobre la cuestión de los Derechos Humanos", añadió.
El delegado recordó precedentes de cooperación con Naciones Unidas hasta el inicio de las resoluciones condenatorias contra Corea del Norte por parte del organismo internacional en 2006. "No tenemos nada que esconder ni nada que temer. Al contrario, estamos orgullosos de nuestro superior sistema de protección y desarrollo de los derechos humanos en nuestro país, comenzando por nuestros sistemas de educación y cuidados médicos gratuitos", declaró el delegado.
"No reconocemos ni aceptamos el mandato del representante", reiteró. "Esa ha sido nuestra posición principal y no cambiará en el futuro. Si hay países que se esperan cambios en Corea del Norte a través de la presión política, cometen un grave error", declaró.
Las autoridades norcoreanas han repudiado en su totalidad un informe presentado por un responsable de Naciones Unidas que denuncia numerosos casos de abusos y torturas en el país.
El representante especial de Derechos Humanos para Corea del Norte, Marzuki Darusman, denuncia en su informe anual que en el país se hace "amplio uso de los campos para presos políticos", así como "pésimas condiciones de encarcelamiento", y empleo de "trabajos forzados, torturas y castigos físicos".
El representante se declara muy preocupado porque hay "16 millones de personas en Corea del Norte, de un total de 25 millones, que sufren de inseguridad alimentaria y malnutrición a diversos niveles". También consideró desconcertante que el líder del país, Kim Jong Un, haya priorizado el desarrollo militar por encima de las condiciones de vida.
"El lento crecimiento económico derivado de la política militarizada será, desde luego, perjudicial para el bienestar del país", declaró el representante, quien pidió al Gobierno que reexamine su política militar y redestine los recursos suficientes para mejorar las condiciones de vida del país.
"Durante el último año no se ha detectado ningún tipo de mejoría en la situación de Derechos Humanos en el país", declaró Daruman, quien desde su nombramiento en agosto de 2010 no ha podido entrar en el país.
En respuesta, la delegación norcoreana ante Naciones Unidas ha rechazado "categóricamente" el informe, que denunció como un instrumento de presión internacional contra el país.
"Mi delegación rechaza total y categóricamente estas alegaciones, que carecen de base", declaró el delegado norcoreano Kim Song en un comunicado pronunciado ante el comité de los 193 países miembros de la ONU. "El informe es un producto de las políticas hostiles de la Unión Europea y Estados Unidos contra Corea del Norte y es un ejemplo clásico de politización, doble rasero y selectividad sobre la cuestión de los Derechos Humanos", añadió.
El delegado recordó precedentes de cooperación con Naciones Unidas hasta el inicio de las resoluciones condenatorias contra Corea del Norte por parte del organismo internacional en 2006. "No tenemos nada que esconder ni nada que temer. Al contrario, estamos orgullosos de nuestro superior sistema de protección y desarrollo de los derechos humanos en nuestro país, comenzando por nuestros sistemas de educación y cuidados médicos gratuitos", declaró el delegado.
"No reconocemos ni aceptamos el mandato del representante", reiteró. "Esa ha sido nuestra posición principal y no cambiará en el futuro. Si hay países que se esperan cambios en Corea del Norte a través de la presión política, cometen un grave error", declaró.