Cómo Washington puede ayudar a ponerle fin al conflicto entre Gaza e Israel

Redacción
BBC Mundo
En la Franja de Gaza la violencia no cesa. Tras seis días de continuos ataques aéreos y más de cien muertos, la comunidad internacional empieza a hacerse una pregunta: ¿qué puede hacer Estados Unidos, un jugador clave en la región, para ayudar a detener la crisis?
EE.UU. tiene un peso geopolítico muy relevante en la región, en particular por su cercanía histórica y económica tanto con Israel como con Egipto, dos países con visiones contrarias sobre el actual conflicto.


Pero Washington se enfrenta a un panorama nuevo en esa zona, pues ese peso se ha visto afectado tras la llegada del nuevo gobierno egipcio y por las discrepancias del presidente Barack Obama con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Eso sin contar la mala imagen que tiene el país en el mundo árabe.
"La credibilidad de EE.UU. está dañada", le dice a BBC Mundo Jeremy Ben Ami, analista de la organización proisraelí J Street, que aboga por que Washington apoye "vigorosamente" un cese el fuego en la región.
"Entonces, es muy importante que EE.UU. juegue el rol que se espera de la única superpotencia mundial", añade.


La clave está en la región

El cese el fuego

Ban Ki Moon y Mohamed Kamel Amr
Israel y Hamas ya presentaron sus condiciones para una tregua.
Hamas demandó que se levante el bloqueo de Israel a Gaza, mientras Israel insistió que deben parar los ataques con misiles desde Gaza.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, se encuentra en la región y mantuvo conversaciones con altos funcionarios egipcios en Cairo (foto).
Se cree que Ban visitará Jerusalén y Cisjordania, mas no Gaza y que se reunirá con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmoud Abbas, para fomentar un cese el fuego.
La Unión Europea también apoyó el cese el fuego y valoró los esfuerzos de Egipto y los otros mediadores.
El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, quien lidera estos esfuerzos, dijo que un acuerdo puede estar cerca.

A Obama, la crisis entre los israelíes y los palestinos lo encontró de gira por Tailandia, Birmania y Camboya, su primer tour desde que fue reelegido.
En Bangkok enunció su apoyo a Israel, mientras de camino a Phnom Penh se conoció la posición de su gobierno.
Obama aclaró que apoya "el derecho de Israel a defenderse" y que el detonante del conflicto, en su opinión, fueron los ataques de Hamas, grupo al que considera terrorista.
Luego, a bordo del avión presidencial, el asesor adjunto de seguridad nacional para las comunicaciones estratégicas, Ben Rhodes, explicó que la posición "sigue siendo que los países que tienen influencia sobre Hamas, principalmente Egipto y Turquía pero también Qatar, tienen que usar esa influencia para reducir el conflicto".
El presidente Obama se comunicó este lunes con Netanyahu -para recibir las últimas noticias de lo que ocurre en la zona- y con el presidente egipcio, Mohamed Morsi, con quien resaltó la necesidad de que Hamas finalice sus ataques a Israel.
No es coincidencia que haya hablado con estos dos líderes en este momento del conflicto.
Después de todo, ambos han sido aliados políticos y económicos (ver recuadro).
Israel, además, ha sido el mayor receptor de ayuda extranjera de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor parte de esa asistencia bilateral es militar, según un informe de marzo de 2012 del Servicio de Investigaciones del Congreso de EE.UU.
Y entre esa ayuda está el sistema antimisiles Iron Dome o Domo de Hierro, que hasta ahora ha sido el arma crucial de Israel.
"Estados Unidos tiene una influencia enorme en Israel, pero ciertamente también tiene influencia en Egipto, incluso bajo el liderazgo actual de Morsi", le dice a BBC Mundo Aram Nerguizian, analista de seguridad y desarrollo militar del Medio Oriente en el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés), con sede en Washington.
Pero la posición de EE.UU. es contraria a la de Cairo: mientras Obama apoyó el derecho de Israel a defenderse y culpa a Hamas, Egipto -además de Turquía y Qatar- ha condenado con vehemencia las acciones de Israel.

Presente y futuro

Nerguizian explica que, más allá de la influencia que pueda ejercer en Israel y Egipto, EE.UU. no tiene muchas más opciones en esta fase de la crisis.

Relaciones crispadas

Obama y Netanyahu
A pesar del apoyo actual de EE.UU. a Israel, se ha informado que Obama y Netanyahu discrepan en temas clave para la región, como el programa nuclear de Irán y los asentamientos judíos en los territorios ocupados.
Obama asegura que la relación está en "buen estado" pero no ha visitado Israel durante su gobierno.
Por su parte, Egipto ha sido un aliado cercano de EE.UU. desde el acuerdo de paz entre Egipto e Israel, en 1979, y luego durante la presidencia de Hosni Mubarak.
Pero el levantamiento del año pasado y la resurgimiento de la Hermandad Musulmana generaron dudas sobre la relación.
En septiembre, Obama dijo que no considera a Egipto un aliado ni un enemigo, y agregó que la relación es un "trabajo en marcha".
"En un contexto postelectoral y en una época de continuas preguntas sobre la seguridad nacional y la política doméstica, no sé si el gobierno de EE.UU. puede haber hecho algo más".
Resalta, además, que ha pasado apenas una semana desde el comienzo de la violencia y agrega que "claramente hay un deseo en la región de que EE.UU. juegue un rol mucho más amplio".
"Lo que ha hecho EE.UU. es no reaccionar demasiado abiertamente y mantener el apoyo fuerte a su aliado, Israel", dice.
Ben Ami, en cambio, cree que la reacción de EE.UU. ha sido "buena y activa".
"Parece que el gobierno de Obama está trabajando activamente con los egipcios, los israelíes y las terceras partes implicadas".
"No creo que vaya a haber un acuerdo sin la participación activa de Estados Unidos".
En lo que ambos analistas coinciden es que no hay que perder de vista el largo plazo ante los ataques aéreos de la actualidad.
"La visión más amplia a largo plazo es que haya algún tipo de reanudación de las negociaciones entre los israelíes y los palestinos", dice Nerguizian.
"Para ello se necesita que el primer ministro de Israel tenga una buena relación con la Casa Blanca, algo que no ha pasado entre Obama y Netanyahu".
"Pero eso no significa no haya oportunidades para fortalecer esa relación".
Por su parte, Ben Ami hace hincapié en que la clave -más allá de la crisis actual en Gaza- es buscar que el conflicto histórico termine con la creación de los dos estados.
"Es muy importante terminar la violencia, pero es más importante aún enfocarnos en la necesidad de encontrar una respuesta política a un problema que no se puede solucionar con la fuerza".

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