Colombia y FARC hacen receso en diálogo paz sin avances concretos

La Habana, Reuters
El Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC concluyeron el jueves la primera ronda de conversaciones de paz en Cuba, sin que todavía hayan logrado algún acuerdo concreto en el cuarto intento oficial por poner fin a medio siglo de conflicto interno en la nación sudamericana.


El ex vicepresidente colombiano Humberto de la Calle, jefe de la delegación gubernamental, dijo que los primeros 10 días de negociaciones "han avanzado dentro de lo previsto" y planean reanudar el proceso en La Habana el 5 de diciembre.

"No trasladaremos las conversaciones de la mesa a los micrófonos. Más que discursos queremos resultados concretos y ese es nuestro norte: avanzar dentro del marco del acuerdo general y la discusión de la agenda pactada", dijo de la Calle en una breve intervención en la que no admitió preguntas.

"Cuando haya información relevante de las conversaciones la haremos pública de manera oportuna", agregó el político, quien mostró un tono moderado al reiterar que "esperan" alcanzar acuerdos que lleven a una paz "duradera y estable".

Por su parte, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) consideraron exitosa esta primera ronda de conversaciones en la que destacaron que pese a las posiciones históricamente enfrentadas, el ambiente ha sido bueno compartiendo incluso chistes y risas.

"(El receso es) tiempo para reflexionar, para construir nuevos elementos de convergencia (...) el logro de la paz es un deber impostergable, pues Colombia no aguanta más masacres", dijo Luciano Marín, alias Iván Márquez, líder del equipo de los rebeldes en conferencia de prensa.

Por el momento, los únicos pactos públicos alcanzados han sido la organización de un foro en diciembre sobre el tema agrario en Bogotá y la creación de una página web para facilitar la participación de la ciudadanía (www.mesadeconversaciones.com.co).

Durante este primer acercamiento, las FARC declararon un cese al fuego unilateral de dos meses y liberaron a los últimos rehenes de alto nivel que mantenían en su poder como gestos de buena voluntad, pese a que el presidente Juan Manuel Santos se ha negado en redondo a relajar la ofensiva militar en Colombia.

La guerrilla dijo que propondrá al Gobierno "al menos" lograr un acuerdo que humanice la confrontación armada mientras duran los acercamientos.

El primer intento de paz entre los rebeldes marxistas y el Gobierno en una década se inició en la isla el 19 de noviembre con una agenda de cinco puntos a discutir: desarrollo agrario, participación política de los guerrilleros, fin del conflicto, narcotráfico y resarcimiento a las víctimas.

CONSTRUIR CONFIANZA

Bajo la modalidad de "nada está acordado hasta que todo esté acordado", ambas partes han mantenido una discreción total y nada se ha filtrado a los medios sobre el avance de las discusiones, que hasta el momento sólo han abordado el primer punto de la agenda sobre "desarrollo agrario integral".

El hermetismo ha sido uno de los grandes éxitos de la mesa de diálogo, luego de que el anterior intento por poner fin a la sangrienta guerra interna de Colombia, que ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados desde su inicio en 1964, naufragó en parte por la presión mediática.

En esta ocasión uno de los puntos más delicados en las conversaciones es la cuestión del tiempo. Mientras el presidente Santos espera que el proceso sea expedito y se lleguen a compromisos en menos de un año, los insurgentes reiteraron el jueves que se tomará "todo el tiempo que sea necesario".

"Esto nada más comienza. Once días serían mucho tiempo para construir una casita pequeñita, pero para construir unos diálogos (de paz) es el inicio", dijo Ricardo Téllez, alias Rodrigo Granda, conocido como "el canciller" de las FARC.

"Ha quedado espacio incluso para la risa, para el chiste, hemos ido construyendo confianza que esto es demasiado importante. No se olviden que somos dos partes que venimos de un conflicto que todavía no termina", acotó.

También tuvieron palabras de elogio para sus homólogos en las conversaciones, entre ellos un líder empresarial, un ex ministro, y dos generales retirados, mientras lanzaron duros dardos a miembros del Gobierno de Santos -sin nombrar a ninguno en concreto- a los que calificaron como "loquitos" y "bocones".

Desde que en septiembre el Gobierno y guerrilla pactaran iniciar el diálogo directo -con el respaldo de Cuba y Noruega y el acompañamiento de Venezuela y Chile-, ambas partes se han mostrado moderadamente esperanzadas sobre la posibilidad de poner fin al conflicto armado más prolongado de la región.

Pese a ello, los primeros compases de la mesa de diálogo no han estado exentos de polémicas que muestran la dificultad que entraña el proceso. Los guerrilleros acusaron al ministro de Defensa colombiano de sabotear el diálogo de paz mientras que el Ejército señaló a los rebeldes de incumplir su propia tregua.

Una década de ofensiva militar colombiana respaldada por Estados Unidos ha debilitado a las FARC, acusadas de financiarse con el narcotráfico, los secuestros y la extorsión, aunque expertos aseguran que el grupo todavía tiene capacidad para realizar ataques de alto impacto.

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