Objetivo: Acabar con Al Qaeda en Malí

La ONU abre la vía para intervenir militarmente en el norte del país africano
El Consejo de Seguridad aprueba una resolución impulsada por Francia


Ignacio Cembrero 
Madrid, El País

El máximo órgano de Naciones Unidas ha despejado el camino para que una intervención militar desaloje a los grupos terroristas, con Al Qaeda a la cabeza, que desde marzo se han adueñado del norte de Malí, un territorio semidesértico tan extenso como España e Italia juntas.


A instancias de Francia, respaldada por Sudáfrica y Togo, el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad el viernes por la noche una resolución en la que da 45 días a los 15 países de África Occidental (Cedeao) para que le sometan “recomendaciones detalladas y prácticas” sobre cómo proyecta actuar militarmente en el norte de Malí.

Horas antes de que se adoptase la resolución el presidente francés, François Hollande, hizo una defensa encendida de su iniciativa en la televisión France 24: “Dejar que Al Qaeda avance en el Sahel haría correr riesgos a mi país, porque el terrorismo puede venir de allí”.

Desde hace casi siete meses los 830.000 kilómetros cuadrados de la franja septentrional de Malí están en manos de la rama magrebí de Al Qaeda, probablemente la organización terrorista más rica del mundo; del misterioso Movimiento para la Unidad de la Yihad en África Occidental (MUYAO), que secuestró a dos cooperantes españoles, y de Ansar Dine, un grupo tuareg que ha optado por un islam radical.

Cuando, a finales de noviembre, obtenga la información requerida, el Consejo de Seguridad “responderá a la petición” del Gobierno de Malí, que en septiembre solicitó a la ONU su visto bueno para reconquistar esa extensa zona septentrional con la ayuda de países africanos. Con este requisito previo, los 15 miembros del Consejo intentan forzar a los Estados de África Occidental a coordinarse y trabajar con seriedad.

Para garantizar el éxito de la operación militar en ciernes, el Consejo pide, especialmente a la Unión Europea y a la ONU, que proporcionen material militar y entrenen a los 7.500 hombres del maltrecho Ejército de Malí, derrotado en marzo por los terroristas.

Los ministros de Exteriores de los Veintisiete debatirán el lunes sobre la puesta en pie de una misión, que empezará con el envío de 150 instructores militares, y que se parecerá a la que lanzó hace dos años en Uganda para formar a las fuerzas de seguridad de la vecina Somalia. Todo esto llevará meses, por lo que es improbable que la ofensiva antiterrorista empiece antes de un año.

Para debilitar al bando al que se atacará, el Consejo insta además al Gobierno maliense a desarrollar una “negociación creíble” con los tuaregs e intentar disociarles de Al Qaeda y del MUYAO. Advierte además a los militares de Malí, que en marzo dieron un golpe de Estado pero después abandonaron el poder, que deben abstenerse de cualquier injerencia política.

Para, por último, diseñar una estrategia global para la región del Sahel, a la que pertenece Malí, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha nombrado a un enviado especial, Romano Prodi, exjefe de Gobierno de Italia. La decisión ha sido muy alabada por la diplomacia española.

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