Obama declara Nueva York zona catastrófica
EEUU, AFP
Barack Obama ha declarado este martes "zona catastrófica" las áreas de Nueva York y Nueva Jersey afectadas por los fuertes vientos y anegadas por la marejada del ciclón 'Sandy'. La declaración, difundida por la Casa Blanca, pone a disposición de los gobiernos y comunidades locales los fondos, equipos y personal del Gobierno Federal necesarios para afrontar las consecuencias del desastre y socorrer a los damnificados por la tormenta, que ha matado en EE UU a 16 personas y a una persona en Canadá.
La tormenta ha dejado a millones de personas sin suministro de electricidad desde Maine a Carolina del Norte, ha forzado la suspensión de más de 13.000 vuelos de aerolíneas comerciales en más de una docena de aeropuertos del Este del país, y mantiene suspendidas las actividades de los gobiernos en la región. El Servicio de Pronósticos Hidrometeorológicos ha indicado este martes que el centro del ciclón post tropical se mueve por el sur de Pensilvania y podría dirigirse el miércoles hacia Canadá.
A su paso por el Caribe, como huracán, 'Sandy' ha dejado al menos 16 muertos como consecuencia del paso de la tormenta 'Sandy' por la costa este de Estados Unidos, lo que eleva el balance total de víctimas en el continente a 84, tras las 67 que había dejado en días anteriores en el Caribe, 51 de ellas en Haití.
De momento, la reducción del nivel de las aguas, que gracias al descenso de la marea han bajado casi dos metros en el Bajo Manhattan desde su punto culminante, ha relajado un poco la situación, si bien algunas rachas de viento que todavía persisten hoy, próximas a los 100 kilómetros por hora, recuerdan que 'Sandy' sigue cerca.
La profecía
Tan pronto como 'Sandy' tocó tierra cerca de Atlantic City se cumplió la profecía. La marea que empujaba sus vientos racheados de hasta 130 kilómetros por hora empujó las aguas del mar hasta la especie de estuario que forma el llamado 'Río del Este'. Atrapadas entre el embudo que separa Brooklyn de Manhattan las aguas del mar se desbordaron en paralelo al emblemático edificio de Naciones Unidas y se abalanzaron sobre Manhattan a la altura de la Calle 18.
La Avenida C se convirtió rápidamente en un río que apagó de golpe la central eléctrica de la Calle 14 y arrastró a su paso las furgonas de la Policía aparacadas en la Calle 8. Era un fuerte revés para las autoridades. Esa comisaría abierta de improviso la noche del 11-S del 2001, en medio de la tragedia, había sido concebida como uno de los principales centros de emergencia para este nuevo desastre. El caño de agua se desbordaba a izquierda y derecha de la Avenida C, repartiendo inundaciones por las calles del llamado 'Alphabet City', alma del barrio bohemio del East Village. La dimensión de la catástrofe era peor de lo anticipado. Las autoridades habían contemplado la evacuación obligatoria de las viviendas de protección oficial en la Avenida D, la última frontera de Manhattan, pero no pensaron que llegaría tan lejos.
Manhattan, a oscuras
"¡Me siento como en el Titanic!", decía en estado de shock uno de los vecinos, mientras veía subir el agua. Las basuras de las calabazas de Halloween flotaban por el nuevo río. Las alarmas de los coches se dispararon y los vecinos se agolpaban a oscuras en los bajos, decidiendo qué hacer.
El rumor era que lo peor está por llegar. Los expertos decían que la riada de agua había llegado con la marea baja y dentro de ocho horas volvería a subir, impulsando todavía más agua en esta esquina de la Gran Manzana. 'Sandy' ya no es huracán sino una potente tormenta tropical. Lejos de desaparecer, la presencia de otros dos fenómenos atmosféricos al norte y al oeste la obligarán a pasar varios días sobre Nueva Jersey descargando agua y vientos racheados. El aire frío de estos hace que las temperaturas de 'Sandy' ya no se parezcan en nada a las del trópico, especialmente para quienes caminaban esta noche hundidos en agua hasta la cintura, intentanto escapar de su maldición.
En el edificio donde vive esta corresponsal los generadores habían quedado bajo el agua y se filtraba a caños por las paredes. Incapaz de hacer funcionar las aguas para evacuarla, el portero llamó a emergencias. "Necesito que me manden ayuda", suplicó a la empresa propietaria de este y varios edificios de Manhattan. "Imposible llegar hasta ahí", fue la respuesta. "Haz lo mejor que puedas". La Policía tenía bastante con intentar rescatar sus instalaciones y los bomberos no dan abasto. La principal preocupación, además de evitar pérdidas humanas y restablecer el fluido eléctrico, era contener la inundación de agua salada que a esta horas corroe las instalaciones del metro y amenaza con no poder restablecer el servicio.
La empresa eléctrica Con Edison, encargada de la mayor parte del suministro de Nueva York, ha cortado el suministro eléctrico en parte del sur de la isla de Manhattan, lo que ha dejado a cerca de 250.000 hogares sin luz. El objetivo de este cierre preventivo es evitar daños devastadores en los equipos eléctricos, que a menudo se encuentran construidos bajo tierra, por lo que son mucho más vulnerables si se inundan cuando están encendidos, lo que permitiría además recuperar antes el suministro. El corte afecta a dos áreas: la primera abarca la parte norte de la calle Frankfort, el oeste de William Street, el sur de Wall Street y el River East; mientras que la segunda comprende el oeste de Broadway, el norte de Wall Street y el extremo sur de Manhattan. Esta zona incluye algunos edificios de gran importancia en la ciudad como el Banco de la Reserva Federal y la Bolsa de Nueva York.
Evacuación de un hospital
Más de 200 pacientes de un hospital están siendo evacuados después de que el centro se quedara sin electricidad y sufriera una avería en su generador de emergencia. El decano del Langone Medical Hospital ha anunciado esta medida especial y ha explicado que se han evacuado primero a los enfermos más graves o delicados.
El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, ha escrito en su cuenta de twitter que "las cosas se han vuelto difíciles esta noche en Nueva York. Vamos a salir de esto juntos, como siempre hacemos los neoyorkinos". En su primera conferencia de prensa después de que 'Sandy' haya tocado tierra, Bloomberg ha vuelto pedir a la población que permanezca en sus casas y ha afirmado que la lluvia ya ha pasado y el oleaje debería frenarse en las próximas horas. También ha precisado que el número de emergencias está recibiendo unas 10.000 llamadas a la hora y ha urgido a los neoyorkinos a que lo utilicen solo se si trata de una situación realmente urgente.
Vuelos cancelados
Las aerolíneas que operan en la costa este de EE UU se han visto obligadas a cancelar alrededor de 14.000 vuelos desde el pasado sábado ante la llegada de 'Sandy'. La mayoría de las cancelaciones han tenido lugar en el aeropuerto internacional de Filadelfia (1.259), así como el de La Guardia y el John F. Kennedy en Nueva York y el de Newark en Nueva Jersey (1.100, entre los tres).
Los tres principales aeropuertos de Nueva York no operan vuelos debido a los fuertes vientos y a que las lluvias han inundado algunas pistas de aterrizaje. En la costa este también se han visto afectados los aeropuertos de Ronald Reagan en el área metropolitana de Washington, el aeropuerto internacional Logan de Boston, el aeropuerto internacional Dulles (Virginia) o Cleveland Hopinks, en Ohio.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha declarado más preocupado por la seguridad de los ciudadanos ante la llegada del huracán 'Sandy' a la costa este que por su impacto en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. "No estoy preocupado por el impacto del huracán en las elecciones. Estoy preocupado por el impacto en la gente de la trayectoria de la tormenta", ha dicho en una declaración en la Casa Blanca tras regresar de Florida, donde tenía previsto un acto electoral que canceló por el huracán. "Esta es una tormenta grave y podría tener consecuencias potencialmente mortales si la gente no toma medidas con la suficiente rapidez", ha resaltado.
Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, han declarado el estado de emergencia para prepararse ante la tormenta y han pedido a los residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos. Las autoridades han recomendado a la población de esta vasta región que esté preparada para cortes del suministro de electricidad e inundaciones.
Barack Obama ha declarado este martes "zona catastrófica" las áreas de Nueva York y Nueva Jersey afectadas por los fuertes vientos y anegadas por la marejada del ciclón 'Sandy'. La declaración, difundida por la Casa Blanca, pone a disposición de los gobiernos y comunidades locales los fondos, equipos y personal del Gobierno Federal necesarios para afrontar las consecuencias del desastre y socorrer a los damnificados por la tormenta, que ha matado en EE UU a 16 personas y a una persona en Canadá.
La tormenta ha dejado a millones de personas sin suministro de electricidad desde Maine a Carolina del Norte, ha forzado la suspensión de más de 13.000 vuelos de aerolíneas comerciales en más de una docena de aeropuertos del Este del país, y mantiene suspendidas las actividades de los gobiernos en la región. El Servicio de Pronósticos Hidrometeorológicos ha indicado este martes que el centro del ciclón post tropical se mueve por el sur de Pensilvania y podría dirigirse el miércoles hacia Canadá.
A su paso por el Caribe, como huracán, 'Sandy' ha dejado al menos 16 muertos como consecuencia del paso de la tormenta 'Sandy' por la costa este de Estados Unidos, lo que eleva el balance total de víctimas en el continente a 84, tras las 67 que había dejado en días anteriores en el Caribe, 51 de ellas en Haití.
De momento, la reducción del nivel de las aguas, que gracias al descenso de la marea han bajado casi dos metros en el Bajo Manhattan desde su punto culminante, ha relajado un poco la situación, si bien algunas rachas de viento que todavía persisten hoy, próximas a los 100 kilómetros por hora, recuerdan que 'Sandy' sigue cerca.
La profecía
Tan pronto como 'Sandy' tocó tierra cerca de Atlantic City se cumplió la profecía. La marea que empujaba sus vientos racheados de hasta 130 kilómetros por hora empujó las aguas del mar hasta la especie de estuario que forma el llamado 'Río del Este'. Atrapadas entre el embudo que separa Brooklyn de Manhattan las aguas del mar se desbordaron en paralelo al emblemático edificio de Naciones Unidas y se abalanzaron sobre Manhattan a la altura de la Calle 18.
La Avenida C se convirtió rápidamente en un río que apagó de golpe la central eléctrica de la Calle 14 y arrastró a su paso las furgonas de la Policía aparacadas en la Calle 8. Era un fuerte revés para las autoridades. Esa comisaría abierta de improviso la noche del 11-S del 2001, en medio de la tragedia, había sido concebida como uno de los principales centros de emergencia para este nuevo desastre. El caño de agua se desbordaba a izquierda y derecha de la Avenida C, repartiendo inundaciones por las calles del llamado 'Alphabet City', alma del barrio bohemio del East Village. La dimensión de la catástrofe era peor de lo anticipado. Las autoridades habían contemplado la evacuación obligatoria de las viviendas de protección oficial en la Avenida D, la última frontera de Manhattan, pero no pensaron que llegaría tan lejos.
Manhattan, a oscuras
"¡Me siento como en el Titanic!", decía en estado de shock uno de los vecinos, mientras veía subir el agua. Las basuras de las calabazas de Halloween flotaban por el nuevo río. Las alarmas de los coches se dispararon y los vecinos se agolpaban a oscuras en los bajos, decidiendo qué hacer.
El rumor era que lo peor está por llegar. Los expertos decían que la riada de agua había llegado con la marea baja y dentro de ocho horas volvería a subir, impulsando todavía más agua en esta esquina de la Gran Manzana. 'Sandy' ya no es huracán sino una potente tormenta tropical. Lejos de desaparecer, la presencia de otros dos fenómenos atmosféricos al norte y al oeste la obligarán a pasar varios días sobre Nueva Jersey descargando agua y vientos racheados. El aire frío de estos hace que las temperaturas de 'Sandy' ya no se parezcan en nada a las del trópico, especialmente para quienes caminaban esta noche hundidos en agua hasta la cintura, intentanto escapar de su maldición.
En el edificio donde vive esta corresponsal los generadores habían quedado bajo el agua y se filtraba a caños por las paredes. Incapaz de hacer funcionar las aguas para evacuarla, el portero llamó a emergencias. "Necesito que me manden ayuda", suplicó a la empresa propietaria de este y varios edificios de Manhattan. "Imposible llegar hasta ahí", fue la respuesta. "Haz lo mejor que puedas". La Policía tenía bastante con intentar rescatar sus instalaciones y los bomberos no dan abasto. La principal preocupación, además de evitar pérdidas humanas y restablecer el fluido eléctrico, era contener la inundación de agua salada que a esta horas corroe las instalaciones del metro y amenaza con no poder restablecer el servicio.
La empresa eléctrica Con Edison, encargada de la mayor parte del suministro de Nueva York, ha cortado el suministro eléctrico en parte del sur de la isla de Manhattan, lo que ha dejado a cerca de 250.000 hogares sin luz. El objetivo de este cierre preventivo es evitar daños devastadores en los equipos eléctricos, que a menudo se encuentran construidos bajo tierra, por lo que son mucho más vulnerables si se inundan cuando están encendidos, lo que permitiría además recuperar antes el suministro. El corte afecta a dos áreas: la primera abarca la parte norte de la calle Frankfort, el oeste de William Street, el sur de Wall Street y el River East; mientras que la segunda comprende el oeste de Broadway, el norte de Wall Street y el extremo sur de Manhattan. Esta zona incluye algunos edificios de gran importancia en la ciudad como el Banco de la Reserva Federal y la Bolsa de Nueva York.
Evacuación de un hospital
Más de 200 pacientes de un hospital están siendo evacuados después de que el centro se quedara sin electricidad y sufriera una avería en su generador de emergencia. El decano del Langone Medical Hospital ha anunciado esta medida especial y ha explicado que se han evacuado primero a los enfermos más graves o delicados.
El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, ha escrito en su cuenta de twitter que "las cosas se han vuelto difíciles esta noche en Nueva York. Vamos a salir de esto juntos, como siempre hacemos los neoyorkinos". En su primera conferencia de prensa después de que 'Sandy' haya tocado tierra, Bloomberg ha vuelto pedir a la población que permanezca en sus casas y ha afirmado que la lluvia ya ha pasado y el oleaje debería frenarse en las próximas horas. También ha precisado que el número de emergencias está recibiendo unas 10.000 llamadas a la hora y ha urgido a los neoyorkinos a que lo utilicen solo se si trata de una situación realmente urgente.
Vuelos cancelados
Las aerolíneas que operan en la costa este de EE UU se han visto obligadas a cancelar alrededor de 14.000 vuelos desde el pasado sábado ante la llegada de 'Sandy'. La mayoría de las cancelaciones han tenido lugar en el aeropuerto internacional de Filadelfia (1.259), así como el de La Guardia y el John F. Kennedy en Nueva York y el de Newark en Nueva Jersey (1.100, entre los tres).
Los tres principales aeropuertos de Nueva York no operan vuelos debido a los fuertes vientos y a que las lluvias han inundado algunas pistas de aterrizaje. En la costa este también se han visto afectados los aeropuertos de Ronald Reagan en el área metropolitana de Washington, el aeropuerto internacional Logan de Boston, el aeropuerto internacional Dulles (Virginia) o Cleveland Hopinks, en Ohio.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha declarado más preocupado por la seguridad de los ciudadanos ante la llegada del huracán 'Sandy' a la costa este que por su impacto en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. "No estoy preocupado por el impacto del huracán en las elecciones. Estoy preocupado por el impacto en la gente de la trayectoria de la tormenta", ha dicho en una declaración en la Casa Blanca tras regresar de Florida, donde tenía previsto un acto electoral que canceló por el huracán. "Esta es una tormenta grave y podría tener consecuencias potencialmente mortales si la gente no toma medidas con la suficiente rapidez", ha resaltado.
Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, han declarado el estado de emergencia para prepararse ante la tormenta y han pedido a los residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos. Las autoridades han recomendado a la población de esta vasta región que esté preparada para cortes del suministro de electricidad e inundaciones.