Los peregrinos lapidan a Satán en La Meca
Rabat, AFP
Aproximadamente 2,5 millones de fieles que realizan el peregrinaje a La Meca iniciaron este viernes el ritual de la lapidación de Satán, en el primer día del Aid al Adha, la fiesta del sacrificio celebrada por los musulmanes en el mundo entero.
Gritando "Alá Akbar" (Dios es el más grande), los creyentes avanzaban por oleadas sucesivas, vigilados por las fuerzas de seguridad, para lanzar piedras contra la gran estela que simboliza a Satán en el valle de Mina, cerca de La Meca, en Arabia Saudí.
"Avanzo para la lapidación. Gracias a Dios, todo se desarrolla bien", dijo Abdalá, un argelino de 35 años que trataba de abrirse camino entre la multitud de peregrinos.
Una lluvia de piedras caía sobre la estela hacia la cual convergían los fieles, cuyo movimiento era controlado por miles de policías y agentes de la defensa civil, así como por cámaras de vigilancia colocadas por las autoridades sauditas para evitar toda estampida. Los helicópteros de la Medialuna Roja saudita y de la defensa civil sobrevolaban el sector.
Abdalá Nur, un indonesio, dijo haber "logrado efectuar el ritual de la lapidación temprano por la mañana, evitando los atascos." "Me alegra haber realizado un sueño de muchos años", agregó. La tradición indica que se deben lanzar siete piedras en el primer día del Aid al Adha contra la gran estela -una columna de 30 metros de altura-, y 21 piedras al día siguiente y dos días después contra la grande, la mediana y la pequeña.
Los fieles habían reunido el jueves al anochecer esas piedras en Muzdalifa, a poca distancia de La Meca, después de haber pasado todo el día rezando en el Monte Arafat. La lapidación de Satán, un ejercicio sumamente peligroso debido a los numerosos peregrinos que convergen hacia el mismo lugar, estuvo marcada en los últimos años por mortíferas estampidas, hasta que las autoridades hicieron obras en la zona.
Ahora los fieles llegan allí a través de un puente de varios niveles y la policía se encarga de mantener la fluidez de la circulación. En total, según las autoridades, unos 168.000 agentes de policía y de la defensa civil fueron movilizados en los Lugares Santos para garantizar el buen desarrollo del hadj, en el cual este año participan más de 1,75 millones de musulmanes llegados del extranjero, además de los fieles del reino saudita, estimados generalmente en unos 700.000.
Después de la lapidación, los peregrinos supuestamente deben inmolar un animal para conmemorar el sacrificio del profeta Abraham, quien según la tradición musulmana se había mostrado dispuesto a matar a su hijo Ismael a pedido de Dios, pero que finalmente sacrificó un cordero gracias a la intervención del ángel Gabriel.
En realidad, los peregrinos compran bonos a las autoridades sauditas, que se encargan de inmolar a las bestias y de congelar sus restos antes de enviarlos como ayuda a los pobres en los países musulmanes.
El peregrinaje, que comenzó el miércoles pasado, no estuvo marcado hasta ahora por ningún incidente importante. "El hadj se desarrolla normalmente y en forma correcta", declaró a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Mansur al Turki. La situación sanitaria también es "excelente", dijo por su parte el portavoz del ministerio de Salud, Jaled Mirghalani, indicando a la AFP que "no se ha registrado ningún caso de epidemia" hasta ahora.
Aproximadamente 2,5 millones de fieles que realizan el peregrinaje a La Meca iniciaron este viernes el ritual de la lapidación de Satán, en el primer día del Aid al Adha, la fiesta del sacrificio celebrada por los musulmanes en el mundo entero.
Gritando "Alá Akbar" (Dios es el más grande), los creyentes avanzaban por oleadas sucesivas, vigilados por las fuerzas de seguridad, para lanzar piedras contra la gran estela que simboliza a Satán en el valle de Mina, cerca de La Meca, en Arabia Saudí.
"Avanzo para la lapidación. Gracias a Dios, todo se desarrolla bien", dijo Abdalá, un argelino de 35 años que trataba de abrirse camino entre la multitud de peregrinos.
Una lluvia de piedras caía sobre la estela hacia la cual convergían los fieles, cuyo movimiento era controlado por miles de policías y agentes de la defensa civil, así como por cámaras de vigilancia colocadas por las autoridades sauditas para evitar toda estampida. Los helicópteros de la Medialuna Roja saudita y de la defensa civil sobrevolaban el sector.
Abdalá Nur, un indonesio, dijo haber "logrado efectuar el ritual de la lapidación temprano por la mañana, evitando los atascos." "Me alegra haber realizado un sueño de muchos años", agregó. La tradición indica que se deben lanzar siete piedras en el primer día del Aid al Adha contra la gran estela -una columna de 30 metros de altura-, y 21 piedras al día siguiente y dos días después contra la grande, la mediana y la pequeña.
Los fieles habían reunido el jueves al anochecer esas piedras en Muzdalifa, a poca distancia de La Meca, después de haber pasado todo el día rezando en el Monte Arafat. La lapidación de Satán, un ejercicio sumamente peligroso debido a los numerosos peregrinos que convergen hacia el mismo lugar, estuvo marcada en los últimos años por mortíferas estampidas, hasta que las autoridades hicieron obras en la zona.
Ahora los fieles llegan allí a través de un puente de varios niveles y la policía se encarga de mantener la fluidez de la circulación. En total, según las autoridades, unos 168.000 agentes de policía y de la defensa civil fueron movilizados en los Lugares Santos para garantizar el buen desarrollo del hadj, en el cual este año participan más de 1,75 millones de musulmanes llegados del extranjero, además de los fieles del reino saudita, estimados generalmente en unos 700.000.
Después de la lapidación, los peregrinos supuestamente deben inmolar un animal para conmemorar el sacrificio del profeta Abraham, quien según la tradición musulmana se había mostrado dispuesto a matar a su hijo Ismael a pedido de Dios, pero que finalmente sacrificó un cordero gracias a la intervención del ángel Gabriel.
En realidad, los peregrinos compran bonos a las autoridades sauditas, que se encargan de inmolar a las bestias y de congelar sus restos antes de enviarlos como ayuda a los pobres en los países musulmanes.
El peregrinaje, que comenzó el miércoles pasado, no estuvo marcado hasta ahora por ningún incidente importante. "El hadj se desarrolla normalmente y en forma correcta", declaró a la AFP el portavoz del ministerio del Interior, Mansur al Turki. La situación sanitaria también es "excelente", dijo por su parte el portavoz del ministerio de Salud, Jaled Mirghalani, indicando a la AFP que "no se ha registrado ningún caso de epidemia" hasta ahora.