La odisea de la ‘Libertad’
Una deuda impagada por el Gobierno argentino a un ‘fondo buitre’ lleva a los acreedores a confiscar la fragata en Ghana
Francisco Peregil
Buenos, El País
Fue un día de fiesta. El sábado 2 de junio a las 15.30 estaban citados varios clubes náuticos en la Dársena Norte del puerto de Buenos Aires para la ceremonia de despedida de la fragata Libertad. Era la “embajadora de buena voluntad” de la nación argentina la que partía, el buque escuela de la Armada argentina, el barco insignia de la Armada. Iba a emprender su viaje número 43 y portaba en sus 183 metros de eslora a 289 marinos argentinos más 23 graduados de Uruguay y de Chile y 13 invitados. Era una fiesta y no había, en principio, razón alguna para ocultar su itinerario. De hecho, se había anunciado en varias publicaciones de Internet para que acudiese todo el mundo a la ceremonia de despedida: la Libertad recalaría en Salvador de Bahía el 14 de junio, en Paramaribo (Surinam) el 2 de julio; en Georgetown (Guyana) el 6 del mismo mes; La Guaira (Venezuela), el 13; Funchal, capital de la isla portuguesa de Madeira, y Lisboa (Portugal), el 7 de agosto. A Cádiz llegaría el 22 de agosto, a Casablanca el 30, a Las Palmas de Gran Canarias el 9 de septiembre. Y a Tema, en Ghana, el 1 de octubre.
Pero, a miles de kilómetros del puerto de Buenos Aires, los abogados del fondo de inversión NML, que reclaman a Argentina una deuda de 284 millones de dólares (218 millones de euros) más intereses, escrutaban el itinerario. Lo hacen cada vez que hay algún viaje oficial de Argentina. Su táctica consiste en tratar de confiscar cualquier bien del Estado argentino que recale en el extranjero. Así que solicitaron el bloqueo del barco en un tribunal de Nueva York, el juez de Nueva York trasladó el pedido a otro de Ghana y desde el 2 de octubre la Libertad permanece confiscada en el puerto de Tema con sus 289 marinos argentinos, más los invitados.
El fondo pide una fianza de 20 millones de dólares que el Gobierno argentino se niega a pagar. Mientras tanto, la estancia en el puerto cuesta unos 50.000 dólares por día. El fondo se ha ofrecido a pagar el pasaje en avión de todos los tripulantes, pero el Gobierno argentino no ha aceptado.
Y mientras tanto, desde los ministerios de Defensa y de Exteriores empezaron a cruzarse acusaciones en la prensa sobre a quién se le había ocurrido que la fragata pasara por Ghana. De momento, la confiscación del barco le ha costado el cargo al jefe de la Armada, Carlos Alberto Paz, y a la jefa de la dirección de Inteligencia Estratégica de Defensa, Lourdes Puente Olivera. Además, han pasado a retiro otros dos altos oficiales de la marina. Hay analistas partidarios de la política del Gobierno que creen que todo el suceso no fue casual, que hubo una especie de confabulación para “entregarle en bandeja el barco a los fondos buitre”.
A raíz de la odisea, la deuda impagada de Argentina en fondos de inversión y organismos internacionales ha vuelto a ocupar titulares en la prensa internacional. De nada han servido las gestiones del vicecanciller Eduardo Zuain y del viceministro de Defensa, Alfredo Fortidos, quienes se desplazaron hasta Ghana para convencer al Gobierno de ese país africano de que la fragata está considerada como barco de guerra y protegida por las convenciones internacionales. Ni el Gobierno argentino ni el de Ghana han convencido hasta ahora al juez Richard Adjei Frimpong, del Tribunal de Comercio de Accra, quien sostiene que el barco carece de inmunidad.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha cargado en numerosas ocasiones contra el acoso al que se ve sometido su país por lo que ella denomina fondos buitre. Pero hay argentinos que no comparten el sentido de esa expresión presidencial. El lector Jorge Luis Cignani escribió esta semana en el diario argentino La Nación: “La fragata Libertad está deshonrosamente confiscada por los mal llamados fondos buitre, a los que cuando les pedimos que invirtieran su dinero no recuerdo que se los llamara fondos paloma”. En la misma sección de Cartas de los Lectores, escribía Santiago Beccar Varela: “Como se ha instalado el uso de la denominación fondos buitre, me gustaría saber el por qué del insulto. Supongo que los bonos fueron emitidos por el Gobierno nacional por necesidad, y alguien los compró y pagó por ellos. Pagar a los tenedores de esos bonos si son de aquí y acusar a los de afuera de ladrones me parece un poco extraño. Alguien los tenía y los vendió. Ahora, si los debo, pero puedo zafar diciendo que son unos ladrones, por lo menos me parece arbitrario. ¿Alguien me puede dar una explicación coherente?”
Cristina Fernández aludió por primera vez esta semana al tema, pero evitó dar muchas explicaciones. Señaló, eso sí, que hay argentinos que hablan como si los juicios planteados por los fondos buitre fueran “contra Cristina Fernández de Kirchner o contra el peronismo”. “Los juicios son contra la República Argentina”, aclaró, “son contra los 40 millones de argentinos. (…) Entonces, cuando uno ve que realmente se ponen increíblemente algunos, muy pocos pero poderosos, del lado de los fondos buitre… Realmente, digo, más que maldad hay irracionalidad, una profunda irracionalidad y un profundo desamor a la Patria y al próximo”.
Los representantes del Gobierno argentino habían acudido a Ghana blandiendo el apoyo de Brasil como gran aliado en sus reclamos. Pero eso no ha bastado hasta el momento. El siguiente paso consiste en reclamar la intervención de la ONU. El juez ghanés Richard Adjei Frimpong tendrá la última palabra.
Francisco Peregil
Buenos, El País
Fue un día de fiesta. El sábado 2 de junio a las 15.30 estaban citados varios clubes náuticos en la Dársena Norte del puerto de Buenos Aires para la ceremonia de despedida de la fragata Libertad. Era la “embajadora de buena voluntad” de la nación argentina la que partía, el buque escuela de la Armada argentina, el barco insignia de la Armada. Iba a emprender su viaje número 43 y portaba en sus 183 metros de eslora a 289 marinos argentinos más 23 graduados de Uruguay y de Chile y 13 invitados. Era una fiesta y no había, en principio, razón alguna para ocultar su itinerario. De hecho, se había anunciado en varias publicaciones de Internet para que acudiese todo el mundo a la ceremonia de despedida: la Libertad recalaría en Salvador de Bahía el 14 de junio, en Paramaribo (Surinam) el 2 de julio; en Georgetown (Guyana) el 6 del mismo mes; La Guaira (Venezuela), el 13; Funchal, capital de la isla portuguesa de Madeira, y Lisboa (Portugal), el 7 de agosto. A Cádiz llegaría el 22 de agosto, a Casablanca el 30, a Las Palmas de Gran Canarias el 9 de septiembre. Y a Tema, en Ghana, el 1 de octubre.
Pero, a miles de kilómetros del puerto de Buenos Aires, los abogados del fondo de inversión NML, que reclaman a Argentina una deuda de 284 millones de dólares (218 millones de euros) más intereses, escrutaban el itinerario. Lo hacen cada vez que hay algún viaje oficial de Argentina. Su táctica consiste en tratar de confiscar cualquier bien del Estado argentino que recale en el extranjero. Así que solicitaron el bloqueo del barco en un tribunal de Nueva York, el juez de Nueva York trasladó el pedido a otro de Ghana y desde el 2 de octubre la Libertad permanece confiscada en el puerto de Tema con sus 289 marinos argentinos, más los invitados.
El fondo pide una fianza de 20 millones de dólares que el Gobierno argentino se niega a pagar. Mientras tanto, la estancia en el puerto cuesta unos 50.000 dólares por día. El fondo se ha ofrecido a pagar el pasaje en avión de todos los tripulantes, pero el Gobierno argentino no ha aceptado.
Y mientras tanto, desde los ministerios de Defensa y de Exteriores empezaron a cruzarse acusaciones en la prensa sobre a quién se le había ocurrido que la fragata pasara por Ghana. De momento, la confiscación del barco le ha costado el cargo al jefe de la Armada, Carlos Alberto Paz, y a la jefa de la dirección de Inteligencia Estratégica de Defensa, Lourdes Puente Olivera. Además, han pasado a retiro otros dos altos oficiales de la marina. Hay analistas partidarios de la política del Gobierno que creen que todo el suceso no fue casual, que hubo una especie de confabulación para “entregarle en bandeja el barco a los fondos buitre”.
A raíz de la odisea, la deuda impagada de Argentina en fondos de inversión y organismos internacionales ha vuelto a ocupar titulares en la prensa internacional. De nada han servido las gestiones del vicecanciller Eduardo Zuain y del viceministro de Defensa, Alfredo Fortidos, quienes se desplazaron hasta Ghana para convencer al Gobierno de ese país africano de que la fragata está considerada como barco de guerra y protegida por las convenciones internacionales. Ni el Gobierno argentino ni el de Ghana han convencido hasta ahora al juez Richard Adjei Frimpong, del Tribunal de Comercio de Accra, quien sostiene que el barco carece de inmunidad.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha cargado en numerosas ocasiones contra el acoso al que se ve sometido su país por lo que ella denomina fondos buitre. Pero hay argentinos que no comparten el sentido de esa expresión presidencial. El lector Jorge Luis Cignani escribió esta semana en el diario argentino La Nación: “La fragata Libertad está deshonrosamente confiscada por los mal llamados fondos buitre, a los que cuando les pedimos que invirtieran su dinero no recuerdo que se los llamara fondos paloma”. En la misma sección de Cartas de los Lectores, escribía Santiago Beccar Varela: “Como se ha instalado el uso de la denominación fondos buitre, me gustaría saber el por qué del insulto. Supongo que los bonos fueron emitidos por el Gobierno nacional por necesidad, y alguien los compró y pagó por ellos. Pagar a los tenedores de esos bonos si son de aquí y acusar a los de afuera de ladrones me parece un poco extraño. Alguien los tenía y los vendió. Ahora, si los debo, pero puedo zafar diciendo que son unos ladrones, por lo menos me parece arbitrario. ¿Alguien me puede dar una explicación coherente?”
Cristina Fernández aludió por primera vez esta semana al tema, pero evitó dar muchas explicaciones. Señaló, eso sí, que hay argentinos que hablan como si los juicios planteados por los fondos buitre fueran “contra Cristina Fernández de Kirchner o contra el peronismo”. “Los juicios son contra la República Argentina”, aclaró, “son contra los 40 millones de argentinos. (…) Entonces, cuando uno ve que realmente se ponen increíblemente algunos, muy pocos pero poderosos, del lado de los fondos buitre… Realmente, digo, más que maldad hay irracionalidad, una profunda irracionalidad y un profundo desamor a la Patria y al próximo”.
Los representantes del Gobierno argentino habían acudido a Ghana blandiendo el apoyo de Brasil como gran aliado en sus reclamos. Pero eso no ha bastado hasta el momento. El siguiente paso consiste en reclamar la intervención de la ONU. El juez ghanés Richard Adjei Frimpong tendrá la última palabra.