España sufre la mayor caída de poder adquisitivo en 27 años

Los salarios pactados en convenios crecieron un 1,3% hasta septiembre
En el mismo mes los precios crecen un 3,4%

Manuel V. Gómez
Madrid, El país
Los salarios están contra las cuerdas. La destrucción de empleo y la recesión obligan a la contención. Pero los precios no dan tregua, se han disparado y dejan atrás a los sueldos a marchas forzadas. Consecuencia: los asalariados pierden poder adquisitivo como no lo habían hecho desde hace décadas. Según el Ministerio de Empleo, los salarios pactados en convenios crecieron un 1,3% hasta septiembre; en el mismo mes los precios aumentaron un 3,4%. A falta de que a final de año, las cláusulas de revisión salarial, cada día más en desuso, hay que remontarse hasta 1985, cuando la inflación rondaba los dos dígitos, para encontrar una brecha semejante.


A comienzos de año, la recaída económica llevó a sindicatos y empresarios a firmar un pacto para congelar los sueldos en 2012 y 2013. UGT y CC OO se comprometieron a llevarlo a las mesas de negociación y plasmarlo en los convenios. A cambio, CEOE y Cepyme asumieron recomendar a sus huestes moderación en el reparto beneficios para contener los precios. Poco a poco, con el retraso que acompaña siempre a la negociación colectiva en España, eso se está dando. Baste un dato: los convenios nuevos firmados en 2012 apenas registran un incremento salarial del 0,7%.

También la reforma laboral, en vigor desde febrero, remó en la misma dirección: impulsó los convenios y los pactos de empresa; limitó a un año la prórroga de los convenios caducados, hasta entonces indefinida; facilitó los descuelgues salariales para las empresas.

Devaluación interna, en peligro

Tanto el Gobierno como los agentes sociales perseguían un mismo fin: la devaluación interna. Es decir, a falta de una política monetaria propia y de una moneda que devaluar para que las empresas ganaran competitividad, había que contener salarios y precios. Un camino más largo y doloroso para conseguir que sean las exportaciones las que tiraran de la economía española.

La primera parte de la ecuación se cumple. Incluso, a tenor del análisis de varios expertos, puede que se esté cumpliendo más allá de lo que dicen los datos ya que los trabajadores que no tienen su convenio en vigor no se pueden beneficiar de revisión salarial anual alguna, según las normas laborales. Este año la negociación colectiva avanza a un ritmo lentísimo. Hasta el mes pasado, los convenios nuevos y renovados y cayeron a un mínimo histórico, 1.445, y el número de trabajadores amparados por ellos quedó en 4,4 millones.

La segunda parte de la ecuación es la que hace aguas. Los precios se han disparado y amenazan la devaluación interna. La inflación se ha disparado en los últimos meses y amenaza con echar por tierra la anhelada devaluación interna. El Banco de España, uno de los órganos más críticos con la estrecha relación que suelen mantener en España el IPC y salarios, ya ha reclamado en reiteradas ocasiones a los empresarios que contengan sus beneficios. Sin ir más lejos, la semana pasada lo hizo el director de su servicio de estudios. José Luis Malo de Molina llamaba a las empresas a “ajustar sus niveles de precios” a costa de sus márgenes.

El Banco de España ha pedido a las empresas que moderen márgenes

No falta quien reclama más reformas que acentúen la competencia y rebajen los precios. “Con estas reformas las víctimas son los salarios. Las laborales con las más fáciles, pero faltan las de competitividad”, explica José Ignacio Pérez Infante, miembro de la Comisión Nacional de Convenios Colectivos.

Pero además de los beneficios empresariales, también las subidas de impuestos han tirado al alza de los precios. La subida del IVA, el copago sanitario o el aumento de las tasa sanitarias han llevado el IPC hasta el 3,4%. Y esto ha provocado una brecha entre unos y otros de 2,1 puntos porcentuales.

Habrá que esperar hasta final de año para saber si la grieta se agranda. Pero la tendencia mantenida en los últimos meses tanto en el conjunto de convenios registrados como en los nuevos hace pensar que difícil mente pueda revertirse. Y tampoco que las cláusulas de revisión salarial sean suficientes para estrechar mucho la brecha. Cada vez más, esta herramienta que garantiza que los asalariados no pierden poder adquisitivo a lo largo de un año, está cayendo en desuso (apenas el 27% de los convenios firmados hasta septiembre tenía una).

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