Enviado de ONU pide tregua en Siria al comenzar vigésimo mes del conflicto
Damasco, AFP
El mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, pidió este lunes una tregua durante la próxima gran fiesta musulmana de Al Adha, a fines de octubre, al iniciarse el vigésimo mes de un conflicto que ha causado al menos 33.000 muertos.
Brahimi, en gira regional, hizo su llamamiento cuando siguen los violentos combates entre rebeldes y las tropas del régimen de Bashar al Asad y se mantienen las divisiones entre Occidente y Rusia, aliado de Damasco, sobre cómo salir de la crisis.
El conflicto amenaza también con extenderse. Siria está en una crisis abierta con la vecina Turquía -que apoya a la rebelión y alberga a más de 100.000 refugiados sirios- desde la muerte el pasado 3 de octubre de cinco civiles turcos alcanzados por un obús sirio cerca de la frontera.
En un nuevo episodio de tensión entre los dos países vecinos, Turquía controló este lunes un avión de carga armenio que se dirigía a Alepo.
Ante la determinación del gobierno sirio de aplastar a los rebeldes, a los que llama "terroristas", la Unión Europea impuso nuevas sanciones al régimen, congelando fondos de 28 partidarios de Asad y de dos empresas.
En una visita a Teherán en la que se reunió el domingo con el presidente Mahmud Ahmadinejad, principal aliado de Asad, Brahimi "llamó a las autoridades iraníes a ayudar a la puesta en marcha de un alto el fuego en Siria durante Aid Al Adha, una de las fiestas las más sagradas celebradas por los musulmanes en todo el mundo", según un comunicado emitido el lunes por su portavoz.
La fiesta de Al Adha, conocida como Fiesta del Cordero o Fiesta del Sacrificio y que culmina los ritos del gran peregrinaje musulmán a La Meca en Arabia Saudita, se celebrará este año del 26 al 28 de octubre.
Brahimi, emisario de la ONU y de la Liga Árabe, "subrayó la urgencia de poner fin al baño de sangre", y reiteró "el llamamiento de Ban Ki-moon a un alto el fuego y el cese del flujo de armas", según el texto. Dicha tregua "favorecería un ambiente que permita la evolución de un proceso político".
En respuesta, Irán propuso a Brahimi un "período de transición que desemboque en la celebración de elecciones presidenciales y legislativas (...) bajo la supervisión del presidente Asad".
Después de Teherán, Brahimi llegó a Bagdad cuyo gobierno elude pedir la salida de Asad y prefiere reclamar el fin de las hostilidades que sacuden al país desde el inicio del conflicto el 15 de marzo.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reiteró el "apoyo" de su país a los esfuerzos del emisario argelino "para alcanzar una solución política a la crisis", según su oficina.
Por su lado, Brahimi desmintió que vaya a pedir el despliegue de una fuerza de paz en Siria, como dijo un dirigente de la oposición desde Doha.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), más de 33.000 personas han muerto en 19 meses, y unas 340.000 personas han huido del país. Otros dos millones han sido desplazados en el interior del país y necesitan ayuda según la ONU.
Sobre el terreno, los insurgentes y las tropas del régimen siguen luchando en tres grandes frentes: la provincia de Damasco, Alepo (norte) e Idleb (noroeste).
Según el OSDH, este lunes murieron al menos 130 personas de forma violenta, entre ellas 78 civiles.
La violencia también afectaba al patrimonio histórico. En Alepo, una parte de la Gran Mezquita de los Omeyas sufrió importantes daños a causa de los combates, según constató un periodista de la AFP.
El ejército sirio, en tanto, desmintió que esté utilizando bombas de racimo, como afirmó el domingo la ONG defensora de los derechos humanos Human Rights Watch.
Un niño asustado llora en la calle después de que la artillería del régimen sirio destruyese su casa en el barrio de Shaar, en la ciudad de Alepo, el sábado 13 de octubre.
El mediador internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, pidió este lunes una tregua durante la próxima gran fiesta musulmana de Al Adha, a fines de octubre, al iniciarse el vigésimo mes de un conflicto que ha causado al menos 33.000 muertos.
Brahimi, en gira regional, hizo su llamamiento cuando siguen los violentos combates entre rebeldes y las tropas del régimen de Bashar al Asad y se mantienen las divisiones entre Occidente y Rusia, aliado de Damasco, sobre cómo salir de la crisis.
El conflicto amenaza también con extenderse. Siria está en una crisis abierta con la vecina Turquía -que apoya a la rebelión y alberga a más de 100.000 refugiados sirios- desde la muerte el pasado 3 de octubre de cinco civiles turcos alcanzados por un obús sirio cerca de la frontera.
En un nuevo episodio de tensión entre los dos países vecinos, Turquía controló este lunes un avión de carga armenio que se dirigía a Alepo.
Ante la determinación del gobierno sirio de aplastar a los rebeldes, a los que llama "terroristas", la Unión Europea impuso nuevas sanciones al régimen, congelando fondos de 28 partidarios de Asad y de dos empresas.
En una visita a Teherán en la que se reunió el domingo con el presidente Mahmud Ahmadinejad, principal aliado de Asad, Brahimi "llamó a las autoridades iraníes a ayudar a la puesta en marcha de un alto el fuego en Siria durante Aid Al Adha, una de las fiestas las más sagradas celebradas por los musulmanes en todo el mundo", según un comunicado emitido el lunes por su portavoz.
La fiesta de Al Adha, conocida como Fiesta del Cordero o Fiesta del Sacrificio y que culmina los ritos del gran peregrinaje musulmán a La Meca en Arabia Saudita, se celebrará este año del 26 al 28 de octubre.
Brahimi, emisario de la ONU y de la Liga Árabe, "subrayó la urgencia de poner fin al baño de sangre", y reiteró "el llamamiento de Ban Ki-moon a un alto el fuego y el cese del flujo de armas", según el texto. Dicha tregua "favorecería un ambiente que permita la evolución de un proceso político".
En respuesta, Irán propuso a Brahimi un "período de transición que desemboque en la celebración de elecciones presidenciales y legislativas (...) bajo la supervisión del presidente Asad".
Después de Teherán, Brahimi llegó a Bagdad cuyo gobierno elude pedir la salida de Asad y prefiere reclamar el fin de las hostilidades que sacuden al país desde el inicio del conflicto el 15 de marzo.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reiteró el "apoyo" de su país a los esfuerzos del emisario argelino "para alcanzar una solución política a la crisis", según su oficina.
Por su lado, Brahimi desmintió que vaya a pedir el despliegue de una fuerza de paz en Siria, como dijo un dirigente de la oposición desde Doha.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), más de 33.000 personas han muerto en 19 meses, y unas 340.000 personas han huido del país. Otros dos millones han sido desplazados en el interior del país y necesitan ayuda según la ONU.
Sobre el terreno, los insurgentes y las tropas del régimen siguen luchando en tres grandes frentes: la provincia de Damasco, Alepo (norte) e Idleb (noroeste).
Según el OSDH, este lunes murieron al menos 130 personas de forma violenta, entre ellas 78 civiles.
La violencia también afectaba al patrimonio histórico. En Alepo, una parte de la Gran Mezquita de los Omeyas sufrió importantes daños a causa de los combates, según constató un periodista de la AFP.
El ejército sirio, en tanto, desmintió que esté utilizando bombas de racimo, como afirmó el domingo la ONG defensora de los derechos humanos Human Rights Watch.
Un niño asustado llora en la calle después de que la artillería del régimen sirio destruyese su casa en el barrio de Shaar, en la ciudad de Alepo, el sábado 13 de octubre.