El vicepresidente de Colombia anuncia que sufre cáncer de próstata
Angelino Garzón aseguró que no se aferrará al poder y señaló que se someterá a radioterapia
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
Solo dos semanas después de que los colombianos se enteraran de que el presidente, Juan Manuel Santos, sufría de cáncer de próstata, el vicepresidente, Angelino Garzón, ha revelado que sufre la misma enfermedad, pero aclaró que se trata de un "tumor microscópico canceroso no agresivo" que será tratado con radioterapia.
"He iniciado dicho tratamiento, que abarca 39 sesiones de radioterapia, por lo menos 5 veces a la semana", explicó en un comunicado en el que aclaró que el cáncer de próstata le fue detectado mientras recibía terapias para recuperarse de un accidente cerebrovascular que sufrió en junio pasado y que lo ha mantenido incapacitado hasta ahora.
Sus médicos le han explicado que en ningún momento, este cáncer le causaría la muerte. Este diagnóstico podría coincidir con el cuadro médico de Santos, quien luego de ser operado, afirmó estar totalmente curado, solo que en su caso no necesitó de tratamientos adicionales como los que reguiere Garzón.
El vicepresidente colombiano, a días de cumplir 66 años, también afirmó que no piensa aferrarse a su cargo. "Soy plenamente consciente que debo dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del Vicepresidente de Colombia", dijo. Esta declaración no resulta del todo clara, ya que no explica si abandonará el cargo o pedirá una licencia adicional a la que ya tenía.
Él mismo se negó hace unas semanas a someterse a un examen físico que ordenó el Congreso cuando Santos fue operado de su cáncer de próstata. La razón del examen era conocer si Garzón era apto o no para reemplazar al mandatario colombiano. En ese momento, Garzón desató una polémica cuando afirmó que “no me voy a prestar a un golpe de Estado a la democracia. Estaría aceptando un vacío de poder”. Para el vicepresidente, permitir el examen representaría no reconocer que Santos seguía siendo el presidente de los colombianos.
Y aunque la recuperación de Santos es evidente, este nuevo impasse en la salud del vicepresidente vuelve a poner sobre la mesa el tema de la salud de los gobernantes en Colombia.
Según la Constitución de este país, el Congreso es la única institución del Estado que puede "reconocer y declarar" el estado de incapacidad física permanente del presidente y el vicepresidente, por lo que necesita una certificación médica. Sin embargo, no hay ninguna norma que obligue a los gobernantes a certificar su estado de salud.
Las primeras reacciones políticas que se han conocido expresan una pronta mejoría para el vicepresidente Garzón, pero también le piden que esta vez sí se someta al examen médico para decidir si debe permanecer o no en el cargo. De lo contrarío, debería renunciar. Por ahora, el presidente Santos aún no se ha pronunciado.
Al final del comunicado, Garzón explicó que esta ha sido una etapa muy dura, ya que a su esposa, Monserrat Muñoz, también le acaban de extirpar un cáncer y un riñón. Esta es la primera vez que presidente y vicepresidente padecen una enfermedad al mismo tiempo, que los ha obligado a estar de baja de sus funciones.
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
Solo dos semanas después de que los colombianos se enteraran de que el presidente, Juan Manuel Santos, sufría de cáncer de próstata, el vicepresidente, Angelino Garzón, ha revelado que sufre la misma enfermedad, pero aclaró que se trata de un "tumor microscópico canceroso no agresivo" que será tratado con radioterapia.
"He iniciado dicho tratamiento, que abarca 39 sesiones de radioterapia, por lo menos 5 veces a la semana", explicó en un comunicado en el que aclaró que el cáncer de próstata le fue detectado mientras recibía terapias para recuperarse de un accidente cerebrovascular que sufrió en junio pasado y que lo ha mantenido incapacitado hasta ahora.
Sus médicos le han explicado que en ningún momento, este cáncer le causaría la muerte. Este diagnóstico podría coincidir con el cuadro médico de Santos, quien luego de ser operado, afirmó estar totalmente curado, solo que en su caso no necesitó de tratamientos adicionales como los que reguiere Garzón.
El vicepresidente colombiano, a días de cumplir 66 años, también afirmó que no piensa aferrarse a su cargo. "Soy plenamente consciente que debo dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del Vicepresidente de Colombia", dijo. Esta declaración no resulta del todo clara, ya que no explica si abandonará el cargo o pedirá una licencia adicional a la que ya tenía.
Él mismo se negó hace unas semanas a someterse a un examen físico que ordenó el Congreso cuando Santos fue operado de su cáncer de próstata. La razón del examen era conocer si Garzón era apto o no para reemplazar al mandatario colombiano. En ese momento, Garzón desató una polémica cuando afirmó que “no me voy a prestar a un golpe de Estado a la democracia. Estaría aceptando un vacío de poder”. Para el vicepresidente, permitir el examen representaría no reconocer que Santos seguía siendo el presidente de los colombianos.
Y aunque la recuperación de Santos es evidente, este nuevo impasse en la salud del vicepresidente vuelve a poner sobre la mesa el tema de la salud de los gobernantes en Colombia.
Según la Constitución de este país, el Congreso es la única institución del Estado que puede "reconocer y declarar" el estado de incapacidad física permanente del presidente y el vicepresidente, por lo que necesita una certificación médica. Sin embargo, no hay ninguna norma que obligue a los gobernantes a certificar su estado de salud.
Las primeras reacciones políticas que se han conocido expresan una pronta mejoría para el vicepresidente Garzón, pero también le piden que esta vez sí se someta al examen médico para decidir si debe permanecer o no en el cargo. De lo contrarío, debería renunciar. Por ahora, el presidente Santos aún no se ha pronunciado.
Al final del comunicado, Garzón explicó que esta ha sido una etapa muy dura, ya que a su esposa, Monserrat Muñoz, también le acaban de extirpar un cáncer y un riñón. Esta es la primera vez que presidente y vicepresidente padecen una enfermedad al mismo tiempo, que los ha obligado a estar de baja de sus funciones.