El PSOE promete una “renovación ideológica” tras su desplome electoral
El núcleo duro del partido ofrece revisar la línea de actuación mientras surgen voces críticas
Griñán aguarda a las elecciones catalanas para proponer cambios en el funcionamiento interno
Vera Gutiérrez Calvo
Madrid, El País
Ante el desplome electoral, “renovación ideológica” acelerada. La comisión permanente de la dirección federal del PSOE, es decir, el núcleo más fiel al secretario general —la ejecutiva completa, donde hay más voces críticas, se reunirá el próximo lunes—, se citó ayer tras la aciaga noche electoral del domingo y decidió pisar el acelerador para salir del agujero. “Es preciso ir más deprisa y más a fondo, y vamos a hacerlo. Ese es el mensaje que nos han enviado los ciudadanos”, dijo en rueda de prensa la número dos de los socialistas, Elena Valenciano.
Eso se hará con una reflexión “serena y sin excusas”, huyendo de las “soluciones cosméticas o superficiales” y apostando por una auténtica “renovación” de las ideas. Lo que aún está por decidir es en qué dirección se hará todo eso; Valenciano dio las pistas mínimas: el PSOE debe restablecer “la alianza con los sectores progresistas de la sociedad española”, “actualizando” al mismo tiempo el proyecto socialdemócrata. Antes de final de año serán convocados el comité federal —máximo órgano entre congresos— y el consejo territorial, donde están todos los barones del PSOE; y a principios de 2013 habrá una conferencia programática que dará forma a esas nuevas ideas.
El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, había reunido a su ejecutiva en la sede de la calle Ferraz de Madrid con las cifras aún calientes de las elecciones de la víspera, donde el PSOE fue el partido más castigado por los ciudadanos: se desplomó en más de diez puntos porcentuales y perdió el 40% de sus votos en Galicia y el 33% en Euskadi. Algunos socialistas habían empezado a pedir —en las redes sociales de Internet— que alguien asumiera responsabilidades. Valenciano respondió que se va a abrir una reflexión, pero ni Rubalcaba va a dimitir ni la dirección va a ser cambiada. Hubo un congreso interno hace apenas nueve meses. Lo que va a cambiar es el discurso.
En esa doble derrota del 21-O ha habido factores “específicos”, territoriales, que analizarán los socialistas vascos y gallegos. “Pero también hay, sin duda, factores de índole general, que se han manifestado ahora pero ya lo hicieron antes, en otras elecciones. Vamos a reflexionar sobre ello. Y lo haremos con la voluntad de hacer todos los cambios que sean necesarios para superar esta situación”, apuntó la vicesecretaria general. Más tarde puntualizaría que con “todos los cambios” se refería a cambios políticos, ideológicos y orgánicos, de funcionamiento del partido, pero no a la composición de la dirección.
La tesis acuñada ayer por la cúpula socialista es que el PSOE vive inmerso en un “ciclo electoral negativo” que arrancó “en el último periodo del Gobierno socialista [de José Luis Rodríguez Zapatero]” y que, según dijo Valenciano sin paños calientes, “todavía no ha terminado”. Ese énfasis en la propia herencia recibida —Rubalcaba fue ministro y vicepresidente en aquel Gobierno, y lucha desde hace año y medio por sacudirse el estigma— explotó el domingo con toda su crudeza. Porque, hasta ayer, los socialistas no habían sostenido lo mismo: tras el inesperado resultado obtenido en Andalucía y Asturias en marzo —lograron gobernar en ambas comunidades contra todo pronóstico y contra todas las encuestas—, la propia Valenciano trasladó un mensaje de euforia: “En 100 días de Gobierno, la flecha hacia arriba del PP se ha convertido en flecha hacia abajo. La derecha ha retrocedido en solo cuatro meses. Ha cambiado la tendencia”, dijo entonces. El propio Rubalcaba vio abierto “un nuevo ciclo político” que permitiría a los socialistas seguir dando “pasos adelante”.
Ahora, sin embargo, la euforia ha cesado: la vicesecretaria general no solo asumió ayer que el PSOE no despega desde hace año y medio —calificó los resultados de marzo en Andalucía y Asturias de “mejoras leves”—, sino que su vaticinio es que no despegará en breve, porque “recuperar la confianza perdida de los ciudadanos lleva tiempo”. Además de los errores propios —que ayer la ejecutiva no explicitó— fuentes de la dirección federal apuntan otra explicación: “Al PP le vino muy bien el endurecimiento de la crisis en la última etapa de Zapatero. Pero nosotros sabíamos, cuando pasamos a la oposición, que cuanto más se agravase la crisis peor nos iba a ir, porque mucha gente sigue asociándola a Zapatero aunque ya no sea nuestra responsabilidad. Y la crisis se ha agravado”.
Valenciano habló de “preocupación” ante el “mal resultado” en Galicia y País Vasco, pero sostuvo que el PSOE actuará “sin ansiedad” porque confía en su proyecto aunque tenga que renovarlo. “Y en la fortaleza de nuestras siglas”, subrayó. “Tenemos que acelerar la presentación de propuestas alternativas que hagan ver a los ciudadanos que hay otro camino, otra solución. Vamos a hacerlo. Es momento de poner sobre la mesa nuevas ideas”, insistió.
El próximo lunes, la ejecutiva federal pondrá fecha a la reunión del consejo territorial y del comité federal, que probablemente serán en diciembre, después de las elecciones catalanas del 25-N en las que el PSOE —a través de su partido hermano, el PSC— se la vuelve a jugar. Además, las tres conferencias programáticas y de contenido orgánico que los socialistas tenían previstas para los tres próximos años se celebrarán en 2013 (dos a principios de año, otra en otoño). Y ahí se aprovechará para fijar definitivamente los límites del nuevo discurso territorial de Rubalcaba, el del federalismo. “Hay un reto en España sobre el modelo territorial que también se ha acelerado. Creemos que tenemos que tener nuestra propuesta ideológica y programática preparada antes de lo que habíamos diseñado en un principio. El trabajo de tres años, hacerlo en uno”, resumió Valenciano.
La dirección federal cree que ese “debate territorial” y la discusión sobre el modelo de Estado han tenido “mucho peso” en los resultados del pasado domingo; ante el desafío independentista catalán y la irrupción de Bildu en Euskadi (además de la presencia del discurso nacionalista en Galicia), el PP “ha sabido poner en el centro del debate la cuestión de la unidad de España”, afirman fuentes del equipo de Rubalcaba. Preguntada por si socialistas y populares deben reforzar ahora el discurso constitucionalista, sobre todo de cara a los comicios en Cataluña, Valenciano respondió que deben “trabajar en la senda de fortalecer” esa posición, pero subrayó a continuación que PP y PSOE tienen planteamientos “muy distintos”, y que eso no va a cambiar.
Lo que sí quiso zanjar la número dos de Rubalcaba es el debate sobre el liderazgo. Repitió que la dirección actual del partido, surgida de un congreso “hace solo ocho meses”, tiene “un mandato” de cuatro años y que va a cumplirlo. “Hoy no se ha planteado la dimisión de Rubalcaba. Cuando nos hicimos cargo del PSOE sabíamos que venían tiempos muy difíciles, pero no es el momento de abandonar nuestras responsabilidades; tal vez al contrario, asumirlas con más fuerza. Vamos a estar al frente de la dirección del PSOE”, dijo.
La ejecutiva socialista considera que las elecciones gallegas y vascas no eran “un examen” para la dirección federal, porque son dos territorios donde el PSOE prácticamente no ha ganado nunca. Y tampoco puso mucho énfasis Valenciano en las catalanas. El “objetivo”, dijo, son las europeas, que se celebrarán en 2014.
Algunos dirigentes y cargos medios del PSOE siguieron reclamando ayer, sobre todo en Twitter —hasta el punto de que el exministro y eurodiputado Juan Fernando López Aguilar pidió huir del “socialismo de Twitter”— una reflexión profunda sobre la debacle electoral. No hubo peticiones expresas de dimisión como la que la víspera había hecho la exministra María Antonia Trujillo, pero sí veladas sugerencias a que después de los comicios en Cataluña podría resucitarse la guerra interna. Valenciano tachó de “irresponsables” a algunos “compañeros”, sin citar a ninguno. Y descartó que se vaya a convocar en breve el proceso de primarias para elegir ya al candidato a las elecciones generales: “No es en absoluto el debate más urgente”.
López Aguilar había dicho por la mañana que el PSOE atraviesa una situación “muy grave, la peor en 35 años”. “No sé si es la más grave”, afirmó Valenciano. “Pero desde luego es malísima”.
Griñán aguarda a las elecciones catalanas para proponer cambios en el funcionamiento interno
Vera Gutiérrez Calvo
Madrid, El País
Ante el desplome electoral, “renovación ideológica” acelerada. La comisión permanente de la dirección federal del PSOE, es decir, el núcleo más fiel al secretario general —la ejecutiva completa, donde hay más voces críticas, se reunirá el próximo lunes—, se citó ayer tras la aciaga noche electoral del domingo y decidió pisar el acelerador para salir del agujero. “Es preciso ir más deprisa y más a fondo, y vamos a hacerlo. Ese es el mensaje que nos han enviado los ciudadanos”, dijo en rueda de prensa la número dos de los socialistas, Elena Valenciano.
Eso se hará con una reflexión “serena y sin excusas”, huyendo de las “soluciones cosméticas o superficiales” y apostando por una auténtica “renovación” de las ideas. Lo que aún está por decidir es en qué dirección se hará todo eso; Valenciano dio las pistas mínimas: el PSOE debe restablecer “la alianza con los sectores progresistas de la sociedad española”, “actualizando” al mismo tiempo el proyecto socialdemócrata. Antes de final de año serán convocados el comité federal —máximo órgano entre congresos— y el consejo territorial, donde están todos los barones del PSOE; y a principios de 2013 habrá una conferencia programática que dará forma a esas nuevas ideas.
El secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, había reunido a su ejecutiva en la sede de la calle Ferraz de Madrid con las cifras aún calientes de las elecciones de la víspera, donde el PSOE fue el partido más castigado por los ciudadanos: se desplomó en más de diez puntos porcentuales y perdió el 40% de sus votos en Galicia y el 33% en Euskadi. Algunos socialistas habían empezado a pedir —en las redes sociales de Internet— que alguien asumiera responsabilidades. Valenciano respondió que se va a abrir una reflexión, pero ni Rubalcaba va a dimitir ni la dirección va a ser cambiada. Hubo un congreso interno hace apenas nueve meses. Lo que va a cambiar es el discurso.
En esa doble derrota del 21-O ha habido factores “específicos”, territoriales, que analizarán los socialistas vascos y gallegos. “Pero también hay, sin duda, factores de índole general, que se han manifestado ahora pero ya lo hicieron antes, en otras elecciones. Vamos a reflexionar sobre ello. Y lo haremos con la voluntad de hacer todos los cambios que sean necesarios para superar esta situación”, apuntó la vicesecretaria general. Más tarde puntualizaría que con “todos los cambios” se refería a cambios políticos, ideológicos y orgánicos, de funcionamiento del partido, pero no a la composición de la dirección.
La tesis acuñada ayer por la cúpula socialista es que el PSOE vive inmerso en un “ciclo electoral negativo” que arrancó “en el último periodo del Gobierno socialista [de José Luis Rodríguez Zapatero]” y que, según dijo Valenciano sin paños calientes, “todavía no ha terminado”. Ese énfasis en la propia herencia recibida —Rubalcaba fue ministro y vicepresidente en aquel Gobierno, y lucha desde hace año y medio por sacudirse el estigma— explotó el domingo con toda su crudeza. Porque, hasta ayer, los socialistas no habían sostenido lo mismo: tras el inesperado resultado obtenido en Andalucía y Asturias en marzo —lograron gobernar en ambas comunidades contra todo pronóstico y contra todas las encuestas—, la propia Valenciano trasladó un mensaje de euforia: “En 100 días de Gobierno, la flecha hacia arriba del PP se ha convertido en flecha hacia abajo. La derecha ha retrocedido en solo cuatro meses. Ha cambiado la tendencia”, dijo entonces. El propio Rubalcaba vio abierto “un nuevo ciclo político” que permitiría a los socialistas seguir dando “pasos adelante”.
Ahora, sin embargo, la euforia ha cesado: la vicesecretaria general no solo asumió ayer que el PSOE no despega desde hace año y medio —calificó los resultados de marzo en Andalucía y Asturias de “mejoras leves”—, sino que su vaticinio es que no despegará en breve, porque “recuperar la confianza perdida de los ciudadanos lleva tiempo”. Además de los errores propios —que ayer la ejecutiva no explicitó— fuentes de la dirección federal apuntan otra explicación: “Al PP le vino muy bien el endurecimiento de la crisis en la última etapa de Zapatero. Pero nosotros sabíamos, cuando pasamos a la oposición, que cuanto más se agravase la crisis peor nos iba a ir, porque mucha gente sigue asociándola a Zapatero aunque ya no sea nuestra responsabilidad. Y la crisis se ha agravado”.
Valenciano habló de “preocupación” ante el “mal resultado” en Galicia y País Vasco, pero sostuvo que el PSOE actuará “sin ansiedad” porque confía en su proyecto aunque tenga que renovarlo. “Y en la fortaleza de nuestras siglas”, subrayó. “Tenemos que acelerar la presentación de propuestas alternativas que hagan ver a los ciudadanos que hay otro camino, otra solución. Vamos a hacerlo. Es momento de poner sobre la mesa nuevas ideas”, insistió.
El próximo lunes, la ejecutiva federal pondrá fecha a la reunión del consejo territorial y del comité federal, que probablemente serán en diciembre, después de las elecciones catalanas del 25-N en las que el PSOE —a través de su partido hermano, el PSC— se la vuelve a jugar. Además, las tres conferencias programáticas y de contenido orgánico que los socialistas tenían previstas para los tres próximos años se celebrarán en 2013 (dos a principios de año, otra en otoño). Y ahí se aprovechará para fijar definitivamente los límites del nuevo discurso territorial de Rubalcaba, el del federalismo. “Hay un reto en España sobre el modelo territorial que también se ha acelerado. Creemos que tenemos que tener nuestra propuesta ideológica y programática preparada antes de lo que habíamos diseñado en un principio. El trabajo de tres años, hacerlo en uno”, resumió Valenciano.
La dirección federal cree que ese “debate territorial” y la discusión sobre el modelo de Estado han tenido “mucho peso” en los resultados del pasado domingo; ante el desafío independentista catalán y la irrupción de Bildu en Euskadi (además de la presencia del discurso nacionalista en Galicia), el PP “ha sabido poner en el centro del debate la cuestión de la unidad de España”, afirman fuentes del equipo de Rubalcaba. Preguntada por si socialistas y populares deben reforzar ahora el discurso constitucionalista, sobre todo de cara a los comicios en Cataluña, Valenciano respondió que deben “trabajar en la senda de fortalecer” esa posición, pero subrayó a continuación que PP y PSOE tienen planteamientos “muy distintos”, y que eso no va a cambiar.
Lo que sí quiso zanjar la número dos de Rubalcaba es el debate sobre el liderazgo. Repitió que la dirección actual del partido, surgida de un congreso “hace solo ocho meses”, tiene “un mandato” de cuatro años y que va a cumplirlo. “Hoy no se ha planteado la dimisión de Rubalcaba. Cuando nos hicimos cargo del PSOE sabíamos que venían tiempos muy difíciles, pero no es el momento de abandonar nuestras responsabilidades; tal vez al contrario, asumirlas con más fuerza. Vamos a estar al frente de la dirección del PSOE”, dijo.
La ejecutiva socialista considera que las elecciones gallegas y vascas no eran “un examen” para la dirección federal, porque son dos territorios donde el PSOE prácticamente no ha ganado nunca. Y tampoco puso mucho énfasis Valenciano en las catalanas. El “objetivo”, dijo, son las europeas, que se celebrarán en 2014.
Algunos dirigentes y cargos medios del PSOE siguieron reclamando ayer, sobre todo en Twitter —hasta el punto de que el exministro y eurodiputado Juan Fernando López Aguilar pidió huir del “socialismo de Twitter”— una reflexión profunda sobre la debacle electoral. No hubo peticiones expresas de dimisión como la que la víspera había hecho la exministra María Antonia Trujillo, pero sí veladas sugerencias a que después de los comicios en Cataluña podría resucitarse la guerra interna. Valenciano tachó de “irresponsables” a algunos “compañeros”, sin citar a ninguno. Y descartó que se vaya a convocar en breve el proceso de primarias para elegir ya al candidato a las elecciones generales: “No es en absoluto el debate más urgente”.
López Aguilar había dicho por la mañana que el PSOE atraviesa una situación “muy grave, la peor en 35 años”. “No sé si es la más grave”, afirmó Valenciano. “Pero desde luego es malísima”.