El FMI teme que la prima española se dispare hasta los 750 puntos

Contempla que suba a niveles insostenibles si los países del euro no concretan medidas
El organismo prevé una fuerte caída del crédito hasta 2017


MIGUEL JIMÉNEZ
Tokio, El País
La rueda de prensa de presentación de las nuevas previsiones del FMI arrancó ayer en Tokio con dos preguntas sobre España. Y no eran de periodistas españoles. Los problemas de la zona euro, y de España e Italia, en particular, se han convertido en protagonistas de la asamblea de otoño del organismo. En un informe presentado esta madrugada por el español José Viñals, el Fondo contempla que la prima de riesgo española pueda subir hasta los 750 puntos básicos, un nivel insostenible, si las autoridades europeas no toman las decisiones adecuadas a tiempo.


Entre esas decisiones, está la del Gobierno español de pedir o no un rescate preventivo y someterse a sus condiciones de modo que el Banco Central Europeo (BCE) pueda comprar bonos en el mercado y todo ello abarate la financiación de la creciente deuda pública española.

En su informe sobre Perspectivas económicas mundiales, el Fondo ya sugería el lunes veladamente la conveniencia de dar ese paso. Ayer, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, y su segundo, Jörg Decressin, se enfrentaron a esa pregunta. ¿Aconsejan a países como España e Italia pedir el rescate sin dilación? Decressin se salió por la tangente: es “una cuestión de la evolución del mercado”, dijo primero, para tirar después del manual: “Estamos preparados para ayudar a esos países dentro de nuestras competencias y es una decisión suya si quieren pedir ayuda”.

Blanchard fue algo más sugerente: “La cuestión es por qué las rentabilidades de los bonos italianos y españoles han bajado. Es posible que sea por la anticipación de los inversores de que en realidad van a aceptar esos programas y beneficiarse del OMT en algún momento en el futuro. Y, si ese es el caso, no podemos estar seguros de que las rentabilidades vayan a seguir bajas por mucho tiempo”, indicó, dando a entender que para asegurarse de ello lo mejor es dar el paso.
A los mercados les gusta el rescate

El mercado, de hecho, viene reaccionando positivamente a las noticias que apuntan en dirección al rescate y negativamente, cuando parece que esa decisión se aleja o difumina, sea porque España no quiere o porque algunos de sus socios, y en particular Alemania, no son muy receptivos.

Pero la pasividad europea puede salir muy cara. Ese es otro de los mensajes que el Fondo está transmitiendo de manera machacona desde Tokio. Esta madrugada ha sido el Informe sobre estabilidad financiera global, responsabilidad de Viñals, el que ha vuelto sobre el tema.

El informe dibuja tres escenarios. Uno, el central, en el que las autoridades europeas van tomando decisiones para resolver la crisis, digamos, sin demasiado entusiasmo. En ese escenario se avanza en una mayor integración, se establece la supervisión financiera única dentro de plazo (lo que parece poco probable con Alemania a la contra), se contienen las primas de riesgo (“incluido potencialmente” el programa del BCE) y los Gobiernos de los países periféricos continúan con sus programas de ajuste. En este escenario, dice el Fondo, la confianza se recuperaría gradualmente y la fuga de capitales se frenaría. El FMI recuerda en su informe los datos ya conocidos (un poco desfasados, porque ya hay cifras más recientes publicadas, de la balanza de pagos española, que muestran una salida de capitales de más de 300.000 millones de euros en los últimos 12 meses). Aun así, en este escenario central la economía caería en los países con problemas y crecería muy poco en los centrales.

Pero si no se adoptan esas medidas, si los compromisos europeos recientes (como la unión bancaria) no se cumplen, crece la resistencia a las reformas en los países con problemas o se evapora el apoyo de los centrales, la fragmentación financiera se acentuaría, dañando a los bancos y al crédito. Más adelante, el Fondo pone números a ese escenario. La prima de riesgo española estaría en 750 puntos básicos y la italiana, en 700. La economía española se contraería 1,9 puntos adicionales en 2013 (con lo que el retroceso sería del 3,2%) y la italiana, 1,6.
Calendario para la unión bancaria

En mayor o menor grado, esos escenarios reducirían el crédito, la inversión, el empleo y el PIB. Para evitarlo, el FMI apuesta por otro más ambicioso, en el que las autoridades europeas fijen (y cumplan) calendarios precisos para los diferentes pasos de la unión bancaria (supervisión única, fondo de garantía de depósitos común, mecanismos de resolución de crisis y recapitalización directa de la banca a través de los fondos de rescate europeos) y fiscal (con pasos hacia los eurobonos). La compra de bonos por el BCE y el apoyo del fondo de rescate europeo a países con problemas completan este escenario que, según el Fondo, revertiría la fuga de capitales de los países periféricos, normalizaría las primas de riesgo, reabriría los canales del crédito e impulsaría la economía.

Lo que también tiene claro el Fondo es que el crédito seguirá cayendo con fuerza en España como consecuencia del proceso de desapalancamiento de la economía. El informe señala que la reciente caída del crédito bancario a las empresas no financieras “es a grandes rasgos consistente con una senda de desapalancamiento que llevaría las ratios de crédito/PIB en 2017 a los niveles de 2003-2004”. Pero eso es una caída de 25-30 puntos del PIB, una contracción del crédito brutal.

El FMI señala que el modo en que las grandes empresas se han lanzado a emitir bonos en cuanto el BCE ha abierto una ventana con sus anuncios muestra que tratan de sustituir la decreciente financiación bancaria por el recurso al mercado de capitales. Pero ese no solo es un camino vedado para las pymes sino que, además, puede cerrarse también para las grandes empresas si su calificación crediticia se ve arrastrada por la del Reino de España a niveles de bono basura.

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