Defensor del Pueblo lamenta pérdida del Padre Gregorio Iriarte
La Paz, ANF
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, a tiempo de lamentar la muerte del Padre Gregorio Iriarte expresó su más sentido pesar por el fallecimiento de quien era considerado un amigo "entrañable" y hombre de convicciones inquebrantables, gran sensibilidad humana y profundo amor por sus semejantes.
Villena destacó a Iriarte como todo hombre de grandes ideales, quien fue impulsor y creador de instituciones que hoy constituyen pilares de la democracia y símbolos de la libertad como la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, las Escuelas Radiofónicas de Bolivia, Radio Pío XII y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica.
Fue una de las personas más comprometidas de su tiempo con las luchas sociales y democráticas y por su proverbial sentido de humildad desdeñó la estridencia y la lisonja públicas, y solo al final de su vida aceptó los reconocimientos que merecidamente le brindaron varias instituciones nacionales.
Bolivia no ha perdido a este gran hombre. Su ejemplo y sus obras permanecerán en el corazón y en la conciencia de quienes tuvimos el privilegio de compartir con él las trincheras de la lucha por los derechos humanos y su generosa amistad.
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, a tiempo de lamentar la muerte del Padre Gregorio Iriarte expresó su más sentido pesar por el fallecimiento de quien era considerado un amigo "entrañable" y hombre de convicciones inquebrantables, gran sensibilidad humana y profundo amor por sus semejantes.
Villena destacó a Iriarte como todo hombre de grandes ideales, quien fue impulsor y creador de instituciones que hoy constituyen pilares de la democracia y símbolos de la libertad como la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, las Escuelas Radiofónicas de Bolivia, Radio Pío XII y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica.
Fue una de las personas más comprometidas de su tiempo con las luchas sociales y democráticas y por su proverbial sentido de humildad desdeñó la estridencia y la lisonja públicas, y solo al final de su vida aceptó los reconocimientos que merecidamente le brindaron varias instituciones nacionales.
Bolivia no ha perdido a este gran hombre. Su ejemplo y sus obras permanecerán en el corazón y en la conciencia de quienes tuvimos el privilegio de compartir con él las trincheras de la lucha por los derechos humanos y su generosa amistad.