Carlos Slim: “Más que una crisis de Europa, vivimos un cambio de civilización”
El magnate mexicano opina que “Europa debe vender activos e invitar al sector privado a que haga la inversión que el Estado ya no puede seguir haciendo”
Salvador Camarena
México, El País
A los 72 años de edad, el hombre más rico del mundo hace un alegato en contra del retiro a temprana edad. Carlos Slim Helú tiene una apretada agenda y no ha terminado una reunión cuando ya se están congregando en torno a su mesa los convocados a la siguiente. En esta entrevista sobre la situación europea argumenta que en su modelo actual el Estado de bienestar construido en Europa se ha vuelto insostenible. Explica que, entre otras cosas, se requieren ajustes para garantizar que quienes están en el paro reciban capacitación para empleos ligados a las nuevas necesidades. Aboga además por establecer una edad de retiro más alta que incluya un esquema donde en los últimos años se trabajen menos, aunque más largas, jornadas laborales.
El presidente honorario de Grupo Carso (América Movil) ofrece su consejo para salir más pronto de la crisis: “Lo que Europa debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al sector privado a que haga la inversión que el Estado ya no tiene por qué seguir haciendo”.
Pregunta. Recientemente usted declaró en una entrevista: “Tú lees los números y los números te dicen lo qué está pasando”. ¿Qué le dicen los números de Europa? ¿Que está pasando ahí?
Respuesta. Es una combinación de números, de conceptos y tiene también que ver incluso con la historia y la evolución de las cosas. Desde hace 10.000 años, en las sociedades la tecnología ha ido provocando los avances de civilización: la rueda, el alfabeto, la navegación, los molinos, todo. Ese avance normalmente ha sido paulatino, continuo. Pero de repente hay grandes cambios tecnológicos, revoluciones tecnológicas, que provocan grandes cambios de civilización. Pasó con la sociedad industrial, sobre todo en su segunda etapa, a principios del siglo XX, y ahora con la sociedad tecnológica, avanzada, acelerada. Después de pasar por una época posindustrial estamos viviendo esta nueva civilización en la que los paradigmas son muy diferentes a los de las sociedades agrícolas, en donde el poder era monolítico, había esclavitud, no había derechos humanos. Hoy estamos 180 grados al revés, esta nueva civilización es de democracia, libertad, derechos humanos, cuidado del medio ambiente, competencia, productividad, globalización... Este gran cambio tecnológico tiene muchas consecuencias. Después de la II Guerra Mundial ha habido un gran desarrollo de Europa, un gran crecimiento económico, crecimiento de la población también, pero sobre todo un gran crecimiento de la incidencia fiscal de los gobiernos, que hacen una recaudación sustancialmente alta del producto interno y, además de eso, tienen déficit. Entonces están tomando una gran parte del producto interno. Y las razones principales de lo que está pasando son que, después de la II Guerra Mundial, los gobiernos y el Estado establecieron un Estado de bienestar cada vez mayor que ya se volvió insostenible. Es necesario hacerle algunos ajustes a este Estado de bienestar establecido. Se necesitan algunos cambios estructurales, que se ve que no están haciendo, y están acudiendo a la tradicional receta del ajuste del déficit fiscal a través de aumento de impuestos o reducción de gasto público. En ese Estado de bienestar las personas se están jubilando a los 60 años en algunos lados, cuando la esperanza de vida cuando alguien llega a los 60 años probablemente es de 85 o más años, y es de esperar que siga creciendo. Hay programas de salud universal, que son muy importantes, pero poco eficientes y muchas veces abiertos a los turistas. Entonces empieza a haber un seguro de salud que no obedece a causas normales, sino que los turistas se aprovechan de esas condiciones para hacer uso de los servicios médicos, acceder a operaciones quirúrgicas o prótesis yendo al país que los ofrece gratuitamente. Lo más grave que está pasando, y ahí sí los números hablan de una manera implacable, es la gran cantidad de desempleados, especialmente jóvenes. Eso desde el punto de vista social, económico y en general es muy preocupante en el caso de Europa. Y no se ve que se esté pensando en la solución de ello. Ya no es importante si el PIB crece un punto o dos o menos dos. De todas maneras los niveles de ingreso per cápita siguen siendo altos, no habrá una regresión a niveles de subdesarrollo. Lo grave es que ya los niveles de desempleo son muy altos, y que algunas políticas recesivas que están siguiendo para hacer los ajustes agudizan más el problema.
P. ¿Qué cambios estructurales se requieren para el Estado de bienestar?
R. La edad de retiro debe ser mayor, porque en el pasado eran sociedades de mucho trabajo físico, en la sociedad industrial había que estar en la máquina, había que trabajar físicamente y había un gran desgaste. Ahora son sociedades de servicios, en donde lo importante no es la fuerza física ni el trabajo físico, sino la experiencia y el conocimiento. En una sociedad del conocimiento, es una tristeza que a la mejor edad del ser humano alguien deje de estar ocupado cuando a los 60 años está en su mejor momento.
P. ¿Usted ya estaría retirado?
R. ¡Uy, desde hace mucho! Eso es absurdo. En una sociedad del conocimiento la gente con más experiencia y conocimiento se desaprovecha porque se queda sin trabajo. Creo que debe haber una jubilación mucho más tardía. Yo diría a los 70 años por dar una cifra, pensando en que las personas van a vivir 85 y más años; cuando ya una persona llega a los 65 o 70 años la esperanza de vida es mayor, la esperanza de vida hoy puede ser 75 o 77 cuando se nace, pero el que ya libró los primeros 70 años de vida se puede ir más para adelante. Cuando ya llegó uno a esas edades la esperanza es mayor. Por otro lado creo que hay que buscar por supuesto continuar con la salud universal, más eficiente, mejor cuidada, regulada, evitando los abusos, con más inteligencia. También debe haber redes de protección social a un nivel adecuado y que en los programas de retiro se les pague a las personas por capacitarse para una reconversión laboral. Es decir: yo no tengo empleo, entonces en lugar de que me den 1.000 euros, sí, que me los den, pero tengo que ir de tal hora a tal hora a capacitarme en equis número de actividades en las que va a haber demanda laboral, no en las que ya no hay demanda laboral. Es muy importante que los gobiernos estudien, y en general los especialistas, en dónde se van a generar los nuevos empleos en los próximos 5 o 10 años para desde ahora capacitar a las personas para esos empleos, e impulsar las actividades en donde se van a generar esos nuevos empleos para darle cabida a las personas nuevas que lo demanden. Además también cabe hacer programas de empleo, sobre todo en el caso de Europa, con fórmulas de trabajo de tres o cuatro días. En lugar de cinco días de ocho horas laborales, que se trabajaran tres días de 11 horas. Los tres o cuatro días restantes serían de un descanso que permite leer, actividades de entretenimiento, la convivencia familiar, acceso a la cultura, educación, viajes...
P. Es un cambio cultural.
R. Estamos viviendo un cambio de civilización total, con nuevos paradigmas y lo que tenemos que hacer son los cambios estructurales que este requiere. Hay que hacer los cambios. No es posible pensar en que haya un 50% de jóvenes sin empleo, o 30% o 25%. No es posible pensar que el sistema de bienestar siga creciendo reduciendo la edad a la que se jubila la gente. Los planes de paro o de seguro al desempleo deben estar ligados a una reconversión laboral para que persona que está desempleada hoy, que se dedicaba a cierta actividad, se le prepare para otras actividades, porque si no nunca va a encontrar empleo en lo que sabe hacer, tiene que aprender para tener una capacidad multiempleo, que tenga capacidad para diversos empleos. Cuanta más preparación tiene una persona, más posibilidades tiene de ser una oferta mejor y más facilidad de emplearse. Hace cuatro décadas, Alvin Toffler hablaba de las crisis que se provocan en los cambios de civilización. Lo que está pasando en Europa, y en el mundo en general, es una crisis de cambio de civilización. Al aumentar la productividad, al ser más eficientes, al globalizarse, al dejar de ser competitivos para la producción de ciertos bienes, empiezan a provocarse este tipo de problemas ante los que se tienen que hacer cambios de fondo para resolverlos. Y hablando de números, los números no dan para sostener estos programas. Si se hacen los números de cuánto cuesta el valor actual de la jubilación de la población económicamente activa con empleo y sin empleo, resulta insostenible. Entonces lo que hay que hacer son esos ajustes y, claro, ofrecer algo a cambio, las gentes trabajan más años y trabajan menos horas durante probablemente los últimos 15 años, o los últimos 10 años o 20 años. Está ligado a trabajar más años y probablemente menos días, menos horas y eso permite además una vida más plena. Porque al final lo que combate la pobreza es el empleo, el empleo satisfactorio, que además dignifica a la persona, el empleo no solo es una responsabilidad social, sino una necesidad emocional.
P. Desde los ojos de un inversionista, ¿dónde están en este momento las oportunidades en Europa? ¿En qué sectores?
R. Primero es muy importante que se resuelvan estos problemas estructurales. Veo difícil que los países una vez que han alcanzado el desarrollo regresen al subdesarrollo, no hay muestras sustanciales de ello. Sí hay muestras de que otros avanzan más que ellos, que adelantan... Europa pasará algunos tiempos difíciles, pero habrá que llegar a encontrar las soluciones y continuar su desarrollo. Hay actividades que van a ser más generadoras de empleo, porque son actividades que van a ser más intensas y amplias en su funcionamiento. Una de ellas es la tecnología de la información, son campos atractivos, con futuro. Por supuesto la salud va a ser muy importante como inversión, la educación, el entretenimiento, el cuidado de las personas mayores, el turismo... En el momento en que se corrijan las cosas todas estas actividades van a ser generadoras de empleo. Muchas de las que van en esa dirección serían interesantes inversiones para las personas en Europa y en el mundo, en cualquier lugar van a ser cada vez más demandantes, con más inversión, con más actividad económica y más empleo. Es una sociedad, debe estar muy claro, la mundial, de servicios.
P. Aunque todo el mundo está muy preocupado y pesimista, usted está haciendo inversiones en Europa ¿es sintomático de que ya está esperando la recuperación?
R. No, no. Pero creo que las inversiones en negocios de tecnología son muy intensivas en capital, y hay cambios tecnológicos muy rápidos y siempre ha sido uno de nuestros principios mantenernos en la vanguardia de la modernidad y de la tecnología. El que no invierte, si ya está en el negocio, pierde calidad en sus servicios, pierde la alternativa de ofrecer más servicios o pierde participación de mercado y atención a sus clientes. Los clientes van a escoger a aquellas empresas que tengan inversiones que les permitan ofrecer los servicios de vanguardia, la preferencia de los clientes en general están ligadas a ello, y por eso es muy importante en este sector que hagamos estas inversiones. El sistema nervioso de esta civilización es la tecnología de la información y estamos al principio de su desarrollo. Aunque lo que hemos visto en estos últimos 10 años es enorme y muy importante, estamos al principio. El potencial de inversión y de actividad en estos campos creemos que es muy grande.
P. Sus inversiones, como las recientes en empresas telefónicas de Holanda y Austria, ¿constituyen el principio de una estrategia de incursión más agresiva en el mercado europeo?
El tipo de cambio del euro es tan alto que le quita competitividad a Europa
R. Ya lo estamos haciendo, porque el objetivo de haber entrado en forma minoritaria es apoyar a la administración y a las empresas, principalmente, para que incrementen sus inversiones para poder tener una mejor infraestructura, lo más avanzada que se pueda, e impulsar la inversión de estas empresas.
P. ¿Está descontando que los líderes europeos se van a tener que poner de acuerdo muy pronto?
R. No veo por qué tiene que ser una decisión conjunta, cada país debería tomar sus propias decisiones. Lo que necesitan hacer son los cambios estructurales y cada país debe hacerlos y corregir. Cuando un país europeo tiene una captación fiscal muy grande y además tiene un déficit, creo que en algunos casos más de la mitad del producto interno lo manejan los gobiernos, incluyendo el déficit fiscal, y aparte de que tiene una gran captación fiscal, tiene también endeudamiento porque tiene déficit fiscal, pues ¿cómo puede corregir esos déficit fiscales excesivos? Supuestamente subiendo ingresos, es decir, subir impuestos, que ya son altos; o bajando egresos que significa recesión, o vender activos. Yo creo que lo que debe hacer Europa es vender activos. El Estado hace demasiadas cosas. Lo que debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al sector privado y a esos grandes recursos que hay en todo el mundo, por la política monetaria laxa que hay en Estados Unidos y en Europa también, y por las bajas tasas de interés, a que hagan la inversión que el Estado ya no tiene por qué seguir haciendo. Uno de los paradigmas de esta nueva civilización es que el Estado se hace más chico y la sociedad civil se hace más grande. El mundo está atrasado en ese sentido. Tiene que haber una mayor promoción de la sociedad civil, que participe más en muchas actividades de gobierno, pero también que invierta en lugar de que todo lo tenga que invertir el Estado, por ejemplo en las autopistas. Hasta los hospitales y las escuelas pueden ser financiadas con dinero privado y con eso el Estado quita presión a sus necesidades financieras. Se necesita inversión para que haya actividad económica y para que haya empleo se necesita actividad económica.
P. ¿Ve resistencia a entrar a ese modelo?
R. No, no sé por qué no se hace. Yo creo que es inercia. Inercia. Porque estamos viendo que además la medicina que se está planteando es la tradicional, es la que se aplica a los países en desarrollo hace muchos años. Antes yo decía que las crisis en los países subdesarrollados las pagaban los consumidores y en los desarrollados, los ahorradores. En los países desarrollados acudían simplemente a bajar la tasa de interés y se componía todo. Pero son tantos los excesos que ha habido, básicamente es un problema de excesos, que hay que sacrificarse ahora, el ahorrador con tasas negativas, y el consumidor con políticas recesivas.
P. ¿Cuál es su posición sobre el futuro del euro?
R. Creo que debe sobrevivir. Deben buscar políticas fiscales que se cumplan. Lo único que podría observar es que un tipo de cambio del euro muy alto, ante un dólar que ha buscado devaluarse con todas las monedas para hacer algunas correcciones de tipo comercial y de cuenta corriente, queda de un nivel tan alto que le quita competitividad a Europa, entonces en muchos sentidos provoca que Europa se vuelva una especie de economía cerrada, en donde solamente los que están alrededor del euro pueden comerciar entre ellos, pero que les cueste trabajo exportar hacia otros lados o tener capacidad competitiva.
P. ¿Cuál es su plan a medio y largo plazo en Europa?
R. Nosotros no vamos a lo coyuntural, lo que estamos invirtiendo es con un concepto de largo plazo. Las inversiones que hemos hecho, y nuestro planteamiento, es de largo plazo. No estamos invirtiendo porque vale 100 y para que suba a 120 o 200 y venderla. Largo plazo en el que por eso se vuelve muy importante la inversión, capex le llaman allá ¿no?, inversiones de capital para tener empresas de vanguardia en los mercados en donde están.
P. ¿A los líderes europeos les ha faltado imaginación, creatividad, arrojo?
R. Se antojaría más liderazgo.
P. ¿Qué de la experiencia mexicana de lidiar con crisis le recuerda lo que está pasando en Europa?
R. Por ejemplo en el sistema bancario sería ideal un poco más la fórmula americana de la capitalización preferente que a fondo perdido, minimizar el pago de la sociedad, que sea más una especie de capitalización temporal, por ejemplo, un saneamiento. Otra cosa: los gobiernos están muy endeudados. ¿La deuda la tiene quién? Privados. Bueno, pues buscar cambiar activos por deuda, reducir las deudas, eliminar los déficit fiscales, bajarlos. He sostenido que en virtud de la crisis de la deuda externa de 1982, y con el Consenso de Washington, nos volcamos hacia el exterior, más exportación, aperturas comerciales, tipos de cambio con flexibilidad para poder exportar mejor con devaluaciones, apertura a la inversión, privatizaciones que sanearon al sistema fiscal de nuestros países... Desde hace varios años creo que es muy importante volcarnos a apoyar el desarrollo de la economía interna, la economía doméstica. Como se van a cerrar los mercados externos creo que es muy importante volcarnos en nuestros países, sin menoscabo de nuestro comercio exterior y nuestra actividad externa, a desarrollar mucho la actividad doméstica. Eso permitiría más actividad, más empleo, subir la masa salarial de manera importante, que va a ser la solución que China va a encontrar, hay que ver qué tanto logra China hacer para que lo que deja de exportar sea sustituido por consumo interno. Lo que debe hacer Europa es corregir sus problemas, hacer los cambios de fondo que tenga que hacer, más allá de que su peso económico en el corto plazo disminuya o se mantenga. Creo que haciendo las correcciones Europa sigue siendo una zona con un gran potencial de desarrollo, que puede estar a la vanguardia en muchos sentidos, sobre todo si hace las correcciones y anticipa muchas de las cosas que habrá que hacer, como lo que hablábamos de la edad de jubilación combinado con los días de trabajo, y que eso dé capacidad de que trabajen otras personas, porque ahorita lo importante es que las máquinas trabajen 24 horas y que las personas sean las que trabajen menos.
Salvador Camarena
México, El País
A los 72 años de edad, el hombre más rico del mundo hace un alegato en contra del retiro a temprana edad. Carlos Slim Helú tiene una apretada agenda y no ha terminado una reunión cuando ya se están congregando en torno a su mesa los convocados a la siguiente. En esta entrevista sobre la situación europea argumenta que en su modelo actual el Estado de bienestar construido en Europa se ha vuelto insostenible. Explica que, entre otras cosas, se requieren ajustes para garantizar que quienes están en el paro reciban capacitación para empleos ligados a las nuevas necesidades. Aboga además por establecer una edad de retiro más alta que incluya un esquema donde en los últimos años se trabajen menos, aunque más largas, jornadas laborales.
El presidente honorario de Grupo Carso (América Movil) ofrece su consejo para salir más pronto de la crisis: “Lo que Europa debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al sector privado a que haga la inversión que el Estado ya no tiene por qué seguir haciendo”.
Pregunta. Recientemente usted declaró en una entrevista: “Tú lees los números y los números te dicen lo qué está pasando”. ¿Qué le dicen los números de Europa? ¿Que está pasando ahí?
Respuesta. Es una combinación de números, de conceptos y tiene también que ver incluso con la historia y la evolución de las cosas. Desde hace 10.000 años, en las sociedades la tecnología ha ido provocando los avances de civilización: la rueda, el alfabeto, la navegación, los molinos, todo. Ese avance normalmente ha sido paulatino, continuo. Pero de repente hay grandes cambios tecnológicos, revoluciones tecnológicas, que provocan grandes cambios de civilización. Pasó con la sociedad industrial, sobre todo en su segunda etapa, a principios del siglo XX, y ahora con la sociedad tecnológica, avanzada, acelerada. Después de pasar por una época posindustrial estamos viviendo esta nueva civilización en la que los paradigmas son muy diferentes a los de las sociedades agrícolas, en donde el poder era monolítico, había esclavitud, no había derechos humanos. Hoy estamos 180 grados al revés, esta nueva civilización es de democracia, libertad, derechos humanos, cuidado del medio ambiente, competencia, productividad, globalización... Este gran cambio tecnológico tiene muchas consecuencias. Después de la II Guerra Mundial ha habido un gran desarrollo de Europa, un gran crecimiento económico, crecimiento de la población también, pero sobre todo un gran crecimiento de la incidencia fiscal de los gobiernos, que hacen una recaudación sustancialmente alta del producto interno y, además de eso, tienen déficit. Entonces están tomando una gran parte del producto interno. Y las razones principales de lo que está pasando son que, después de la II Guerra Mundial, los gobiernos y el Estado establecieron un Estado de bienestar cada vez mayor que ya se volvió insostenible. Es necesario hacerle algunos ajustes a este Estado de bienestar establecido. Se necesitan algunos cambios estructurales, que se ve que no están haciendo, y están acudiendo a la tradicional receta del ajuste del déficit fiscal a través de aumento de impuestos o reducción de gasto público. En ese Estado de bienestar las personas se están jubilando a los 60 años en algunos lados, cuando la esperanza de vida cuando alguien llega a los 60 años probablemente es de 85 o más años, y es de esperar que siga creciendo. Hay programas de salud universal, que son muy importantes, pero poco eficientes y muchas veces abiertos a los turistas. Entonces empieza a haber un seguro de salud que no obedece a causas normales, sino que los turistas se aprovechan de esas condiciones para hacer uso de los servicios médicos, acceder a operaciones quirúrgicas o prótesis yendo al país que los ofrece gratuitamente. Lo más grave que está pasando, y ahí sí los números hablan de una manera implacable, es la gran cantidad de desempleados, especialmente jóvenes. Eso desde el punto de vista social, económico y en general es muy preocupante en el caso de Europa. Y no se ve que se esté pensando en la solución de ello. Ya no es importante si el PIB crece un punto o dos o menos dos. De todas maneras los niveles de ingreso per cápita siguen siendo altos, no habrá una regresión a niveles de subdesarrollo. Lo grave es que ya los niveles de desempleo son muy altos, y que algunas políticas recesivas que están siguiendo para hacer los ajustes agudizan más el problema.
P. ¿Qué cambios estructurales se requieren para el Estado de bienestar?
R. La edad de retiro debe ser mayor, porque en el pasado eran sociedades de mucho trabajo físico, en la sociedad industrial había que estar en la máquina, había que trabajar físicamente y había un gran desgaste. Ahora son sociedades de servicios, en donde lo importante no es la fuerza física ni el trabajo físico, sino la experiencia y el conocimiento. En una sociedad del conocimiento, es una tristeza que a la mejor edad del ser humano alguien deje de estar ocupado cuando a los 60 años está en su mejor momento.
P. ¿Usted ya estaría retirado?
R. ¡Uy, desde hace mucho! Eso es absurdo. En una sociedad del conocimiento la gente con más experiencia y conocimiento se desaprovecha porque se queda sin trabajo. Creo que debe haber una jubilación mucho más tardía. Yo diría a los 70 años por dar una cifra, pensando en que las personas van a vivir 85 y más años; cuando ya una persona llega a los 65 o 70 años la esperanza de vida es mayor, la esperanza de vida hoy puede ser 75 o 77 cuando se nace, pero el que ya libró los primeros 70 años de vida se puede ir más para adelante. Cuando ya llegó uno a esas edades la esperanza es mayor. Por otro lado creo que hay que buscar por supuesto continuar con la salud universal, más eficiente, mejor cuidada, regulada, evitando los abusos, con más inteligencia. También debe haber redes de protección social a un nivel adecuado y que en los programas de retiro se les pague a las personas por capacitarse para una reconversión laboral. Es decir: yo no tengo empleo, entonces en lugar de que me den 1.000 euros, sí, que me los den, pero tengo que ir de tal hora a tal hora a capacitarme en equis número de actividades en las que va a haber demanda laboral, no en las que ya no hay demanda laboral. Es muy importante que los gobiernos estudien, y en general los especialistas, en dónde se van a generar los nuevos empleos en los próximos 5 o 10 años para desde ahora capacitar a las personas para esos empleos, e impulsar las actividades en donde se van a generar esos nuevos empleos para darle cabida a las personas nuevas que lo demanden. Además también cabe hacer programas de empleo, sobre todo en el caso de Europa, con fórmulas de trabajo de tres o cuatro días. En lugar de cinco días de ocho horas laborales, que se trabajaran tres días de 11 horas. Los tres o cuatro días restantes serían de un descanso que permite leer, actividades de entretenimiento, la convivencia familiar, acceso a la cultura, educación, viajes...
P. Es un cambio cultural.
R. Estamos viviendo un cambio de civilización total, con nuevos paradigmas y lo que tenemos que hacer son los cambios estructurales que este requiere. Hay que hacer los cambios. No es posible pensar en que haya un 50% de jóvenes sin empleo, o 30% o 25%. No es posible pensar que el sistema de bienestar siga creciendo reduciendo la edad a la que se jubila la gente. Los planes de paro o de seguro al desempleo deben estar ligados a una reconversión laboral para que persona que está desempleada hoy, que se dedicaba a cierta actividad, se le prepare para otras actividades, porque si no nunca va a encontrar empleo en lo que sabe hacer, tiene que aprender para tener una capacidad multiempleo, que tenga capacidad para diversos empleos. Cuanta más preparación tiene una persona, más posibilidades tiene de ser una oferta mejor y más facilidad de emplearse. Hace cuatro décadas, Alvin Toffler hablaba de las crisis que se provocan en los cambios de civilización. Lo que está pasando en Europa, y en el mundo en general, es una crisis de cambio de civilización. Al aumentar la productividad, al ser más eficientes, al globalizarse, al dejar de ser competitivos para la producción de ciertos bienes, empiezan a provocarse este tipo de problemas ante los que se tienen que hacer cambios de fondo para resolverlos. Y hablando de números, los números no dan para sostener estos programas. Si se hacen los números de cuánto cuesta el valor actual de la jubilación de la población económicamente activa con empleo y sin empleo, resulta insostenible. Entonces lo que hay que hacer son esos ajustes y, claro, ofrecer algo a cambio, las gentes trabajan más años y trabajan menos horas durante probablemente los últimos 15 años, o los últimos 10 años o 20 años. Está ligado a trabajar más años y probablemente menos días, menos horas y eso permite además una vida más plena. Porque al final lo que combate la pobreza es el empleo, el empleo satisfactorio, que además dignifica a la persona, el empleo no solo es una responsabilidad social, sino una necesidad emocional.
P. Desde los ojos de un inversionista, ¿dónde están en este momento las oportunidades en Europa? ¿En qué sectores?
R. Primero es muy importante que se resuelvan estos problemas estructurales. Veo difícil que los países una vez que han alcanzado el desarrollo regresen al subdesarrollo, no hay muestras sustanciales de ello. Sí hay muestras de que otros avanzan más que ellos, que adelantan... Europa pasará algunos tiempos difíciles, pero habrá que llegar a encontrar las soluciones y continuar su desarrollo. Hay actividades que van a ser más generadoras de empleo, porque son actividades que van a ser más intensas y amplias en su funcionamiento. Una de ellas es la tecnología de la información, son campos atractivos, con futuro. Por supuesto la salud va a ser muy importante como inversión, la educación, el entretenimiento, el cuidado de las personas mayores, el turismo... En el momento en que se corrijan las cosas todas estas actividades van a ser generadoras de empleo. Muchas de las que van en esa dirección serían interesantes inversiones para las personas en Europa y en el mundo, en cualquier lugar van a ser cada vez más demandantes, con más inversión, con más actividad económica y más empleo. Es una sociedad, debe estar muy claro, la mundial, de servicios.
P. Aunque todo el mundo está muy preocupado y pesimista, usted está haciendo inversiones en Europa ¿es sintomático de que ya está esperando la recuperación?
R. No, no. Pero creo que las inversiones en negocios de tecnología son muy intensivas en capital, y hay cambios tecnológicos muy rápidos y siempre ha sido uno de nuestros principios mantenernos en la vanguardia de la modernidad y de la tecnología. El que no invierte, si ya está en el negocio, pierde calidad en sus servicios, pierde la alternativa de ofrecer más servicios o pierde participación de mercado y atención a sus clientes. Los clientes van a escoger a aquellas empresas que tengan inversiones que les permitan ofrecer los servicios de vanguardia, la preferencia de los clientes en general están ligadas a ello, y por eso es muy importante en este sector que hagamos estas inversiones. El sistema nervioso de esta civilización es la tecnología de la información y estamos al principio de su desarrollo. Aunque lo que hemos visto en estos últimos 10 años es enorme y muy importante, estamos al principio. El potencial de inversión y de actividad en estos campos creemos que es muy grande.
P. Sus inversiones, como las recientes en empresas telefónicas de Holanda y Austria, ¿constituyen el principio de una estrategia de incursión más agresiva en el mercado europeo?
El tipo de cambio del euro es tan alto que le quita competitividad a Europa
R. Ya lo estamos haciendo, porque el objetivo de haber entrado en forma minoritaria es apoyar a la administración y a las empresas, principalmente, para que incrementen sus inversiones para poder tener una mejor infraestructura, lo más avanzada que se pueda, e impulsar la inversión de estas empresas.
P. ¿Está descontando que los líderes europeos se van a tener que poner de acuerdo muy pronto?
R. No veo por qué tiene que ser una decisión conjunta, cada país debería tomar sus propias decisiones. Lo que necesitan hacer son los cambios estructurales y cada país debe hacerlos y corregir. Cuando un país europeo tiene una captación fiscal muy grande y además tiene un déficit, creo que en algunos casos más de la mitad del producto interno lo manejan los gobiernos, incluyendo el déficit fiscal, y aparte de que tiene una gran captación fiscal, tiene también endeudamiento porque tiene déficit fiscal, pues ¿cómo puede corregir esos déficit fiscales excesivos? Supuestamente subiendo ingresos, es decir, subir impuestos, que ya son altos; o bajando egresos que significa recesión, o vender activos. Yo creo que lo que debe hacer Europa es vender activos. El Estado hace demasiadas cosas. Lo que debe hacer son dos cosas: vender activos, que bajen su endeudamiento y sus déficits, pero también invitar al sector privado y a esos grandes recursos que hay en todo el mundo, por la política monetaria laxa que hay en Estados Unidos y en Europa también, y por las bajas tasas de interés, a que hagan la inversión que el Estado ya no tiene por qué seguir haciendo. Uno de los paradigmas de esta nueva civilización es que el Estado se hace más chico y la sociedad civil se hace más grande. El mundo está atrasado en ese sentido. Tiene que haber una mayor promoción de la sociedad civil, que participe más en muchas actividades de gobierno, pero también que invierta en lugar de que todo lo tenga que invertir el Estado, por ejemplo en las autopistas. Hasta los hospitales y las escuelas pueden ser financiadas con dinero privado y con eso el Estado quita presión a sus necesidades financieras. Se necesita inversión para que haya actividad económica y para que haya empleo se necesita actividad económica.
P. ¿Ve resistencia a entrar a ese modelo?
R. No, no sé por qué no se hace. Yo creo que es inercia. Inercia. Porque estamos viendo que además la medicina que se está planteando es la tradicional, es la que se aplica a los países en desarrollo hace muchos años. Antes yo decía que las crisis en los países subdesarrollados las pagaban los consumidores y en los desarrollados, los ahorradores. En los países desarrollados acudían simplemente a bajar la tasa de interés y se componía todo. Pero son tantos los excesos que ha habido, básicamente es un problema de excesos, que hay que sacrificarse ahora, el ahorrador con tasas negativas, y el consumidor con políticas recesivas.
P. ¿Cuál es su posición sobre el futuro del euro?
R. Creo que debe sobrevivir. Deben buscar políticas fiscales que se cumplan. Lo único que podría observar es que un tipo de cambio del euro muy alto, ante un dólar que ha buscado devaluarse con todas las monedas para hacer algunas correcciones de tipo comercial y de cuenta corriente, queda de un nivel tan alto que le quita competitividad a Europa, entonces en muchos sentidos provoca que Europa se vuelva una especie de economía cerrada, en donde solamente los que están alrededor del euro pueden comerciar entre ellos, pero que les cueste trabajo exportar hacia otros lados o tener capacidad competitiva.
P. ¿Cuál es su plan a medio y largo plazo en Europa?
R. Nosotros no vamos a lo coyuntural, lo que estamos invirtiendo es con un concepto de largo plazo. Las inversiones que hemos hecho, y nuestro planteamiento, es de largo plazo. No estamos invirtiendo porque vale 100 y para que suba a 120 o 200 y venderla. Largo plazo en el que por eso se vuelve muy importante la inversión, capex le llaman allá ¿no?, inversiones de capital para tener empresas de vanguardia en los mercados en donde están.
P. ¿A los líderes europeos les ha faltado imaginación, creatividad, arrojo?
R. Se antojaría más liderazgo.
P. ¿Qué de la experiencia mexicana de lidiar con crisis le recuerda lo que está pasando en Europa?
R. Por ejemplo en el sistema bancario sería ideal un poco más la fórmula americana de la capitalización preferente que a fondo perdido, minimizar el pago de la sociedad, que sea más una especie de capitalización temporal, por ejemplo, un saneamiento. Otra cosa: los gobiernos están muy endeudados. ¿La deuda la tiene quién? Privados. Bueno, pues buscar cambiar activos por deuda, reducir las deudas, eliminar los déficit fiscales, bajarlos. He sostenido que en virtud de la crisis de la deuda externa de 1982, y con el Consenso de Washington, nos volcamos hacia el exterior, más exportación, aperturas comerciales, tipos de cambio con flexibilidad para poder exportar mejor con devaluaciones, apertura a la inversión, privatizaciones que sanearon al sistema fiscal de nuestros países... Desde hace varios años creo que es muy importante volcarnos a apoyar el desarrollo de la economía interna, la economía doméstica. Como se van a cerrar los mercados externos creo que es muy importante volcarnos en nuestros países, sin menoscabo de nuestro comercio exterior y nuestra actividad externa, a desarrollar mucho la actividad doméstica. Eso permitiría más actividad, más empleo, subir la masa salarial de manera importante, que va a ser la solución que China va a encontrar, hay que ver qué tanto logra China hacer para que lo que deja de exportar sea sustituido por consumo interno. Lo que debe hacer Europa es corregir sus problemas, hacer los cambios de fondo que tenga que hacer, más allá de que su peso económico en el corto plazo disminuya o se mantenga. Creo que haciendo las correcciones Europa sigue siendo una zona con un gran potencial de desarrollo, que puede estar a la vanguardia en muchos sentidos, sobre todo si hace las correcciones y anticipa muchas de las cosas que habrá que hacer, como lo que hablábamos de la edad de jubilación combinado con los días de trabajo, y que eso dé capacidad de que trabajen otras personas, porque ahorita lo importante es que las máquinas trabajen 24 horas y que las personas sean las que trabajen menos.