Burlas y lisonjas en el 60º cumpleaños de Vladímir Putin

El presidente ruso se explaya sobre las Pussy Riot, Medvédev y la fauna en peligro en un reportaje televisivo destinado a ensalzarle

Pilar Bonet
Moscú, El País
Muchas felicitaciones oficiales, algunas burlas públicas con detenciones incluidas y un adulador reportaje televisivo fueron algunas de las manifestaciones que rodearon el 60 cumpleaños del presidente de Rusia, Vladímir Putin, este domingo. El hombre más poderoso del país pasó la jornada en San Petersburgo, su ciudad natal, en compañía de familiares y amigos, según la información oficial.


Las felicitaciones al líder llegaron de los miembros del Gobierno, de los jefes de Estado de la Comunidad de Estados Independientes, del patriarca de la Iglesia Ortodoxa y de toda la clase política. Las burlas públicas se dieron en forma de piquetes que fueron prontamente disueltos tanto en Moscú como en San Petersburgo. En la capital rusa los manifestantes, con el lema “mandemos a la jubilación al abuelo”, trataron de llevar regalos al edificio de la Administración Presidencial. Fueron detenidas cuatro personas, que llevaban, entre otras cosas, un aparato para lavativas, un traje de presidario, unos gorros cortados al estilo Pussy Riot y un rastrillo. En San Petersburgo también hubo detenciones.

Para un observador de la realidad rusa lo más notable fue el reportaje que el canal de televisión NTV, un medio de comunicación perteneciente al monopolio de gas Gazprom, proyectó en la hora de más audiencia de la semana, el domingo por la noche, en el marco de un nuevo show semanal. El canal pretendía hacer un reportaje sobre un supuesto Putin inédito, en el que podía verse al jefe del Estado en su despacho, sorbiendo té de su termo particular a altas horas de la noche, desplazándose en su coche oficial y haciendo gimnasia y desayunando en su villa de Novo-Ogoriovo, en las afueras de la capital. El resultado fue un producto muy artificial en el que la adulación era el principal ingrediente y en el que el entrevistador, Vadim Takménev, se comportaba como si tratara de demostrar a una audiencia de paletos que el presidente de Rusia es un ser humano. En la amplia cocina de la residencia presidencial, el autor del documental y Putin tomaron el desayuno después de que el presidente hubiera nadado un kilómetro en su piscina.

Ante un tazón de gachas y un vaso con huevos de codorniz, Putin saboreaba un plato de requesón con miel y, refiriéndose al requesón, afirmó que ese manjar se lo manda regularmente el mismo patriarca Kiril. Preguntado después por la condena a dos años de prisión de tres jóvenes integrantes del grupo rock-punk Pussy Riot, Putin afirmó que la sentencia le parecía correcta. “Es correcto que las arrestaran y es correcto que el tribunal tomara esa decisión. Porque no se pueden socavar las bases de la moral, la moralidad y destruir el país”, sentenció el presidente. Putin quiso puntualizar que las chicas no habían llegado a pronunciar su nombre en la iglesia, indicando así que el motivo de la condena no había sido la crítica a su persona, en contra de lo que creen muchos observadores y argumentan los abogados de las acusadas. Las jóvenes condenadas de Pussy Riot lo fueron por su actuación en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador, en Moscú, el pasado febrero y también por el videoclip en el que piden a la Virgen María que eche a Putin. Las Pussy Riot recurrieron su condena en primera instancia el pasado agosto y el recurso será visto esta semana por un tribunal de segunda instancia.

Putin quiso también desmentir que se aferra al poder y que fue él quien realmente dirigió el país durante el mandato presidencial de Dmitri Medvédev (2008-2012). Aseguró que Medvédev había sido elegido por sus cualidades propias además de por su propia recomendación y que no le costaría volver a dejar el poder una segunda vez. Claro que no dijo cómo ni cuando. Putin se equivocó al opinar que el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, se iba a “aferrar” al poder, tras las elecciones del pasado lunes. Para acabar de completar el retrato del líder, antes de emitirse el reportaje un grupo de maestros y compañeros de clase del joven Putin comentaron sus recuerdos sobre el personaje y, entre risas, no se les ocurrió nada mejor que contar cómo el actual presidente había cortado la cabeza de un hachazo a un pato, porque nadie quería matarlo. Después de comentar que si no se mataba al pato se quedarían sin comer, el joven Putin “condenó a muerte” al animal y “lo liquidó”, dijo su vieja maestra.

En la actualidad, Putin se esfuerza por manifestar su interés por la fauna en vías de extinción. En el reportaje de NTV, Putin dijo que como presidente y a pesar de las muchas ocupaciones que tiene, consigue hacer todo lo que quiere. “La gente tiene diferentes opiniones sobre esto, pero yo no renuncio a nada. Por ejemplo, me gusta ocuparme de los animales. Voy de aquí para allá: al Lejano Oriente, al Norte, al Sur. Esto me gusta”, dijo.

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