Alemania se enfrenta al FMI y rechaza dar marcha atrás en la austeridad

El Fondo ha admitido que los recortes tienen un fuerte efecto sobre el crecimiento
Lagarde considera que es mejor dar más tiempo a países como España, Portugal o Grecia
El ministro de Finanzas alemán cree que "cuando hay un objetivo" de déficit, no se debe recular

Miguel Jiménez
Tokio, El País
La política de recortes y austeridad a ultranza, que santifica los objetivos de déficit, es contraproducente. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, oficializó este jueves en Tokio su abandono de las tesis de la austeridad como remedio para la crisis europea. A veces es mejor dar “más tiempo” para el ajuste a países como España, Portugal o Grecia, señaló en rueda de prensa. Completaba un giro que arrancó el lunes con la publicación de un informe que alertaba de que los efectos de los ajustes sobre la economía son más duros de lo que se creía hasta hora.


Pero está por ver que las tesis del FMI se impongan. Alemania ya contestó este jueves. “El FMI ha dicho una y otra vez que una deuda pública alta supone un problema”, recordó en Tokio su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. “Así que cuando hay un objetivo a medio plazo, no crea confianza que uno empiece a ir en dirección contraria. Cuando quieres subir una montaña alta y empiezas a descender, luego la montaña será aún más alta”, replicó.

El organismo que dirige lagarde cree que sí hay espacio para dar más margen. “El tiempo es esencial, en lugar de cargar duramente al principio con los ajustes, dadas las circunstancias y el hecho de que muchos países están aplicando a la vez las mismas políticas de reducción del déficit, a veces es mejor tener un poco más de tiempo. Eso es lo que preconizamos para Portugal, para España y para Grecia”, país donde concretó que harían falta dos años más para cumplir los objetivos.


“En las actuales circunstancias, y dada la reevaluación de los multiplicadores que hemos realizado, no creo que sea sensato atarse a los objetivos nominales”. Es decir, en lo que hay que fijarse es en el déficit estructural, descontando el efecto que tiene la recesión, y no en las cifras absolutas. Lagarde dejó claro que esa reflexión “se aplica a casi todos los países que, en particular en la zona euro, están aplicando ese conjunto de políticas”. El FMI cree que España no logrará reducir el déficit público al 3% hasta 2017.
Más tiempo pero los mismos ajustes

¿Significa eso que no haya ajustes? No exactamente. Hay que “aplicar las medidas” , pero luego dejar que los estabilizadores automáticos operen, lo que supone menos ingresos y más gastos (más déficit) en recesión. Lo que sostiene el FMI es que no hay que seguir persiguiendo el objetivo de déficit inicial con nuevos ajustes si la economía crece menos por culpa de los anteriores ajustes. Aquiles nunca adelantaría a la tortuga, por así decirlo. Solo que en este caso no es un sofisma. Un estudio del Fondo con datos de 28 países muestra que el multiplicador fiscal a corto plazo (el efecto sobre la economía de los ajustes) no es de 0,5 veces, como se calculaba, sino de 0,9 a 1,7 veces. Es decir, un ajuste de un punto del PIB provoca una caída de la economía del 0,9% al 1,7%.

Sonó a giro copernicano, más viniendo de quien como ministra de Economía de Francia fue defensora de la austeridad. Pero el FMI ya había empezado a tener en la crisis europea una aproximación menos maximalista que la de Alemania. Sus técnicos son conscientes de los malos resultados de las recetas de la troika (Comisión Europea, BCE y FMI) en Grecia y Portugal. Este último es el mejor ejemplo, porque Lisboa ha ido aplicando al pie de la letra los ajustes que le dictaban y ni aun así ha cumplido con el déficit, dado que esas políticas han hundido la economía. La troika ha acabado suavizando la senda de disminución del déficit y dar un año extra a Portugal. La pregunta que para siempre quedará sin respuesta es si haber fijado desde el principio metas más realistas hubiera permitido alcanzar lo que ahora se acepta sin infligir tanto dolor a la economía por el camino.

En España, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, recordó que hace un año pidió más tiempo para reducir el déficit y le dijeron “de todo”. En el PP hubo cierta descoordinación. Mientras el secretario de Estado para la UE, Íñigo Fernández de Vigo, dijo que “no pasa nada por retrasar los objetivos”, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, insistió en que no se iban a modificar. Por otro lado, tras la reunión del G-24, que incluye a los principales países emergentes, el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, señaló que los llamados BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se están planteando crear una bolsa de reservas para contar con apoyo financiero en caso de problemas. “El mejor momento para hacerlo es ahora, cuando los BRIC no necesitan esa ayuda”.

Esa especie de fondo monetario emergente se interpreta por algunos como un desaire al FMI en vista que la reforma del Fondo, donde los países emergentes están infrarepresentados, y el nuevo reparto de cuotas no termina de salir adelante al faltar el apoyo decisivo de Estados Unidos.
Lamento por las ausencias chinas

La asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Tokio no se ha visto apenas acompañada hasta ahora de las protestas que suscitan este tipo de reuniones en otras ocasiones. Aunque a medida que se acerca la apertura oficial de la asamblea, prevista para este viernes, el despliegue y los controles de seguridad se han ido reforzando, hasta ahora lo más que ha habido es unas decenas de manifestantes repartiendo octavillas en favor de los derechos humanos y la democracia en China y protestando por la participación china en el evento.

En pleno conflicto diplomático con Japón por las pequeñas islas Senkaku, China ha decidido boicotear la reunión y enviar una representación de segundo nivel, cancelando la asistencia prevista del ministro de Finanzas, Xie Xuren, y del gobernador del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan.

Este último tenía reservado uno de los discursos más destacados de la asamblea, que ahora será pronunciado por el subgobernador. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, lamentó la ausencia de los principales responsables financieros chinos con algo de ironía. “Lo que nos preocupa es que se están perdiendo una gran reunión, porque Tokio está en su mejor momento.Los colores son hermosos, los árboles tienen los colores más bellos que uno pueda imaginar. La asamblea está muy bien organizada y tenemos un montón de cosas importantes que discutir y grandes debates y seminarios. Así que no asistiendo se están perdiendo algo grande”, señaló la responsable del FMI.

Más en serio, Lagarde sí señaló que esperaba que el conflicto entra ambos países se superase pronto de modo que, desde el punto de vista económico, la cooperación pueda continuar y beneficie no solo a Asia, sino a todo el mundo. Lagarde también pidió a China que sea un socio con todas las de la ley de la economía global y que potencie su demanda interna.

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