Rajoy se aferra a las pensiones y gana tiempo en plena precampaña gallega
Subirán el 1% en 2013 pero Montoro no aclara si revalorizará las de 2012
Carlos E. Cué
Madrid, El País
El Gobierno rebosa optimismo. 2013 será el año del final de la crisis, en 2012 se cumplirá el objetivo de déficit “sí y sí”, y la recaudación marcha según lo previsto. Los Presupuestos son el mayor instrumento político de un Gobierno, y Mariano Rajoy ha decidido hacer política. Sobre todo en su presentación. Lejos de la sucesión de malas noticias de otros viernes de pasión, este vez en jueves, el Gobierno trató de vender una decisión estratégica relevante: la subida de las pensiones, del 1%, para 2013.
Se anuncia justo ahora, cuando prácticamente ya ha arrancado la campaña electoral para las gallegas, en las que Rajoy se juega mucho. Galicia es una comunidad especialmente envejecida donde las pensiones son un asunto central. Rajoy ha decidido aferrarse a este último territorio de defensa frente a la presión de los mercados. Le quedan ya muy pocos, según señalan diversos dirigentes del PP. Pero hay dos —pensiones y seguro de desempleo— que son fundamentales antes de una secuencia de tres elecciones importantes: gallegas, vascas y catalanas, aunque para el presidente las realmente importantes son las primeras.
En vez de bajar las pensiones o congelarlas, como han tenido que hacer varios países con problemas en Europa e hizo Zapatero en 2011, el presidente toma otra decisión clave, acudir al fondo de reserva de la Seguridad Social, una medida con mucho menor coste político que una congelación de pensiones aunque con más riesgos financieros.
Rajoy gana así un tiempo precioso para tomar la otra decisión clave sobre pensiones. Aunque anuncia una subida, en realidad puede acabar en bajada de otra manera. Cristóbal Montoro no se comprometió este jueves con claridad a revalorizar las pensiones de 2012 con el IPC. Es lo que marca la ley, como recordó. Pero puede ser cambiada. Y no se comprometió a no hacerlo.
La decisión no está aún tomada, explicaba Rajoy el viernes en Roma. Se anunciará en noviembre, cuando toca. Esto es, después de las gallegas. Puede suponer hasta 4.000 millones de euros. Si no se revalorizan, Rajoy habría logrado el año pasado el mensaje de que subía las pensiones —1%, igual que en 2013— pero en realidad los pensionistas tendrían una caída de poder adquisitivo de hasta dos puntos, a la que se suman las subidas de impuestos.
El Gobierno se esforzó este jueves por difuminar los recortes que contiene el Presupuesto, evitando decisiones drásticas en cuestiones muy sensibles. Aunque eso no quiere decir que esas decisiones no se vayan a tomar. 10 días después de anunciar los últimos Presupuestos, en abril, el Gobierno se vio obligado por la presión de los mercados a presentar otro recorte drástico de 10.000 millones de euros en sanidad y educación. Y los grandes recortes de julio, con subidas de impuestos y recorte del sueldo de funcionarios, tampoco estaban en Presupuestos.
Rajoy gana así tiempo hasta las elecciones y mientras sigue deshojando la margarita del rescate. Pese a la presión, el presidente aguanta y trata de retrasarlo todo lo posible o incluso evitarlo. El ministro de Economía, Luis de Guindos, insistió en que aún no lo tienen claro: “Es una decisión extremadamente importante, cuando esté analizado todo, y teniendo en cuenta las implicaciones que tiene para España y para el euro, se tomará una decisión”.
Carlos E. Cué
Madrid, El País
El Gobierno rebosa optimismo. 2013 será el año del final de la crisis, en 2012 se cumplirá el objetivo de déficit “sí y sí”, y la recaudación marcha según lo previsto. Los Presupuestos son el mayor instrumento político de un Gobierno, y Mariano Rajoy ha decidido hacer política. Sobre todo en su presentación. Lejos de la sucesión de malas noticias de otros viernes de pasión, este vez en jueves, el Gobierno trató de vender una decisión estratégica relevante: la subida de las pensiones, del 1%, para 2013.
Se anuncia justo ahora, cuando prácticamente ya ha arrancado la campaña electoral para las gallegas, en las que Rajoy se juega mucho. Galicia es una comunidad especialmente envejecida donde las pensiones son un asunto central. Rajoy ha decidido aferrarse a este último territorio de defensa frente a la presión de los mercados. Le quedan ya muy pocos, según señalan diversos dirigentes del PP. Pero hay dos —pensiones y seguro de desempleo— que son fundamentales antes de una secuencia de tres elecciones importantes: gallegas, vascas y catalanas, aunque para el presidente las realmente importantes son las primeras.
En vez de bajar las pensiones o congelarlas, como han tenido que hacer varios países con problemas en Europa e hizo Zapatero en 2011, el presidente toma otra decisión clave, acudir al fondo de reserva de la Seguridad Social, una medida con mucho menor coste político que una congelación de pensiones aunque con más riesgos financieros.
Rajoy gana así un tiempo precioso para tomar la otra decisión clave sobre pensiones. Aunque anuncia una subida, en realidad puede acabar en bajada de otra manera. Cristóbal Montoro no se comprometió este jueves con claridad a revalorizar las pensiones de 2012 con el IPC. Es lo que marca la ley, como recordó. Pero puede ser cambiada. Y no se comprometió a no hacerlo.
La decisión no está aún tomada, explicaba Rajoy el viernes en Roma. Se anunciará en noviembre, cuando toca. Esto es, después de las gallegas. Puede suponer hasta 4.000 millones de euros. Si no se revalorizan, Rajoy habría logrado el año pasado el mensaje de que subía las pensiones —1%, igual que en 2013— pero en realidad los pensionistas tendrían una caída de poder adquisitivo de hasta dos puntos, a la que se suman las subidas de impuestos.
El Gobierno se esforzó este jueves por difuminar los recortes que contiene el Presupuesto, evitando decisiones drásticas en cuestiones muy sensibles. Aunque eso no quiere decir que esas decisiones no se vayan a tomar. 10 días después de anunciar los últimos Presupuestos, en abril, el Gobierno se vio obligado por la presión de los mercados a presentar otro recorte drástico de 10.000 millones de euros en sanidad y educación. Y los grandes recortes de julio, con subidas de impuestos y recorte del sueldo de funcionarios, tampoco estaban en Presupuestos.
Rajoy gana así tiempo hasta las elecciones y mientras sigue deshojando la margarita del rescate. Pese a la presión, el presidente aguanta y trata de retrasarlo todo lo posible o incluso evitarlo. El ministro de Economía, Luis de Guindos, insistió en que aún no lo tienen claro: “Es una decisión extremadamente importante, cuando esté analizado todo, y teniendo en cuenta las implicaciones que tiene para España y para el euro, se tomará una decisión”.