Putin ‘sobrevuela’ con las cigüeñas los problemas de Rusia
El presidente ruso dirige el vuelo de una bandada de aves mientras los problemas se acumulan en tierra
Pilar Bonet
Moscú, El País
Vladímir Putin, el presidente de Rusia, quiere sorprender de nuevo a sus conciudadanos y para ello, volará el jueves en un planeador Delta al frente de una bandada de cigüeñas de una rara especie. El jefe del Estado irá protegido por un casco y enfundado en una bata blanca para que las cigüeñas lo identifiquen como su “progenitor” y se dejen guiar por él en un tramo de su ruta migratoria desde Siberia a Asia Central. El vuelo, señalan los organizadores y fuentes del Kremlin, discurrirá sobre la península de Yamal. Putin ha sido especialmente preparado para su vuelo e irá acompañado de seis aves, que después continuarán su viaje guiadas por otros pilotos. El presidente, a su vez, proseguirá su propio viaje (esta vez en avión) hacia Vladivostok, donde participará en la cumbre de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico.
Las aves han sido criadas en el parque natural de Oksky (en la Rusia europea) con el fin de conservar una especie que cuenta con escasos miles de ejemplares. La participación en este proyecto para reintegrarlas en la naturaleza, denominado “el Vuelo de la Esperanza”, es la última ocurrencia de Putin, oficialmente para llamar la atención sobre las especies amenazadas. Pero esta vez, el líder va más allá de sus experiencias anteriores con osos polares o tigres y también de sus peculiares aficiones, como los encuentros con los moteros de la península de Crimea, que este verano le hicieron llegar con horas de retraso a una cita con el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich. Algunas de las “proezas” del dirigente tuvieron su truco. Así por ejemplo, las dos ánforas que supuestamente encontró el fondo del mar en 2011 fueron especialmente colocadas allí, como admitió después el portavoz presidencial. Antes, en su aparentemente espontáneo viaje en un coche amarillo por los accidentados caminos del Lejano Oriente, Putin iba acompañado por una nutrida comitiva y varios coches de repuesto.
El director del parque natural de Oksky, Yuri Markin, ha desmentido que el jefe del Estado vaya a ponerse también un pico blanco (a modo de proa), como afirmaban los medios rusos. La emisora el Eco de Moscú, citando a los organizadores del proyecto, afirma que los periodistas no podrán acercarse al lugar del vuelo porque las cigüeñas “no deben ver gente”. Esta información contrasta con la experiencia de la periodista Masha Guessen, autora de una cáustica biografía de Putin, que ha sido despedida como directora de la revista Alrededor del Mundo por negarse a cubrir la iniciativa del presidente.
La ocurrencia de Putin, que hace reír a unos y preocupa a otros, se produce justo cuando en Rusia se afianza un sistema cada vez más intolerante y restrictivo y se acumulan graves asuntos. Ayer, en Moscú, un comité de la Duma Estatal (Parlamento controlado por el partido gubernamental Rusia Unida) dio hasta el lunes próximo de plazo para examinar las supuestas pruebas para cesar como diputado a Guennadi Gudkov. Este legislador, un ex oficial del KGB, es un activo líder de la oposición que ha denunciado los fraudes en las elecciones parlamentarias y presidenciales. A Gudkov se le atribuyen actividades comerciales incompatibles con su escaño. Sin embargo, las acusaciones no están avaladas por un juez, son cuestionables jurídicamente y se refieren a la anterior legislatura, para la cual los diputados actuales no tienen competencias.
En este caso y en el de otros opositores, incluidas las Pussy Riot, hay características comunes. En todos ellos se producen manipulaciones de procedimiento al servicio de una implacable voluntad de “acoso y derribo” transmitida por el aparato funcionarial y político del régimen. La oposición ha colgado en la web documentos que supuestamente prueban las actividades comerciales impunes de diputados de Rusia Unida, entre ellos el presidente de la comisión de ética de la Duma, Vladímir Pejtin, que no habría declarado la compra de valiosos terrenos en San Petersburgo.
Mientras, la situación se ha crispado todavía más en el Cáucaso, después de que el presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov, se haya enzarzado en una disputa territorial con la vecina república de Ingushetia. En el distrito ingush de Sunzha, justo en el territorio reclamado por Kadírov, se produjo el miércoles un atentado contra una columna de policías que causó seis muertos entre los ingushes. Como en los atentados de los años noventa, durante las guerras de Chechenia, una mina destruyó el primer vehículo y los atacantes dispararon sobre el resto de la columna. No se ha dado información sobre la identidad de los agresores.
Pilar Bonet
Moscú, El País
Vladímir Putin, el presidente de Rusia, quiere sorprender de nuevo a sus conciudadanos y para ello, volará el jueves en un planeador Delta al frente de una bandada de cigüeñas de una rara especie. El jefe del Estado irá protegido por un casco y enfundado en una bata blanca para que las cigüeñas lo identifiquen como su “progenitor” y se dejen guiar por él en un tramo de su ruta migratoria desde Siberia a Asia Central. El vuelo, señalan los organizadores y fuentes del Kremlin, discurrirá sobre la península de Yamal. Putin ha sido especialmente preparado para su vuelo e irá acompañado de seis aves, que después continuarán su viaje guiadas por otros pilotos. El presidente, a su vez, proseguirá su propio viaje (esta vez en avión) hacia Vladivostok, donde participará en la cumbre de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico.
Las aves han sido criadas en el parque natural de Oksky (en la Rusia europea) con el fin de conservar una especie que cuenta con escasos miles de ejemplares. La participación en este proyecto para reintegrarlas en la naturaleza, denominado “el Vuelo de la Esperanza”, es la última ocurrencia de Putin, oficialmente para llamar la atención sobre las especies amenazadas. Pero esta vez, el líder va más allá de sus experiencias anteriores con osos polares o tigres y también de sus peculiares aficiones, como los encuentros con los moteros de la península de Crimea, que este verano le hicieron llegar con horas de retraso a una cita con el presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich. Algunas de las “proezas” del dirigente tuvieron su truco. Así por ejemplo, las dos ánforas que supuestamente encontró el fondo del mar en 2011 fueron especialmente colocadas allí, como admitió después el portavoz presidencial. Antes, en su aparentemente espontáneo viaje en un coche amarillo por los accidentados caminos del Lejano Oriente, Putin iba acompañado por una nutrida comitiva y varios coches de repuesto.
El director del parque natural de Oksky, Yuri Markin, ha desmentido que el jefe del Estado vaya a ponerse también un pico blanco (a modo de proa), como afirmaban los medios rusos. La emisora el Eco de Moscú, citando a los organizadores del proyecto, afirma que los periodistas no podrán acercarse al lugar del vuelo porque las cigüeñas “no deben ver gente”. Esta información contrasta con la experiencia de la periodista Masha Guessen, autora de una cáustica biografía de Putin, que ha sido despedida como directora de la revista Alrededor del Mundo por negarse a cubrir la iniciativa del presidente.
La ocurrencia de Putin, que hace reír a unos y preocupa a otros, se produce justo cuando en Rusia se afianza un sistema cada vez más intolerante y restrictivo y se acumulan graves asuntos. Ayer, en Moscú, un comité de la Duma Estatal (Parlamento controlado por el partido gubernamental Rusia Unida) dio hasta el lunes próximo de plazo para examinar las supuestas pruebas para cesar como diputado a Guennadi Gudkov. Este legislador, un ex oficial del KGB, es un activo líder de la oposición que ha denunciado los fraudes en las elecciones parlamentarias y presidenciales. A Gudkov se le atribuyen actividades comerciales incompatibles con su escaño. Sin embargo, las acusaciones no están avaladas por un juez, son cuestionables jurídicamente y se refieren a la anterior legislatura, para la cual los diputados actuales no tienen competencias.
En este caso y en el de otros opositores, incluidas las Pussy Riot, hay características comunes. En todos ellos se producen manipulaciones de procedimiento al servicio de una implacable voluntad de “acoso y derribo” transmitida por el aparato funcionarial y político del régimen. La oposición ha colgado en la web documentos que supuestamente prueban las actividades comerciales impunes de diputados de Rusia Unida, entre ellos el presidente de la comisión de ética de la Duma, Vladímir Pejtin, que no habría declarado la compra de valiosos terrenos en San Petersburgo.
Mientras, la situación se ha crispado todavía más en el Cáucaso, después de que el presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov, se haya enzarzado en una disputa territorial con la vecina república de Ingushetia. En el distrito ingush de Sunzha, justo en el territorio reclamado por Kadírov, se produjo el miércoles un atentado contra una columna de policías que causó seis muertos entre los ingushes. Como en los atentados de los años noventa, durante las guerras de Chechenia, una mina destruyó el primer vehículo y los atacantes dispararon sobre el resto de la columna. No se ha dado información sobre la identidad de los agresores.