Portugal prepara una huelga general
Miles de manifestantes en otra jornada de protesta contra la política de austeridad
Antonio Jiménez Barca
Lisboa, El País
La convocatoria, esta vez, corrió a cargo de uno de los principales sindicatos portugueses, la CGTP. El motivo fue el mismo de la ya histórica y multitudinaria manifestación de hace dos semanas: protestar contra los recortes y la política de austeridad extrema que el Gobierno portugués lleva a cabo y seguirá llevando en el próximo e inminente presupuesto que ahora prepara. El resultado: miles de portugueses se reunieron ayer en el céntrico y emblemático Terreiro do Paço, en el corazón de Lisboa, para tratar de detener la deriva recortadora el Gobierno conservador de Passos Coelho. Es cierto que, tras la masiva manifestación citada del 15 de septiembre, el primer ministro portugués dio marcha atrás y retiró la polémica medida de bajar de forma general el sueldo a todos los portugueses. Pero lo es también que el presupuesto que ahora elabora contendrá cortes, recortes y subidas de impuestos que harán más difícil la vida a los portugueses.
Arménio Carlos, secretario general de la CGTP, delante de la multitud congregada, anunció que ha llegado la hora de que “se escuche al pueblo” porque, “o el Gobierno escucha por las buenas o lo va a hacer por las malas”. Y anunció que la próxima semana su sindicato discutirá la convocatoria de una huelga general más que probable.
Con todo, la afluencia de personas fue menor que hace dos semanas, cuando, convocados por una red difusa de organizaciones civiles sin ningún sesgo político, una auténtica multitud abarrotó no sólo Lisboa sino una decena de grandes ciudades portugueses en una protesta que no se veía en Lisboa desde la Revolución de los Claveles.
Pero, según Carlos –que por cierto, lucía un simbólico clavel rojo en la camisa- esto no va a acabar así. “Estamos dispuestos a canalizar el caudal de la protesta. Hay que acabar con este Gobierno antes de que este Gobierno acabe con el país”. Entre los asistentes se contaban funcionarios que relataban cómo ha cambiado su vida desde que ya no cuentan con pagas extras (ahora el Gobierno les devolverá una a partir de enero) y todo, debido entre otras cosas a la subida del IVA, es más caro. También muchos de los cientos de miles de desempleados en Portugal, un país que jamás había llegado a sufrir un 15% de paro. Se vieron muchas de las mismas pancartas que se ven desde hace semanas en cualquier protesta en Portugal, con insultos (“ladrones”) dirigidos a los políticos, en especial a los miembros de un Gobierno que pierde popularidad día a día.
Así, varios dirigentes de las formaciones de izquierda lusa pidieron a Passos Coelho que oiga a la gente que sale a la calle y mude de política. Pronto se verá si lo hace o no, tal vez en esta próxima semana, cuando comiencen a revelarse algunos detalles relevantes del presupuesto portugués para 2013, que se prevé duro y muy restrictivo, encaminado, según parece, a ahorrar más de lo que se ha ahorrado en 2012.
Antonio Jiménez Barca
Lisboa, El País
La convocatoria, esta vez, corrió a cargo de uno de los principales sindicatos portugueses, la CGTP. El motivo fue el mismo de la ya histórica y multitudinaria manifestación de hace dos semanas: protestar contra los recortes y la política de austeridad extrema que el Gobierno portugués lleva a cabo y seguirá llevando en el próximo e inminente presupuesto que ahora prepara. El resultado: miles de portugueses se reunieron ayer en el céntrico y emblemático Terreiro do Paço, en el corazón de Lisboa, para tratar de detener la deriva recortadora el Gobierno conservador de Passos Coelho. Es cierto que, tras la masiva manifestación citada del 15 de septiembre, el primer ministro portugués dio marcha atrás y retiró la polémica medida de bajar de forma general el sueldo a todos los portugueses. Pero lo es también que el presupuesto que ahora elabora contendrá cortes, recortes y subidas de impuestos que harán más difícil la vida a los portugueses.
Arménio Carlos, secretario general de la CGTP, delante de la multitud congregada, anunció que ha llegado la hora de que “se escuche al pueblo” porque, “o el Gobierno escucha por las buenas o lo va a hacer por las malas”. Y anunció que la próxima semana su sindicato discutirá la convocatoria de una huelga general más que probable.
Con todo, la afluencia de personas fue menor que hace dos semanas, cuando, convocados por una red difusa de organizaciones civiles sin ningún sesgo político, una auténtica multitud abarrotó no sólo Lisboa sino una decena de grandes ciudades portugueses en una protesta que no se veía en Lisboa desde la Revolución de los Claveles.
Pero, según Carlos –que por cierto, lucía un simbólico clavel rojo en la camisa- esto no va a acabar así. “Estamos dispuestos a canalizar el caudal de la protesta. Hay que acabar con este Gobierno antes de que este Gobierno acabe con el país”. Entre los asistentes se contaban funcionarios que relataban cómo ha cambiado su vida desde que ya no cuentan con pagas extras (ahora el Gobierno les devolverá una a partir de enero) y todo, debido entre otras cosas a la subida del IVA, es más caro. También muchos de los cientos de miles de desempleados en Portugal, un país que jamás había llegado a sufrir un 15% de paro. Se vieron muchas de las mismas pancartas que se ven desde hace semanas en cualquier protesta en Portugal, con insultos (“ladrones”) dirigidos a los políticos, en especial a los miembros de un Gobierno que pierde popularidad día a día.
Así, varios dirigentes de las formaciones de izquierda lusa pidieron a Passos Coelho que oiga a la gente que sale a la calle y mude de política. Pronto se verá si lo hace o no, tal vez en esta próxima semana, cuando comiencen a revelarse algunos detalles relevantes del presupuesto portugués para 2013, que se prevé duro y muy restrictivo, encaminado, según parece, a ahorrar más de lo que se ha ahorrado en 2012.