“Nosotros también leemos en árabe”
La Embajada de EEUU en El Cairo reta a los Hermanos Musulmanes en Twitter
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Un popular dicho americano asegura que no se puede comer el pastel y seguir teniéndolo. Algo así debió de pensar el diplomático que gestiona la cuenta de Twitter de la Embajada de EE UU en El Cairo cuando este jueves, mientras los antidisturbios trataban de frenar a los exaltados que atacaban la sede diplomática, se enzarzó en un peculiar enfrentamiento con los Hermanos Musulmanes (HM). “También leemos en árabe”, les advertía dando a entender que el partido islamista utiliza un doble lenguaje.
Todo empezó cuando desde la cuenta de los HM se retuiteó un mensaje de Khairat el Shater, uno de sus líderes y candidato frustrado a la presidencia. “Nos sentimos aliviados de que ningún miembro del personal @USEmbassyCairo haya resultado herido y confiamos en que las relaciones EE UU-Egipto aguanten la turbulencia de los sucesos del martes”, declaraba Al Shater. La nota encontró una curiosa réplica que enseguida llamó la atención de los internautas.
“@Ikhwanweb Gracias. Por cierto, ¿estáis mirando vuestros propios post en árabe? Espero que sepáis que también los leemos”, fue la respuesta casi inmediata de @USEmbassyCairo, la cuenta oficial de la Embajada que, según Foreign Policy, gestiona el diplomático Larry Schwartz, un veterano responsable de prensa. Schwartz ya ha sido objeto de debate en los medios de su país por el estilo informal y directo que emplea en sus tuits, involucrándose a menudo en debates con los seguidores de la cuenta sean ciudadanos egipcios o periodistas estadounidenses.
La implicación era evidente. No se trataba de una mera discrepancia lingüística entre los textos en árabe y en inglés. Ponía de relieve la vieja sospecha de que los islamistas utilizan dos discursos distintos, uno para sus simpatizantes y otro (más moderado) de cara al exterior.
En efecto, tal como se pudo comprobar, la página oficial de los HM incluía en ese momento una entrada con el título en árabe “Egipcios, levantaos en defensa del Profeta frente a la Embajada de EE UU”. Bajo ese epígrafe, se ensalzaban las protestas por Inocencia de los musulmanes y se convocaba otra manifestación para hoy. El texto no incitaba a la violencia, pero alentaba el clima de excitación que la hace más probable. Nada en él ponía contexto al ominoso vídeo o trataba de calmar los ánimos.
Los HM no se apocaron ante el reto de Schwartz. “@USEmbassyCairo sabemos que estáis bajo mucha presión, pero ayudaría si señalarais exactamente el post en árabe que os preocupa”, respondieron desde @Ikhwanweb.
Aunque esta mañana no había nuevos tuits sobre el asunto, esta corresponsal tampoco pudo encontrar ya la entrada en la web de los HM en la que se pedía a los egipcios que se manifestaran frente a la Embajada de EE UU. Los HM, que estuvieron prohibidos aunque tolerados durante las seis décadas de dictadura militar, se encuentran ahora ante una difícil tesitura. Han alcanzado el poder, pero tienen que hacer equilibrios entre los réditos políticos que genera el antiamericanismo y la realidad de que su país depende económicamente de la ayuda de Washington y, en menor medida, otras capitales europeas.
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Un popular dicho americano asegura que no se puede comer el pastel y seguir teniéndolo. Algo así debió de pensar el diplomático que gestiona la cuenta de Twitter de la Embajada de EE UU en El Cairo cuando este jueves, mientras los antidisturbios trataban de frenar a los exaltados que atacaban la sede diplomática, se enzarzó en un peculiar enfrentamiento con los Hermanos Musulmanes (HM). “También leemos en árabe”, les advertía dando a entender que el partido islamista utiliza un doble lenguaje.
Todo empezó cuando desde la cuenta de los HM se retuiteó un mensaje de Khairat el Shater, uno de sus líderes y candidato frustrado a la presidencia. “Nos sentimos aliviados de que ningún miembro del personal @USEmbassyCairo haya resultado herido y confiamos en que las relaciones EE UU-Egipto aguanten la turbulencia de los sucesos del martes”, declaraba Al Shater. La nota encontró una curiosa réplica que enseguida llamó la atención de los internautas.
“@Ikhwanweb Gracias. Por cierto, ¿estáis mirando vuestros propios post en árabe? Espero que sepáis que también los leemos”, fue la respuesta casi inmediata de @USEmbassyCairo, la cuenta oficial de la Embajada que, según Foreign Policy, gestiona el diplomático Larry Schwartz, un veterano responsable de prensa. Schwartz ya ha sido objeto de debate en los medios de su país por el estilo informal y directo que emplea en sus tuits, involucrándose a menudo en debates con los seguidores de la cuenta sean ciudadanos egipcios o periodistas estadounidenses.
La implicación era evidente. No se trataba de una mera discrepancia lingüística entre los textos en árabe y en inglés. Ponía de relieve la vieja sospecha de que los islamistas utilizan dos discursos distintos, uno para sus simpatizantes y otro (más moderado) de cara al exterior.
En efecto, tal como se pudo comprobar, la página oficial de los HM incluía en ese momento una entrada con el título en árabe “Egipcios, levantaos en defensa del Profeta frente a la Embajada de EE UU”. Bajo ese epígrafe, se ensalzaban las protestas por Inocencia de los musulmanes y se convocaba otra manifestación para hoy. El texto no incitaba a la violencia, pero alentaba el clima de excitación que la hace más probable. Nada en él ponía contexto al ominoso vídeo o trataba de calmar los ánimos.
Los HM no se apocaron ante el reto de Schwartz. “@USEmbassyCairo sabemos que estáis bajo mucha presión, pero ayudaría si señalarais exactamente el post en árabe que os preocupa”, respondieron desde @Ikhwanweb.
Aunque esta mañana no había nuevos tuits sobre el asunto, esta corresponsal tampoco pudo encontrar ya la entrada en la web de los HM en la que se pedía a los egipcios que se manifestaran frente a la Embajada de EE UU. Los HM, que estuvieron prohibidos aunque tolerados durante las seis décadas de dictadura militar, se encuentran ahora ante una difícil tesitura. Han alcanzado el poder, pero tienen que hacer equilibrios entre los réditos políticos que genera el antiamericanismo y la realidad de que su país depende económicamente de la ayuda de Washington y, en menor medida, otras capitales europeas.