Los demócratas avanzan en todos los frentes
Los republicanos caen en las encuestas en las elecciones legislativas, y se ven ante la posibilidad de perder incluso la Cámara de Representantes
David Alandete
Washington, El País
Los líderes demócratas en el Congreso apenas disimulan su euforia estos días. La desazón posterior a las elecciones legislativas de hace dos años, en las que perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes y, por lo tanto, el control del Capitolio, se ha diluido. “Mitt Romney no será presidente de Estados Unidos”, sentenció el domingo Nancy Pelosi, quien entre 2006 y 2010 fue presidenta de la Cámara. “Y ahora nosotros tenemos la iniciativa”, añadió, haciendo suyo el sentir de la mayoría de legisladores de su partido. Auguran que mantendrán el control del Senado, y acarician la posibilidad de recuperar la Cámara y con ella la totalidad del Congreso.
Este año se renuevan 33 escaños en el Senado. En total, hay 100 senadores, y en este momento, los demócratas y sus aliados independientes ocupan 53 asientos, en una mayoría simple. El caso de Massachusetts es sintomático de lo que sucede a nivel nacional. Allí, la nueva gran dama de la izquierda norteamericana, Elizabeth Warren, le disputa el escaño al republicano Scott Brown, que ganó las elecciones de 2010 auspiciado por el movimiento radical del Tea Party. Para este fue una gran victoria, dado que los conservadores se hicieron entonces con el escaño de la familia Kennedy, después del fallecimiento de Edward Kennedy en 2009. Aquel había sido un asiento demócrata desde 1953.
Las encuestas mantienen que la época de control republicano del escaño Kennedy puede acabar por convertirse en solo un breve paréntesis. El último sondeo, de Suffolk University y 7News, le concede a Warren un 48,7% de la intención de voto, frente al 44,7% de Brown. Desde febrero, el republicano había disfrutado de una ligera ventaja en esas mismas encuestas. Warren se beneficia ahora de su discurso en la Convención Demócrata, hace dos semanas, en el que defendió los valores de la izquierda y critico un sistema “corrupto”, en el que “los multimillonarios pagan menos impuestos que sus secretarias”.
El Senado lo dan por seguro los demócratas. Hasta hace dos semanas las encuestas auguraban un empate entre los dos partidos. Hoy, los demócratas incluso creen que tienen opciones de volver a ganar el control de la Cámara de Representantes, que se renueva en su totalidad cada dos años. “Tenemos unas opciones excelentes de volver a ganar la Cámara”, dijo Pelosi, que desde 2010 es líder de la minoría demócrata, el domingo, en una entrevista en el canal CNN. “Estamos con el sentir de la mayoría de votantes en los asuntos más importantes de esta campaña”, añadió.
Posteriormente, el senador demócrata Dick Durbin, otro líder en el Partido, matizó esas aspiraciones. “Creo que es posible también que tengamos un resultado similar al que hay ahora. Una mayoría demócrata en el Senado y una mayoría republicana en la Cámara, pero menor a la de hoy en día”, dijo, en una entrevista con el diario Arlington Heights Daily Herald. En cualquier caso, si el Partido Republicano, después de cuatro años de tenaz obstrucción a las reformas de Barack Obama, no logra el control del Capitolio, habrá sufrido un retroceso y una grave derrota.
A los demócratas les han ayudado las polémicas desatadas por los propios republicanos, que en muchas instancias se han puesto la zancadilla a sí mismos. Después de las declaraciones del candidato ultraconservador de Misuri, Todd Akin, que en agosto dijo que había violaciones “legítimas” para justificar su oposición al aborto, su contrincante, la demócrata Claire McCaskill, despegó en los sondeos, y ahora goza de una ventaja de hasta seis puntos, después de meses en los que se la consideraba perdedora segura.
La reacción negativa contra ciertas estridencias de los republicanos ha llegado a afectar a una legisladora que hace sólo un año aspiraba a la presidencia. Michelle Bachmann, de Minnesotta, perjudicada por su radicalismo, está empatada en las encuestas desde hace dos semanas. Un 57% de los encuestados por la consultora Greenberg Quinlan Rosner asegura tener una imagen eminentemente negativa de la representante. Ella fue la fundadora del grupo parlamentario del Tea Party en el Capitolio, y puede que sea uno de los motivos para que descienda tan rápido como subió.
David Alandete
Washington, El País
Los líderes demócratas en el Congreso apenas disimulan su euforia estos días. La desazón posterior a las elecciones legislativas de hace dos años, en las que perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes y, por lo tanto, el control del Capitolio, se ha diluido. “Mitt Romney no será presidente de Estados Unidos”, sentenció el domingo Nancy Pelosi, quien entre 2006 y 2010 fue presidenta de la Cámara. “Y ahora nosotros tenemos la iniciativa”, añadió, haciendo suyo el sentir de la mayoría de legisladores de su partido. Auguran que mantendrán el control del Senado, y acarician la posibilidad de recuperar la Cámara y con ella la totalidad del Congreso.
Este año se renuevan 33 escaños en el Senado. En total, hay 100 senadores, y en este momento, los demócratas y sus aliados independientes ocupan 53 asientos, en una mayoría simple. El caso de Massachusetts es sintomático de lo que sucede a nivel nacional. Allí, la nueva gran dama de la izquierda norteamericana, Elizabeth Warren, le disputa el escaño al republicano Scott Brown, que ganó las elecciones de 2010 auspiciado por el movimiento radical del Tea Party. Para este fue una gran victoria, dado que los conservadores se hicieron entonces con el escaño de la familia Kennedy, después del fallecimiento de Edward Kennedy en 2009. Aquel había sido un asiento demócrata desde 1953.
Las encuestas mantienen que la época de control republicano del escaño Kennedy puede acabar por convertirse en solo un breve paréntesis. El último sondeo, de Suffolk University y 7News, le concede a Warren un 48,7% de la intención de voto, frente al 44,7% de Brown. Desde febrero, el republicano había disfrutado de una ligera ventaja en esas mismas encuestas. Warren se beneficia ahora de su discurso en la Convención Demócrata, hace dos semanas, en el que defendió los valores de la izquierda y critico un sistema “corrupto”, en el que “los multimillonarios pagan menos impuestos que sus secretarias”.
El Senado lo dan por seguro los demócratas. Hasta hace dos semanas las encuestas auguraban un empate entre los dos partidos. Hoy, los demócratas incluso creen que tienen opciones de volver a ganar el control de la Cámara de Representantes, que se renueva en su totalidad cada dos años. “Tenemos unas opciones excelentes de volver a ganar la Cámara”, dijo Pelosi, que desde 2010 es líder de la minoría demócrata, el domingo, en una entrevista en el canal CNN. “Estamos con el sentir de la mayoría de votantes en los asuntos más importantes de esta campaña”, añadió.
Posteriormente, el senador demócrata Dick Durbin, otro líder en el Partido, matizó esas aspiraciones. “Creo que es posible también que tengamos un resultado similar al que hay ahora. Una mayoría demócrata en el Senado y una mayoría republicana en la Cámara, pero menor a la de hoy en día”, dijo, en una entrevista con el diario Arlington Heights Daily Herald. En cualquier caso, si el Partido Republicano, después de cuatro años de tenaz obstrucción a las reformas de Barack Obama, no logra el control del Capitolio, habrá sufrido un retroceso y una grave derrota.
A los demócratas les han ayudado las polémicas desatadas por los propios republicanos, que en muchas instancias se han puesto la zancadilla a sí mismos. Después de las declaraciones del candidato ultraconservador de Misuri, Todd Akin, que en agosto dijo que había violaciones “legítimas” para justificar su oposición al aborto, su contrincante, la demócrata Claire McCaskill, despegó en los sondeos, y ahora goza de una ventaja de hasta seis puntos, después de meses en los que se la consideraba perdedora segura.
La reacción negativa contra ciertas estridencias de los republicanos ha llegado a afectar a una legisladora que hace sólo un año aspiraba a la presidencia. Michelle Bachmann, de Minnesotta, perjudicada por su radicalismo, está empatada en las encuestas desde hace dos semanas. Un 57% de los encuestados por la consultora Greenberg Quinlan Rosner asegura tener una imagen eminentemente negativa de la representante. Ella fue la fundadora del grupo parlamentario del Tea Party en el Capitolio, y puede que sea uno de los motivos para que descienda tan rápido como subió.