El Pentágono envía un destacamento de ‘marines’ a Yemen y Sudán
EE UU destina pelotones de soldados a ambos países para proteger a sus diplomáticos. Se unen a los que ya están en Libia
David Alandete
Washington, El País
El Pentágono despachó ayer viernes dos destacamentos de soldados del Marine Corps a Yemen y a Sudán, para proteger a sus misiones diplomáticas en aquellos países, ante las protestas contra una película rodada en California en la que se ridiculiza al profeta Mahoma, fundador del Islam. Se unen a otro pelotón que ya se halla desde el miércoles en Libia, donde un ataque contra el consulado de Bengasi se saldó el día previo con la muerte de cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador Chris Stevens. Fuentes del Pentágono dijeron ayer que el despacho de marines es una “medida de precaución”.
“Se trata en parte de una respuesta a los sucesos de los pasados dos días en nuestra embajada, pero también es una medida de precaución”, dijo ayer en rueda de prensa el portavoz del Pentágono, George Little. “Un pelotón de soldados del Marine Corps se halla ya sobre el terreno en Saná”, añadió. Little explicó que EE UU no tiene planes, de momento, de evacuar las embajadas norteamericanas, a pesar de los intentos de ataque de las pasadas jornadas.
Los soldados norteamericanos movilizados están afiliados al Equipo de Flota de Seguridad y Antiterrorismo [FAST, por sus siglas en inglés] del Marine Corps. “La misión principal de las compañías FAST es el refuerzo o la recaptura de infraestructuras críticas para EE UU”, explicaron recientemente fuentes del Pentágono. “Son soldados preparados para introducirse en espacios hostiles, retomar el control de ellos y dominar cualquier situación con la que se encuentren”. Constan de unos 50 soldados, entrenados en misiones de intervención rápida.
Normalmente, las flotas de la Armada norteamericana tienen asignado un equipo FAST. El que se envió a Libia el miércoles, estaba apostado en la base naval de Rota, en España. El presidente Barack Obama ordenó su movilización después del ataque contra el consulado en Bengasi, el martes, en el que fallecieron cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador, Chris Stevens. Previamente, esos escuadrones de acción rápida habían sido movilizados a conflictos a Liberia en 2003 y Haití en 2004.
A pesar de que ha habido protestas en diversos países del mundo islámico, de momento el Pentágono ha considerado que los tres puntos con una mayor necesidad de refuerzos son Libia, Yemen y Sudán. A los heridos en Libia, el Pentágono los ha evacuado al Centro Médico Regional de Landstuhl, un hospital militar norteamericano en Alemania. Por allí han pasado numerosos soldados heridos de consideración en las guerras de Afganistán y de Irak. El presidente Obama decretó el estado de alerta en las embajadas norteamericanas en todo el mundo. A las costas de Libia envió también dos destructores de la Armada.
Ayer, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Defensa egipcio, Abdel Fatah Al-Sisi. “El ministro Al-Sisi le aseguró al secretario Panetta que Egipto sigue comprometido con la relación de cooperación en materia de defensa entre Egipto y EE UU, y le recalcó la importancia que para él tiene la seguridad y estabilidad de la misión diplomática de EE UU”, dijo el Pentágono en un comunicado. Las protestas por el vídeo comenzaron el pasado martes, en el undécimo aniversario de los ataques terroristas de 2001, y se han expandido por el mundo islámico, con especial insistencia en Egipto, Sudán, Libia y Yemen.
Washington ha enviado también drones, o aviones no tripulados controlados de forma remota, a Libia, en misión, inicialmente, de vigilancia. Esos dispositivos cuentan con mecanismos de grabación, y se pueden manejar desde bases de la Fuerza Aérea en EE UU. Tienen también la capacidad de portar misiles, y de hecho se emplean habitualmente para efectuar ataques no sólo en Afganistán, zona en guerra, sino también en la península Arábiga y en el Cuerno de África. Con ellos se ha diezmado considerablemente al grupo dirigente de Al Qaeda.
En Yemen, precisamente, un largo historial de ataques con misiles lanzados desde drones ha alentado el antiamericanismo entre la población local. En lo que va de año ha habido 33 ataques de ese tipo, según una investigación de The Long War Journal, una publicación especializada de EE UU. En los últimos 10 años ha habido 50 en total. El presidente Barack Obama ha incrementado notablemente su uso desde su llegada al Despacho Oval. En total, los drones han servido para matar a 263 insurgentes y han provocado la muerte a 83 civiles, entre ellos varios niños.
David Alandete
Washington, El País
El Pentágono despachó ayer viernes dos destacamentos de soldados del Marine Corps a Yemen y a Sudán, para proteger a sus misiones diplomáticas en aquellos países, ante las protestas contra una película rodada en California en la que se ridiculiza al profeta Mahoma, fundador del Islam. Se unen a otro pelotón que ya se halla desde el miércoles en Libia, donde un ataque contra el consulado de Bengasi se saldó el día previo con la muerte de cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador Chris Stevens. Fuentes del Pentágono dijeron ayer que el despacho de marines es una “medida de precaución”.
“Se trata en parte de una respuesta a los sucesos de los pasados dos días en nuestra embajada, pero también es una medida de precaución”, dijo ayer en rueda de prensa el portavoz del Pentágono, George Little. “Un pelotón de soldados del Marine Corps se halla ya sobre el terreno en Saná”, añadió. Little explicó que EE UU no tiene planes, de momento, de evacuar las embajadas norteamericanas, a pesar de los intentos de ataque de las pasadas jornadas.
Los soldados norteamericanos movilizados están afiliados al Equipo de Flota de Seguridad y Antiterrorismo [FAST, por sus siglas en inglés] del Marine Corps. “La misión principal de las compañías FAST es el refuerzo o la recaptura de infraestructuras críticas para EE UU”, explicaron recientemente fuentes del Pentágono. “Son soldados preparados para introducirse en espacios hostiles, retomar el control de ellos y dominar cualquier situación con la que se encuentren”. Constan de unos 50 soldados, entrenados en misiones de intervención rápida.
Normalmente, las flotas de la Armada norteamericana tienen asignado un equipo FAST. El que se envió a Libia el miércoles, estaba apostado en la base naval de Rota, en España. El presidente Barack Obama ordenó su movilización después del ataque contra el consulado en Bengasi, el martes, en el que fallecieron cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador, Chris Stevens. Previamente, esos escuadrones de acción rápida habían sido movilizados a conflictos a Liberia en 2003 y Haití en 2004.
A pesar de que ha habido protestas en diversos países del mundo islámico, de momento el Pentágono ha considerado que los tres puntos con una mayor necesidad de refuerzos son Libia, Yemen y Sudán. A los heridos en Libia, el Pentágono los ha evacuado al Centro Médico Regional de Landstuhl, un hospital militar norteamericano en Alemania. Por allí han pasado numerosos soldados heridos de consideración en las guerras de Afganistán y de Irak. El presidente Obama decretó el estado de alerta en las embajadas norteamericanas en todo el mundo. A las costas de Libia envió también dos destructores de la Armada.
Ayer, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, mantuvo una conversación telefónica con el ministro de Defensa egipcio, Abdel Fatah Al-Sisi. “El ministro Al-Sisi le aseguró al secretario Panetta que Egipto sigue comprometido con la relación de cooperación en materia de defensa entre Egipto y EE UU, y le recalcó la importancia que para él tiene la seguridad y estabilidad de la misión diplomática de EE UU”, dijo el Pentágono en un comunicado. Las protestas por el vídeo comenzaron el pasado martes, en el undécimo aniversario de los ataques terroristas de 2001, y se han expandido por el mundo islámico, con especial insistencia en Egipto, Sudán, Libia y Yemen.
Washington ha enviado también drones, o aviones no tripulados controlados de forma remota, a Libia, en misión, inicialmente, de vigilancia. Esos dispositivos cuentan con mecanismos de grabación, y se pueden manejar desde bases de la Fuerza Aérea en EE UU. Tienen también la capacidad de portar misiles, y de hecho se emplean habitualmente para efectuar ataques no sólo en Afganistán, zona en guerra, sino también en la península Arábiga y en el Cuerno de África. Con ellos se ha diezmado considerablemente al grupo dirigente de Al Qaeda.
En Yemen, precisamente, un largo historial de ataques con misiles lanzados desde drones ha alentado el antiamericanismo entre la población local. En lo que va de año ha habido 33 ataques de ese tipo, según una investigación de The Long War Journal, una publicación especializada de EE UU. En los últimos 10 años ha habido 50 en total. El presidente Barack Obama ha incrementado notablemente su uso desde su llegada al Despacho Oval. En total, los drones han servido para matar a 263 insurgentes y han provocado la muerte a 83 civiles, entre ellos varios niños.