Denuncian programa de Catherine Fulop por calificar a la mujer de “objeto sexual”
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El Observatorio de la Discriminación en Radio y TV en Argentina, consideró que el programa conducido por la venezolana Catherine Fulop en Telefé (¿Quién quiere casarse con mi hijo?), descalifica y degrada la imagen de la mujer, ubicándolas sólo como un objeto de deseo sexual.
Este organismo realizó un análisis a raíz de las múltiples denuncias telefónicas de los televidentes.
“Se apoya en una serie de estereotipos de mujer. Las jóvenes deberán cumplir un espectro de roles: cocinera, cuidadora, objeto sexual, madre. Mientras tanto, la madre del candidato cumple con el “papel” de suegra mala y competitiva con temor a ser desplazadas por una nuera”.
Asimismo, señaló que el programa incentivó a un modelo de mujer que no es real, ya que si la apariencia física de las candidatas no fuera de total agrado del participante, podrían ser sometidas a una cirugía estética.
“Éste es un punto central, porque en la primera emisión, después de las presentaciones relatadas, se realiza la eliminación de tres de las diez participantes. Un adelanto de la próxima entrega nos muestra que las siete chicas seleccionadas, junto a Máxima, acuden a una esteticista. Ese fragmento es uno de los que generó mayores reclamos del público que se comunicó con este Observatorio ya que allí se expone a las jóvenes en ropa interior marcándose en sus cuerpos aquello que debería ser extirpado y corregido. No todas las jóvenes acuden complacientes a esta consulta médica”, indica el Observatorio.
El Observatorio, dio una idea de como debería ser el programa, acotando que se debe promover la diversidad para cada uno de los géneros y no situar a los hombres únicamente preocupados por el sexo o por encontrar a una mujer que los atienda y cocine como la madre.
El Observatorio de la Discriminación en Radio y TV en Argentina, consideró que el programa conducido por la venezolana Catherine Fulop en Telefé (¿Quién quiere casarse con mi hijo?), descalifica y degrada la imagen de la mujer, ubicándolas sólo como un objeto de deseo sexual.
Este organismo realizó un análisis a raíz de las múltiples denuncias telefónicas de los televidentes.
“Se apoya en una serie de estereotipos de mujer. Las jóvenes deberán cumplir un espectro de roles: cocinera, cuidadora, objeto sexual, madre. Mientras tanto, la madre del candidato cumple con el “papel” de suegra mala y competitiva con temor a ser desplazadas por una nuera”.
Asimismo, señaló que el programa incentivó a un modelo de mujer que no es real, ya que si la apariencia física de las candidatas no fuera de total agrado del participante, podrían ser sometidas a una cirugía estética.
“Éste es un punto central, porque en la primera emisión, después de las presentaciones relatadas, se realiza la eliminación de tres de las diez participantes. Un adelanto de la próxima entrega nos muestra que las siete chicas seleccionadas, junto a Máxima, acuden a una esteticista. Ese fragmento es uno de los que generó mayores reclamos del público que se comunicó con este Observatorio ya que allí se expone a las jóvenes en ropa interior marcándose en sus cuerpos aquello que debería ser extirpado y corregido. No todas las jóvenes acuden complacientes a esta consulta médica”, indica el Observatorio.
El Observatorio, dio una idea de como debería ser el programa, acotando que se debe promover la diversidad para cada uno de los géneros y no situar a los hombres únicamente preocupados por el sexo o por encontrar a una mujer que los atienda y cocine como la madre.