Copa Davis: Argentina perdió el dobles

Buenos Aires, Espn
La lógica volvió a decir presente en el Parque Roca. La dupla local, formada por Carlos Berlocq y Eduardo Schwank, perdió con la más experimentada y sincronizada pareja integrada por Tomas Berdych y Radek Stepanek y así Argentina cae 2-1 ante República Checa en las semifinales del Grupo Mundial de la Copa Davis. La tensión entonces va en aumento y el equipo albiceleste tratará este domingo de revertir esta tendencia y obtener ambos singles para poder imponerse y avanzar a su quinta final en busca de la codiciada ensaladera de plata.

Ya se presumía desde la previa y lo confirmó el capitán checo, Jaroslav Navratil, ni bien la eliminatoria quedó 1-1, que iba a poner en cancha a los dos mejores exponentes de su cuarteto y vaya si lo dio rédito. En dos horas y 37 minutos, Berdych y Stepanek vencieron a Berlocq y Schwank por 6-3, 6-4 y 6-3 en el tercer punto, en el que el público argentino empezó alentando con mucha energía y se fue desinflando al ver la clara superioridad mostrada por la dupla visitante.

Con un clima pesado, denso y que de a poco se sintió amenazado por algunas nubes, se abrió el juego en la arcilla del estadio Mary Terán de Weiss del Parque Roca, ante más de 14.000 personas. Lo que imaginaba de antemano se empezó a ver rápidamente en el rectángulo de juego, con los europeos más ofensivos y atentos, con un gran entendimiento, mientras que los anfitriones padecieron el escaso rodaje formando pareja en el circuito ATP. En ese marco, fueron los visitantes los más punzantes y que tomaron más y mejor la red, ante los locales más afirmados en el fondo buscando forzar vía passing-shots y globos.

El tercer game fue casi un set en sí mismo, con más de 20 minutos de lucha para Berlocq y Schwank, que no pudieron sostener el servicio del primero y quedaron 1-2. Pese al gran comienzo que tuvo Berlocq, justo en su debut absoluto en la Copa Davis, buscaron mantenerse en pie pero los checos consiguieron el primer rompimiento de la jornada recién en la séptima ventaja. El esfuerzo visitante valió la pena y allí empezaron a marcar la cancha, a ratificar la brecha que hay entre una pareja y la otra.

Los albicelestes sufrieron varios problemas en la red a la hora de volear, en especial las pelotas al medio, por la falta de conocimiento. Sin problemas en líneas generales con fuertes devoluciones, pero sí en la faceta más ofensiva del dobles. Acto seguido, Berdych sufrió mucho para retener su saque y que la dupla checa se pusiera 3-1, tras levantar dos break-points con aces muy oportunos, propios de un jugador de máxima categoría internacional, imponiendo presencia y sin temblarle el pulso.

Se fueron directo al 5-3 a favor de los visitantes, ya notando más calmado el grupo ruidoso de los simpatizantes locales. Hasta que llegó el noveno juego y Berdych y Stepanek, audaces y precisos, le quebraron el servicio a Schwank para quedarse con esa primera manga por 6-3 en una hora y dos minutos de acción. Y las complicaciones para la novata dupla argentina se extendieron desde el inicio mismo del segundo set porque, pese a que Berlocq y Schwank le rompieron el saque a Stepanek en el primer game, el más experimentado de los locales cedió el suyo en el juego siguiente.

Es decir, que lo que pudo ser una inyección anímica para los dirigidos por Martín Jaite terminó siendo un problema rápidamente. Esa sensación de tener otra vez que remar contra la corriente. Los europeos consiguieron otro quiebre en el cuarto parcial, sobre Berlocq, y enseguida sacaron una diferencia notoria y lógica de 4-1. En ese momento, Horacio Zeballos, quien supo ser compañero de Schwank en otras series de Copa Davis, fue clarísimo dejando sus impresiones en su cuenta de Twitter: "Juegan bien los checos, pocos huecos tienen. Se nota la gran diferencia".

Siguió con frases obvias de aliento para sus compatriotas, pero era otra muestra cabal del ambiente que se respiraba y la sensación que se hacía cada vez más evidente. En el noveno juego los locales pudieron torcerle el brazo al ágil y dúctil Stepanek, para descontar e ilusionarse con un 4-5 en el doble tablero electrónico del estadio porteño. Otra vez, como un boomerang, la alegría les duró poco y nada, ya que los visitantes le rompieron el servicio a Schwank en el décime game.

Allí Berdych y Stepanek se metieron ese capítulo en el bolsillo por 6-4 en 51 minutos, siendo ya más rotunda la ventaja mostrada en el desarrollo del choque que pudieron volcar al marcador. El tercer set fue una ampliación de lo visto antes, con los europeos consolidados y en general cómodos frente a los argentinos siempre a remolque. Como si fuera poco, los checos lograron romperle el saque a Berlocq en el segundo juego y así siguieron, saque a saque, con ventajas temporarias de 3-0, 4-1 y 5-2, hasta que Berdych selló con su propio servicio, donde levantó un break-point, la victoria final en ese parcial por 6-3, en 44 minutos.

Para Argentina fue un duro golpe, previsible, pero ahora con la presión de tener que ganar ambos partidos en la jornada decisiva para dar otro paso adelante. El equipo albiceleste, con Schwank y David Nalbandian (ausente esta vez por lesión), venía de ganar el doble en las tres últimas series (final en España en 2011, debut en Alemania y ante Croacia de locales en este año). Además, Schwank estaba 6-1 en dobles coperos y 5-0 en polvo de ladrillo, por lo que cedió el primero en cancha lenta. Pero esta cita se sabía que sería muy riesgosa, contra una de las parejas más duras en la Copa Davis.

De esta manera, Berdych y Stepanek le regalaron a su formación un punto en general determinante en la Davis, para adelantarse 2-1 en el global, estirando su marca en dobles coperos a 11-1. Esto deja en claro la gran dependencia de Argentina en lo que pueda hacer Juan Martín del Potro en sus individuales, con dolor en la muñeca izquierda incluido. Ahora, sin más remedio, el cuarteto albiceleste debe ganar los dos individuales del domingo para dar vuelta esta historia y ganar 3-2, buscando el pasaje a su quinta final copera y esa ensaladera de plata que sigue sin poder levantar.

En primer turno, el domingo Del Potro, N° 8 del mundo, se enfrentará con Berdych (6°), en el duelo entre los dos mejores jugadores de cada conjunto, como lo indica el reglamento de la Federación Internacional de Tenis. La Torre de Tandil está obligado a vencer al reciente semifinalista del US Open para poder los locales intentar una proeza en el quinto y dramático punto. Un triunfo de Berdych, que sería el tercero en sus tres presentaciones del fin de semana, le daría el boleto a los checos a la final de noviembre, en busca del desquite de la derrota sufrida en 2009.

En los enfrentamientos personales, Del Potro supera 4-2 a Berdych y está 2-1 en arcilla y 1-0 en la Davis (en el cruce de cuartos de final en 2009, en Ostrava, sobre sintético y bajo techo). Ese se presume como el gran cruce de la serie, por el nivel y la jerarquía de ambos. Si ganara el local, será entonces el turno de que Juan Mónaco trate de tomarse una revancha especial de la dura caída del viernes ante Berdych en cinco sets. Deberá medirse con un Stepanek (40°, ex top-ten), que tiene más variantes y mano, pero no se mueve tan a gusto en polvo de ladrillo.

¿Podrá Mónaco hacer prevalecer su adaptación a la superficie y sacar tajada del aliento del público? Viene muy bien en el circuito, pero esta experiencia en la Davis es distinta, totalmente. Aquella vez, en 2009, perdió precisamente con Stepanek el quinto encuentro. El local cae 2-4 ante el europeo, tiene ventaja de 1-0 en canchas lentas y está 0-1 en este certamen por equipos. A todo esto, Argentina busca mantener su invicto de 17 series coperas siendo local y actuando en polvo de ladrillo. Todos sueñan con la remontada. Es difícil, pero posible. Ahora Del Potro necesita sumar otro granito de arena y después esperar a que Mónaco también haga su aporte, el más importante de su vida.

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