Caucásicos de sur EEUU desconfían de Romney por riqueza,religión

Lynchburg, Reuters
Sheryl Harris, un mujer de 52 años con acento del estado de Virginia, Estados Unidos, votó dos veces por George W. Bush como presidente.

Criada como bautista, está convencida -pese a toda la evidencia que existe- de que el presidente Barack Obama, un cristiano practicante, es musulmán.

Entonces, en las elecciones presidenciales de este año, ¿Respaldará a Mitt Romney? Por ningún motivo.

"Romney va a ayudar a la clase alta", declaró Harris, quien gana 28.000 dólares al año como directora de actividades de un centro para la tercera edad en la localidad de Lynchburg. "No conoce a la gente corriente, excepto quizás a la persona que limpia su casa", criticó.

Harris aseguró que votará por Obama, quien, según ella, "al menos no fue criado por gente hediondamente rica".

Los votantes caucásicos de clase media y baja como Harris son comodines en la campaña presidencial. Con sólo una porción del electorado en juego a nivel nacional, podrían ser un factor decisivo en dos estados indecisos del sur, Virginia y Carolina del Norte.

Datos de sondeos de Reuters/Ipsos compilados en los últimos meses muestran que, entre la población caucásica blanca, un 38 por ciento dijo que era menos probable que votaran por un candidato que es "muy rico" que por uno que no lo es.

Eso es bien por sobre el 20 por ciento que dijo que era menos probable que vote por un afroamericano.

En Lynchburg, muchos no han olvidado la oferta casual de Romney de apostar 10.000 dólares con el gobernador de Texas, Rick Perry, o su mención del "par de Cadillacs" de su esposa.

Virginia está saturada de propagandas demócratas que atacan las inversiones de Romney en las Islas Caimán y su negativa a divulgar sus retornos impositivos por más de dos años.

Romney, un ex ejecutivo de una empresa de inversiones privadas y con un patrimonio neto de cerca de 250 millones de dólares, niega con vehemencia las insinuaciones de que pagó menos impuestos a lo requerido por la ley.

El candidato presidencial republicano dice que esos ataques son un esfuerzo "por desviar la atención del hecho de que el presidente ha sido un fracaso en lo que respecta a reactivar la economía estadounidense".

La lucrativa carrera empresarial de Romney, que el candidato se encarga de destacar más que su historial como gobernador de Massachusetts, es bien vista por muchos conservadores del sur.

"No me gusta ver a los ricos castigados por su éxito. Obama se inclina hacia el socialismo", comentó Cory Beaver, de 26 años, un mesero en un restaurante de Lynchburg.

Pero Romney tiene otro talón de Aquiles frente al electorado caucásico del sur: su fe mormona.

De acuerdo con el sondeo de Reuters/Ipsos, un 35 por ciento de los votantes en general y una misma proporción entre la clase media blanca del corazón religioso estadounidense dicen que es menos probable que voten por un mormón.

Muchos evangelistas que normalmente votarían a un republicano dicen que consideran a la fe mormona como un culto.

Varios de los entrevistados en Lynchburg seguían por televisión las series "Big Love" y "Sister Wives", sobre familias mormonas polígamas y no estaban al tanto de que la Iglesia Mormona renunció a esa práctica hace tiempo.

"Los mormones no creen en lo mismo que nosotros", dijo Dianna McCullough, una extrabajadora fabril. Pero aún está indecisa. "El matrimonio homosexual perjudica a Obama (...) Es Adán y Eva, no Adán y Esteban", agregó.

ESTRATEGAS

La oposición de Romney al matrimonio homosexual y su compromiso con revertir la decisión de la Corte Suprema que dio a las mujeres el derecho al aborto también le genera más apoyo entre los cristianos caucásicos del sur que en otra regiones del país.

Concentrándose en 11 estados desde Virginia y Carolina del Norte hasta Texas y Oklahoma, el sondeo Reuters/Ipsos consultó a 8.690 personas en hogares con ingresos menores a los 55.000 dólares al año, justo por encima de la mediana estadounidense.

Los caucásicos no hispanos de ese segmento se han inclinado por los republicanos por más de tres décadas y prefieren a Romney ante Obama por un 46 por ciento contra un 29 por ciento.

Estrategas en ambos partidos creen que para compensar una fuerte preferencia por Obama entre un creciente electorado de afroamericanos e hispanos -Obama obtuvo un 80 por ciento de los votos de minorías en el 2008- Romney debe ganar más de un 60 por ciento de los votos totales de caucásicos.

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