Bronca horaria Rayo-Real Madrid tras la suspensión
Madrid, As
El Rayo Vallecano-Real Madrid tuvo que suspenderse por una avería eléctrica ocasionada por un sabotaje. El contratiempo tuvo un después, porque los clubes se enfrentaron por el horario del encuentro, que se disputará finalmente este lunes a las 19:45 horas. El Madrid pedía hacerlo a las 17:00, con luz natural, porque no se aseguró que el problema esté resuelto en 24 horas. La Liga, tras consulta con la Federación, estableció las 19:45 para que no coincidiese con el Deportivo-Sevilla, previsto para las 21:30, que no podía moverse porque el cierre del aeropuerto de A Coruña impedía el regreso del equipo andaluz.
El presidente del club vallecano explicó en Canal+ el sabotaje: "Unos vándalos han cortado los cables de la iluminación. No sabemos nada más. Le toca investigar a la Policía. No se ha podido solucionar porque la avería era más grave de lo previsto".
Lo cierto es que a falta de una hora para el comienzo del choque se detectó la incidencia y las fuerzas de seguridad impidieron que los espectadores accedieran al estadio de Vallecas, cuyas gradas permanecieron completamente vacías. El público esperaba fuera una solución. Mientras, operarios del Rayo Vallecano trabajaron contra reloj para solucionar el problema. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, estableció las 22:00, treinta minutos después del horario previsto para el inicio, como hora límite para arreglar la avería. No hizo falta esperar tanto. Diez minutos antes se llegó a la conclusión de que no podía restablecerse la iluminación. "Es imposible", concluyó el director general del Rayo, Luis Yáñez.
El colegiado, Fernández Borbalán, advirtió que con la luz que había (sólo funcionaban los focos de la tribuna de la Avenida de la Albufera y unos pocos de la de Arroyo del Olivar) no se podía jugar. Los jugadores del Real Madrid y del Rayo Vallecano, en cambio, pedían hacerlo. Finalmente se impuso el criterio arbitral. Los madridistas, en cualquier caso, aprovecharon para celebrar un levísimo entrenamiento.
Sólo los ultras del Real Madrid, que fueron conducidos al interior del estadio por las fuerzas de seguridad, pudieron entrar en el campo con antelación suficiente. Allí gritaron: "Rayito, no subas más".
Una parte de la afición rayista estaba muy molesta por la decisión del Consejo del club de declarar el choque como medio día del club, lo que obligaba a pagar a los abonados. Sin embargo, no existe constancia de que este hecho esté relacionado con el sabotaje. "Quiero pensar que no tiene nada que ver", dijo Martín Presa. Lo que sí está confirmado es que el sabotaje se produjo en una zona alta de las gradas, de muy difícil acceso.
El Rayo Vallecano-Real Madrid tuvo que suspenderse por una avería eléctrica ocasionada por un sabotaje. El contratiempo tuvo un después, porque los clubes se enfrentaron por el horario del encuentro, que se disputará finalmente este lunes a las 19:45 horas. El Madrid pedía hacerlo a las 17:00, con luz natural, porque no se aseguró que el problema esté resuelto en 24 horas. La Liga, tras consulta con la Federación, estableció las 19:45 para que no coincidiese con el Deportivo-Sevilla, previsto para las 21:30, que no podía moverse porque el cierre del aeropuerto de A Coruña impedía el regreso del equipo andaluz.
El presidente del club vallecano explicó en Canal+ el sabotaje: "Unos vándalos han cortado los cables de la iluminación. No sabemos nada más. Le toca investigar a la Policía. No se ha podido solucionar porque la avería era más grave de lo previsto".
Lo cierto es que a falta de una hora para el comienzo del choque se detectó la incidencia y las fuerzas de seguridad impidieron que los espectadores accedieran al estadio de Vallecas, cuyas gradas permanecieron completamente vacías. El público esperaba fuera una solución. Mientras, operarios del Rayo Vallecano trabajaron contra reloj para solucionar el problema. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, estableció las 22:00, treinta minutos después del horario previsto para el inicio, como hora límite para arreglar la avería. No hizo falta esperar tanto. Diez minutos antes se llegó a la conclusión de que no podía restablecerse la iluminación. "Es imposible", concluyó el director general del Rayo, Luis Yáñez.
El colegiado, Fernández Borbalán, advirtió que con la luz que había (sólo funcionaban los focos de la tribuna de la Avenida de la Albufera y unos pocos de la de Arroyo del Olivar) no se podía jugar. Los jugadores del Real Madrid y del Rayo Vallecano, en cambio, pedían hacerlo. Finalmente se impuso el criterio arbitral. Los madridistas, en cualquier caso, aprovecharon para celebrar un levísimo entrenamiento.
Sólo los ultras del Real Madrid, que fueron conducidos al interior del estadio por las fuerzas de seguridad, pudieron entrar en el campo con antelación suficiente. Allí gritaron: "Rayito, no subas más".
Una parte de la afición rayista estaba muy molesta por la decisión del Consejo del club de declarar el choque como medio día del club, lo que obligaba a pagar a los abonados. Sin embargo, no existe constancia de que este hecho esté relacionado con el sabotaje. "Quiero pensar que no tiene nada que ver", dijo Martín Presa. Lo que sí está confirmado es que el sabotaje se produjo en una zona alta de las gradas, de muy difícil acceso.