Blatter: "Llevamos un año de adelanto sobre el plazo previsto"
Zurich, EFE
El secretario general de la FIFA, Joseph Blatter, se mostró hoy encantado con los grandes progresos realizados por Rusia en la organización de la Copa del Mundo de 2018, menos de dos años después de haber obtenido ese derecho.
"Estamos en un cómoda situación en lo que se refiere a la organización de la Copa del Mundial en Rusia 2018, ya que vamos con una año de adelanto sobre el plazo previsto", dijo Blatter en rueda de prensa.
Blatter explicó que "ésta es una nueva estrategia sobre cómo se deben organizar unos Mundiales" y alabó el hecho de que "los rusos hayan empezado a trabajar tan duro" desde el principio.
"Destacamos dos cosas: primero, el pleno apoyo del Gobierno y el Presidente del país, una de las claves de la organización de una Copa Mundial. Segundo, tenemos profesionales a cargo de la organización. No tengo ninguna duda de que será un gran éxito", dijo.
Brasil 2014
El jefe de la FIFA reconoció que "los problemas personales" que afectaron a la organización del Mundial de Brasil 2014 "ya han sido solucionados".
"Brasil es la sexta economía mundial y es un país de fútbol. Ahora todo el mundo está trabajando codo con codo en Brasil con un sólo objetivo: organizar una gran Copa Mundial para Brasil y para los aficionados", indicó.
Violencia
Por otra parte, Blatter llamó a los clubes rusos a asumir su responsabilidad educativa con los hinchas que recurren a la violencia, según las agencias rusas.
"En este juego hay pasión y la pasión no tiene límites. No es un rasgo especial de Rusia. Es una cuestión de educación, no una cuestión de fútbol. No se puede ceder toda la responsabilidad a la FIFA. Es un problema que debe ser identificado y erradicado", señaló.
Recientemente, un partido de la Copa rusa entre el Torpedo y el Dinamo tuvo que ser suspendido debido a violentos enfrentamientos entre ambas aficiones y el lanzamiento de bengalas al terreno de juego.
"Al fútbol se juega en Siria, pese a la situación en Aleppo. En Afganistán también juegan al fútbol. Existen los hooligans. No importa cómo se les llame. Violencia ha habido siempre. Rusia no es una excepción", comentó.
Sedes
Por su parte, el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, felicitó a las once ciudades elegidas anoche para albergar el torneo, que celebrará su partido inaugural y la final en el estadio olímpico Luzhnikí de Moscú, que será remodelado.
Mutkó rechazó las críticas sobre la falta de lógica a la hora de dejar fuera a la ciudad de Krasnodar, que cuenta con dos equipos en la división de honor rusa y es una de las regiones con clima más benigno del país.
"La Copa Mundial se celebrará en toda la Federación Rusa. Es un torneo para todo el mundo. La decisión se tomó tras un análisis profundo y después de las visitas de inspección. No es nada personal. No es ninguna tragedia. La decisión se tomó basada en datos y cifras", dijo.
Además del Luzhnikí, que acogió la única final puramente inglesa de la historia de la Liga de Campeones en 2008 entre Manchester United y Chelsea, la capital rusa contará con otro estadio mundialista, el del Spartak, que será inaugurado el próximo año.
Además, el nuevo estadio del Zenit San Petersburgo albergará una de las semifinales, y el resto de estadios estarán en el enclave báltico de Kaliningrado, Nizhny Nóvgorod, Kazán, Samara, Saransk y Volgogrado, Rostov del Don, Ekaterimburgo y el balneario de Sochi.
Siberia, debido a su lejanía de la Rusia europea, y el Cáucaso por su inestabilidad política y el terrorismo, no acogerán partidos mundialistas en 2018.
Mutkó ha cifrado en unos 600.000 millones de rublos (menos de 20.000 millones de dólares) el coste de la organización del Mundial, la mitad de los cuales procederá de manos privadas.
Un 40 por ciento del dinero se dedicará a construir varios estadios y remodelar otros, mientras el resto del presupuesto se asignará a la construcción de infraestructuras de transporte, hoteles y hospitales.
El secretario general de la FIFA, Joseph Blatter, se mostró hoy encantado con los grandes progresos realizados por Rusia en la organización de la Copa del Mundo de 2018, menos de dos años después de haber obtenido ese derecho.
"Estamos en un cómoda situación en lo que se refiere a la organización de la Copa del Mundial en Rusia 2018, ya que vamos con una año de adelanto sobre el plazo previsto", dijo Blatter en rueda de prensa.
Blatter explicó que "ésta es una nueva estrategia sobre cómo se deben organizar unos Mundiales" y alabó el hecho de que "los rusos hayan empezado a trabajar tan duro" desde el principio.
"Destacamos dos cosas: primero, el pleno apoyo del Gobierno y el Presidente del país, una de las claves de la organización de una Copa Mundial. Segundo, tenemos profesionales a cargo de la organización. No tengo ninguna duda de que será un gran éxito", dijo.
Brasil 2014
El jefe de la FIFA reconoció que "los problemas personales" que afectaron a la organización del Mundial de Brasil 2014 "ya han sido solucionados".
"Brasil es la sexta economía mundial y es un país de fútbol. Ahora todo el mundo está trabajando codo con codo en Brasil con un sólo objetivo: organizar una gran Copa Mundial para Brasil y para los aficionados", indicó.
Violencia
Por otra parte, Blatter llamó a los clubes rusos a asumir su responsabilidad educativa con los hinchas que recurren a la violencia, según las agencias rusas.
"En este juego hay pasión y la pasión no tiene límites. No es un rasgo especial de Rusia. Es una cuestión de educación, no una cuestión de fútbol. No se puede ceder toda la responsabilidad a la FIFA. Es un problema que debe ser identificado y erradicado", señaló.
Recientemente, un partido de la Copa rusa entre el Torpedo y el Dinamo tuvo que ser suspendido debido a violentos enfrentamientos entre ambas aficiones y el lanzamiento de bengalas al terreno de juego.
"Al fútbol se juega en Siria, pese a la situación en Aleppo. En Afganistán también juegan al fútbol. Existen los hooligans. No importa cómo se les llame. Violencia ha habido siempre. Rusia no es una excepción", comentó.
Sedes
Por su parte, el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, felicitó a las once ciudades elegidas anoche para albergar el torneo, que celebrará su partido inaugural y la final en el estadio olímpico Luzhnikí de Moscú, que será remodelado.
Mutkó rechazó las críticas sobre la falta de lógica a la hora de dejar fuera a la ciudad de Krasnodar, que cuenta con dos equipos en la división de honor rusa y es una de las regiones con clima más benigno del país.
"La Copa Mundial se celebrará en toda la Federación Rusa. Es un torneo para todo el mundo. La decisión se tomó tras un análisis profundo y después de las visitas de inspección. No es nada personal. No es ninguna tragedia. La decisión se tomó basada en datos y cifras", dijo.
Además del Luzhnikí, que acogió la única final puramente inglesa de la historia de la Liga de Campeones en 2008 entre Manchester United y Chelsea, la capital rusa contará con otro estadio mundialista, el del Spartak, que será inaugurado el próximo año.
Además, el nuevo estadio del Zenit San Petersburgo albergará una de las semifinales, y el resto de estadios estarán en el enclave báltico de Kaliningrado, Nizhny Nóvgorod, Kazán, Samara, Saransk y Volgogrado, Rostov del Don, Ekaterimburgo y el balneario de Sochi.
Siberia, debido a su lejanía de la Rusia europea, y el Cáucaso por su inestabilidad política y el terrorismo, no acogerán partidos mundialistas en 2018.
Mutkó ha cifrado en unos 600.000 millones de rublos (menos de 20.000 millones de dólares) el coste de la organización del Mundial, la mitad de los cuales procederá de manos privadas.
Un 40 por ciento del dinero se dedicará a construir varios estadios y remodelar otros, mientras el resto del presupuesto se asignará a la construcción de infraestructuras de transporte, hoteles y hospitales.