Argentina comienza a debatir una segunda reelección de Fernández
Sería necesario reformar la Constitución, que prohíbe tres mandatos consecutivos
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
Faltan tres años para las elecciones presidenciales de Argentina y el crecimiento económico se ha desacelerado mucho en 2012, pero en la agenda pública de este país se ha instalado el debate sobre la necesidad o no de una segunda relección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, posibilidad que está vedada por la Constitución. Cuando esta semana la prensa le preguntó si había que reformar la ley fundamental para permitirle tres Gobiernos consecutivos, Fernández se limitó a sonreír. Gobernadores de provincias, alcaldes, legisladores, militantes e intelectuales han abogado en las últimas semanas por la re-reelección de la jefa de Estado, mientras que la fragmentada oposición ha coincidido en rechazarla.
Para reformar la Constitución, dos tercios de los diputados y senadores deberían votar a favor de una convocatoria a una asamblea que la modifique. El peronismo kirchnerista y sus aliados suman la mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso, pero no llegan a los dos tercios. Por eso, el alcalde del suburbio bonaerense de Quilmes, Francisco Gutiérrez, ha calculado que el kirchnerismo necesita obtener entre el 45% y el 49% de los votos en las elecciones legislativas de medio turno del segundo Gobierno de Fernández, que se celebrarán el año próximo. De ese modo se alcanzaría la cantidad de escaños requeridos para la reforma constitucional. La jefa de Estado logró en 2011 la relección con el 54%, después de la derrota kirchnerista en las elecciones legislativas de 2009, cuando obtuvo el 31%.
Entre los gobernadores peronistas que se manifestaron a favor de una segunda reelección figuran dos que habían dicho que querían presidir Argentina en 2015: el de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el de Salta, Juan Manuel Urtubey. Claro que Scioli ha aclarado que si Fernández no busca otro mandato, él se presentará. Las relaciones entre la presidenta y el gobernador de la provincia donde vive el 39% de los argentinos se han tensado este año por las diferencias sobre las políticas bonaerenses en materia fiscal, de seguridad ciudadana y por las malas condiciones de las cárceles.
Pero no todo el kirchnerismo está de acuerdo con que Fernández permanezca 12 años en el poder, que se sumarían a los cuatro en los que estuvo su fallecido esposo, Néstor Kirchner. Dirigentes e intelectuales han puesto reparos, más allá de que coinciden en que les parece necesaria una reforma de la Constitución para incorporar nuevos derechos ciudadanos y medioambientales. Un diputado, Carlos Kunkel, dijo que solo a finales de 2014 y principios de 2015 el kirchnerismo se ocupará de quién será el candidato presidencial y dijo, a pesar del clamor de sus correligionarios, que el asunto de la re-reelección había sido instalado por la oposición. La Unión Cívica Radical (UCR) ha enviado a finales de agosto una carta a los presidentes de los demás partidos opositores para formar un frente común contra una reforma constitucional que habilite un tercer mandato de Fernández. Toda la oposición se opone a permitir una segunda reelección.
En lo que algunos analistas políticos leyeron como un intento por llegar al deseado 45% de los votos en 2013, el kirchnerismo ha acelerado esta semana el debate de una ley que habilite el sufragio de los jóvenes de 16 y 17 años. Hasta ahora solo pueden votar los mayores de 18. Desde el funeral de Kirchner ha quedado en evidencia la simpatía que despierta él y su viuda en la juventud argentina. Los de 16 y 17 años pueden votar en pocos países como Nicaragua, Ecuador, Brasil, Irán (desde los 15), Chipre, Austria y Eslovenia (si tienen trabajo).
El debate sobre el voto adolescente se suma a otro sobre la presencia de la política en las escuelas. Hace pocas semanas se conoció que el Gobierno de Fernández organizaba en colegios de la provincia de Buenos Aires talleres de educación cívica a partir de la historieta El Eternauta, de Héctor Oesterheld, que dictaban militantes de la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora. El alcalde de Buenos Aires (distrito separado de la provincia) y aspirante a la presidencia argentina en 2015, el conservador Mauricio Macri, reaccionó creando una línea telefónica para denunciar “intromisión política” en las escuelas y llegó a decir que no permitiría el uso de El Eternauta en ellas. Después se desdijo y aclaró que no censuraría el cómic. Una juez le ordenó que la línea telefónica solo se usara para recibir denuncias de delitos. Macri también recibió críticas cuando esta semana apartó de sus cargos a seis maestros que habían hecho un acto en su escuela en el que se burlaban de algunos ajustes que el líder de Propuesta Republicana (PRO) está aplicando en la educación. Los maestros de Buenos Aires reaccionaron con una huelga el pasado viernes.
Pero no solo Macri afronta la protesta social. Otro que sueña con la presidencia, el gobernador de Córdoba, el peronista disidente José Manuel de la Sota, recibe manifestaciones semanales de funcionarios por retrasos en los aumentos de las pensiones. Una de ellas acabó con 15 manifestantes y 11 policías heridos. Y el propio Gobierno de Fernández, pese a su política de no reprimir los cortes de calles, ordenó el pasado jueves que la Gendarmería Nacional desalojara un piquete en una autopista bonaerense que protagonizaban 100 cooperativistas de izquierda que exigían un aumento de la subvención salarial. La refriega acabó con 60 manifestantes detenidos.
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
Faltan tres años para las elecciones presidenciales de Argentina y el crecimiento económico se ha desacelerado mucho en 2012, pero en la agenda pública de este país se ha instalado el debate sobre la necesidad o no de una segunda relección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, posibilidad que está vedada por la Constitución. Cuando esta semana la prensa le preguntó si había que reformar la ley fundamental para permitirle tres Gobiernos consecutivos, Fernández se limitó a sonreír. Gobernadores de provincias, alcaldes, legisladores, militantes e intelectuales han abogado en las últimas semanas por la re-reelección de la jefa de Estado, mientras que la fragmentada oposición ha coincidido en rechazarla.
Para reformar la Constitución, dos tercios de los diputados y senadores deberían votar a favor de una convocatoria a una asamblea que la modifique. El peronismo kirchnerista y sus aliados suman la mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso, pero no llegan a los dos tercios. Por eso, el alcalde del suburbio bonaerense de Quilmes, Francisco Gutiérrez, ha calculado que el kirchnerismo necesita obtener entre el 45% y el 49% de los votos en las elecciones legislativas de medio turno del segundo Gobierno de Fernández, que se celebrarán el año próximo. De ese modo se alcanzaría la cantidad de escaños requeridos para la reforma constitucional. La jefa de Estado logró en 2011 la relección con el 54%, después de la derrota kirchnerista en las elecciones legislativas de 2009, cuando obtuvo el 31%.
Entre los gobernadores peronistas que se manifestaron a favor de una segunda reelección figuran dos que habían dicho que querían presidir Argentina en 2015: el de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el de Salta, Juan Manuel Urtubey. Claro que Scioli ha aclarado que si Fernández no busca otro mandato, él se presentará. Las relaciones entre la presidenta y el gobernador de la provincia donde vive el 39% de los argentinos se han tensado este año por las diferencias sobre las políticas bonaerenses en materia fiscal, de seguridad ciudadana y por las malas condiciones de las cárceles.
Pero no todo el kirchnerismo está de acuerdo con que Fernández permanezca 12 años en el poder, que se sumarían a los cuatro en los que estuvo su fallecido esposo, Néstor Kirchner. Dirigentes e intelectuales han puesto reparos, más allá de que coinciden en que les parece necesaria una reforma de la Constitución para incorporar nuevos derechos ciudadanos y medioambientales. Un diputado, Carlos Kunkel, dijo que solo a finales de 2014 y principios de 2015 el kirchnerismo se ocupará de quién será el candidato presidencial y dijo, a pesar del clamor de sus correligionarios, que el asunto de la re-reelección había sido instalado por la oposición. La Unión Cívica Radical (UCR) ha enviado a finales de agosto una carta a los presidentes de los demás partidos opositores para formar un frente común contra una reforma constitucional que habilite un tercer mandato de Fernández. Toda la oposición se opone a permitir una segunda reelección.
En lo que algunos analistas políticos leyeron como un intento por llegar al deseado 45% de los votos en 2013, el kirchnerismo ha acelerado esta semana el debate de una ley que habilite el sufragio de los jóvenes de 16 y 17 años. Hasta ahora solo pueden votar los mayores de 18. Desde el funeral de Kirchner ha quedado en evidencia la simpatía que despierta él y su viuda en la juventud argentina. Los de 16 y 17 años pueden votar en pocos países como Nicaragua, Ecuador, Brasil, Irán (desde los 15), Chipre, Austria y Eslovenia (si tienen trabajo).
El debate sobre el voto adolescente se suma a otro sobre la presencia de la política en las escuelas. Hace pocas semanas se conoció que el Gobierno de Fernández organizaba en colegios de la provincia de Buenos Aires talleres de educación cívica a partir de la historieta El Eternauta, de Héctor Oesterheld, que dictaban militantes de la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora. El alcalde de Buenos Aires (distrito separado de la provincia) y aspirante a la presidencia argentina en 2015, el conservador Mauricio Macri, reaccionó creando una línea telefónica para denunciar “intromisión política” en las escuelas y llegó a decir que no permitiría el uso de El Eternauta en ellas. Después se desdijo y aclaró que no censuraría el cómic. Una juez le ordenó que la línea telefónica solo se usara para recibir denuncias de delitos. Macri también recibió críticas cuando esta semana apartó de sus cargos a seis maestros que habían hecho un acto en su escuela en el que se burlaban de algunos ajustes que el líder de Propuesta Republicana (PRO) está aplicando en la educación. Los maestros de Buenos Aires reaccionaron con una huelga el pasado viernes.
Pero no solo Macri afronta la protesta social. Otro que sueña con la presidencia, el gobernador de Córdoba, el peronista disidente José Manuel de la Sota, recibe manifestaciones semanales de funcionarios por retrasos en los aumentos de las pensiones. Una de ellas acabó con 15 manifestantes y 11 policías heridos. Y el propio Gobierno de Fernández, pese a su política de no reprimir los cortes de calles, ordenó el pasado jueves que la Gendarmería Nacional desalojara un piquete en una autopista bonaerense que protagonizaban 100 cooperativistas de izquierda que exigían un aumento de la subvención salarial. La refriega acabó con 60 manifestantes detenidos.