Aliados ocultaron masacre de polacos en Segunda Guerra Mundial

Varsovia, Reuters
El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill escondieron las pruebas de que la policía secreta soviética asesinó a miles de polacos en 1940 por temor a aislar a su aliado de la Segunda Guerra Mundial Josef Stalin, mostraron documentos recién desclasificados.

Se estima que 22.000 oficiales del Ejército polaco e intelectuales fallecieron en la masacre de Katyn, en el oeste de Rusia, muchos de ellos llevados en camiones desde los campos de concentración, ejecutados con un disparo en la cabeza y enterrados en fosas comunes.

Los asesinatos siguen ensombreciendo las relaciones entre Rusia y Polonia, pero los nuevos documentos ponen el foco de atención sobre otro lugar: cómo Washington y Londres antepusieron su temor a molestar al Kremlin a exponer la verdad.

En su lugar, durante años respaldaron la versión soviética de los hechos de que los nazis alemanes estaban detrás de la masacre de Katyn, a pesar de que docenas de informes de inteligencia y testimonios apuntaban a la implicación soviética.

Un telegrama del servicio de inteligencia militar de Estados Unidos con fecha del 28 de mayo de 1943, respondiendo a una oferta de información sobre Katyn, expuso claramente la posición de los aliados: "Si se refiere al asunto Katyn estamos interesados solo si los informes muestran la complicidad alemana".

Ese telegrama estaba entre las 1.000 páginas de documentos y fotografías desclasificados que fueron publicados a última hora del lunes por el Archivo Nacional de Estados Unidos.

SENTIDO COMÚN

Los documentos -muchos de ellos marcados como secretos o confidenciales- incluyen una serie de intercambios entre Churchill, Roosevelt y Stalin sobre los informes de la masacre que aparecieron en abril de 1943.

Sus preocupaciones derivaban de una petición del Gobierno polaco, exiliado en Londres, para que la Cruz Roja investigara la implicación soviética, y una posterior amenaza de Stalin de romper relaciones con el Ejecutivo polaco.

Washington y Londres temían que un escándalo pudiese dañar los esfuerzos por derrotar a los nazis y una carta de Roosevelt a Stalin dice que el líder polaco, el general Wladyslaw Sikorski, "se equivocó" al presionar para conseguir una investigación.

"Me inclino a pensar que el primer ministro Churchill encontrará una forma de convencer al Gobierno polaco en Londres en el futuro para que actúe con más sentido común", escribió Roosevelt.

Churchill hizo una observación similar a Stalin, diciendo en una nota que se "opondría enérgicamente" a cualquier investigación de la Cruz Roja.

Los documentos mostraron que Londres y Washington tenían importantes pruebas sobre la implicación soviética ya a mediados de 1943, poco después de que los alemanes encontrasen las fosas comunes al invadir la zona de Katyn y encontrar las fosas.

Entre las evidencias había testimonios detallados de funcionarios del Gobierno polaco en el exilio e informes de diplomáticos estadounidenses que aseguraban su fiabilidad.

Un documento mostró que funcionarios del Gobierno británico sabían que los aliados habían encubierto la masacre.

"Nos hemos visto obligados a contener a los polacos para que no presentaran su caso al público, a disuadir cualquier intento del público y de la prensa para investigar la fea historia hasta el final", escribió Owen O'Malley, embajador británico ante el Gobierno polaco en el exilio, en una carta de mayo de 1943.

Izabella Sariusz-Skapska, presidenta de la Federación de Familias de Katyn, dijo que los nuevos documentos contenían más detalles sobre cuánto se conocía en ese momento.

"Los aliados occidentales sabían exactamente la verdad sobre Katyn, pero en tiempo de guerra la verdad es incómoda", comentó.

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