Ahmadineyad llama a un "nuevo orden mundial" desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha utilizado su participación en la Asamblea General de la ONU para reiterar los grandes ejes de su discurso político, que pasan por reivindicar un "nuevo orden mundial" sin los abusos de potencias hegemónicas y por criticar las amenazas de los "sionistas incivilizados", término con el que se refirió a Israel.
Ahmadineyad, que ha realizado alusiones a la paz y la convivencia entre países, culturas y religiones, ha advertido contra "el unilateralismo, la aplicación de dobles raseros y la imposición de guerras y ocupaciones por interés económico". Todas estas cuestiones, ha dicho, están "a la orden del día".
Estados Unidos boicoteó de antemano el discurso del dirigente iraní y su delegación se ausentó durante la ponencia de Ahmadineyad, adelantándose así a los desplantes ya habituales otros años por las polémicas palabras que suele pronunciar el presidente de la República Islámica en este foro.
Ahmadineyad ha evitado abrir nuevos frentes y, sin entrar en grandes polémicas, ha tirado de sus recurrentes líneas argumentales. Así, ha reprobado el "trágico incidente" del 11-S pero también las acciones militares que vinieron después, ha lanzado dardos contra las "políticas hegemónicas" y las actuales estructuras de la ONU y ha criticado la forma en que los "incivilizados sionistas" amenazan a Irán con un ataque militar.
Ahmadineyad también ha lamentado la "carrera armamentística" y la "intimidación" que ejercen las "potencias hegemónicas" al describir una realidad mundial que ha calificado de "amarga". A su juicio, el mundo actual está "fundado en el materialismo" y fomenta la "clasificación" y "humillación" de individuos y países.
El presidente iraní ha salpicado gran parte de su discurso, de aproximadamente media hora, de referencias religiosas, con alusiones constantes al "Dios todopoderoso" y una mención final a un "salvador" que traerá a la humanidad un "futuro brillante".
Sin embargo, no ha dedicado ninguna palabra al conflicto sirio, precisamente después de que varios dirigentes internacionales, entre ellos el estadounidense Barack Obama, hayan acusado a Teherán de fomentar con su posición --del lado de Damasco-- la violencia que sacude Siria desde hace más de 18 meses.