Una bomba de la II Guerra Mundial causa un incendio en Múnich
Un error en la detonación controlada provoca un incendio en un barrio de la ciudad alemana
Unas 2.500 personas han sido evacuadas antes del inicio de la operación
Juan Gómez
Berlín, El País
La detonación controlada de una bomba de la II Guerra Mundial ha provocado un incendio en el barrio muniqués de Schwabing. Según diversos medios locales, la bomba de 250 kilos ha esparcido restos de paja ardiente, que han llevado el fuego a varios tejados circundantes. Se trata de una reliquia bélica que no explotó tras ser arrojada de un avión aliado que bombardeaba la ciudad en la que estaba empadronado Adolf Hitler. La bomba llevaba una espoleta retardada con componentes químicos que seguía siendo una amenaza 70 años después de fallar. Según informaba antes de la explosión el diario de Múnich Süddeutsche Zeitung (SZ), los artificieros levantaron una barricada de arena y paja para amortiguar la onda expansiva. La paja que provocó los incendios era parte de esta barrera. Los bomberos aseguraban pasadas las 11 que el fuego ya está “bajo control” y que se trató de llamas “superficiales”. No ha habido heridos.
Los expertos policiales, parte de los cuales llegaron a Múnich desde Brandeburgo, no habían sido capaces de desmontar el detonador de la vieja bomba. A las 21.54 de esta noche procedieron a hacer saltar por los aires el artefacto entero. En los cálculos de la policía entraba que se rompieran cristales de las viviendas próximas a la explosión. Los fuegos, en cambio, son resultado de un sorprendente error logístico. En Brandeburgo o Berlín, objeto de intensos bombardeos y escenario de duros combates entre nazis y Aliados, se encuentran a menudo munición y bombas peligrosas. No suelen provocar mayores daños. El hallazgo de material bélico peligroso suele saldarse con el engorro de un puñado de casas desalojadas por unas horas.
La bomba detonada el martes en la capital bávara fue hallada la víspera en una zona de obras. Las autoridades ordenaron la evacuación de 800 personas, pero unas horas más tarde ampliaron el radio de la zona de riesgo. Unos 2.500 vecinos tuvieron que dejar sus viviendas. Cientos de ellos no podrán regresar a casa antes del miércoles, porque los peritos municipales quieren esperar a la luz del día para comprobar posibles daños en las estructuras. Según un portavoz de los bomberos de Múnich, la situación a las 11 de la noche seguía siendo “confusa”. Diez minutos después, los bomberos explicaron a la agencia alemana DPA que el fuego estaba ya “bajo control”. El SZ informaba de que varios tejados seguían ardiendo a esa misma hora, pero poco después informaba en su web que las llamas están controladas.
Se estima que no llegó a explotar una de cada diez bombas arrojadas por los Aliados sobre la Alemania nazi. Particularmente peligrosas son las bombas diseñadas para saltar un tiempo después de caer. Estos modelos de bomba dañaban los edificios evitando explotar con el primer impacto. Sus espoletas no son puramente mecánicas, sino que inician la ignición con un proceso químico. Al estallar cuando ya habían penetrado en la estructura, provocaban mayores estragos e incendios más difíciles de combatir. Muchas bombas se quedaban sin explotar por fallos en estos detonadores.
Unas 2.500 personas han sido evacuadas antes del inicio de la operación
Juan Gómez
Berlín, El País
La detonación controlada de una bomba de la II Guerra Mundial ha provocado un incendio en el barrio muniqués de Schwabing. Según diversos medios locales, la bomba de 250 kilos ha esparcido restos de paja ardiente, que han llevado el fuego a varios tejados circundantes. Se trata de una reliquia bélica que no explotó tras ser arrojada de un avión aliado que bombardeaba la ciudad en la que estaba empadronado Adolf Hitler. La bomba llevaba una espoleta retardada con componentes químicos que seguía siendo una amenaza 70 años después de fallar. Según informaba antes de la explosión el diario de Múnich Süddeutsche Zeitung (SZ), los artificieros levantaron una barricada de arena y paja para amortiguar la onda expansiva. La paja que provocó los incendios era parte de esta barrera. Los bomberos aseguraban pasadas las 11 que el fuego ya está “bajo control” y que se trató de llamas “superficiales”. No ha habido heridos.
Los expertos policiales, parte de los cuales llegaron a Múnich desde Brandeburgo, no habían sido capaces de desmontar el detonador de la vieja bomba. A las 21.54 de esta noche procedieron a hacer saltar por los aires el artefacto entero. En los cálculos de la policía entraba que se rompieran cristales de las viviendas próximas a la explosión. Los fuegos, en cambio, son resultado de un sorprendente error logístico. En Brandeburgo o Berlín, objeto de intensos bombardeos y escenario de duros combates entre nazis y Aliados, se encuentran a menudo munición y bombas peligrosas. No suelen provocar mayores daños. El hallazgo de material bélico peligroso suele saldarse con el engorro de un puñado de casas desalojadas por unas horas.
La bomba detonada el martes en la capital bávara fue hallada la víspera en una zona de obras. Las autoridades ordenaron la evacuación de 800 personas, pero unas horas más tarde ampliaron el radio de la zona de riesgo. Unos 2.500 vecinos tuvieron que dejar sus viviendas. Cientos de ellos no podrán regresar a casa antes del miércoles, porque los peritos municipales quieren esperar a la luz del día para comprobar posibles daños en las estructuras. Según un portavoz de los bomberos de Múnich, la situación a las 11 de la noche seguía siendo “confusa”. Diez minutos después, los bomberos explicaron a la agencia alemana DPA que el fuego estaba ya “bajo control”. El SZ informaba de que varios tejados seguían ardiendo a esa misma hora, pero poco después informaba en su web que las llamas están controladas.
Se estima que no llegó a explotar una de cada diez bombas arrojadas por los Aliados sobre la Alemania nazi. Particularmente peligrosas son las bombas diseñadas para saltar un tiempo después de caer. Estos modelos de bomba dañaban los edificios evitando explotar con el primer impacto. Sus espoletas no son puramente mecánicas, sino que inician la ignición con un proceso químico. Al estallar cuando ya habían penetrado en la estructura, provocaban mayores estragos e incendios más difíciles de combatir. Muchas bombas se quedaban sin explotar por fallos en estos detonadores.