Superfertilidad, detrás de los embarazos fallidos

James Gallagher

Las conclusiones de este estudio -publicadas en la revista de ciencia PLoS ONE– sugieren que por eso fallan los embarazos resultantes de estos últimos.

Los expertos consideran que este descubrimiento puede ayudar a desarrollar un test que permita detectar esta condición en las mujeres.

Los abortos espontáneos recurrentes –de tres o más embarazos consecutivos– afectan a una de cada 100 mujeres en el Reino Unido.

Excesiva "hospitalidad"

Médicos del hospital Princess Anne de la ciudad de Southampton y del Centro Médico Universitario de Utrecht tomaron muestras de los úteros de seis mujeres que habían tenido embarazos normales y de otras seis que habían sufrido abortos espontáneos recurrentes.

Luego se colocaron embriones de distinta calidad en el canal formado por dos líneas de células uterinas.

Las células provenientes de las mujeres con fertilidad normal comenzaron a crecer hasta alcanzar a los embriones de alta calidad, ignorando al resto.

En cambio, las células "superfértiles" comenzaron a crecer hacia todos los embriones.

"Muchas mujeres afectadas por estos casos creen que simplemente están rechazando su embarazo y se sienten culpables", dijo el profesor Nick Macklon, especialista del hospital Princess Ann.


"Pero hemos descubierto que la causa puede ser que son superfértiles y acogen embriones que normalmente no sobrevivirían hasta implantarse".

"Y cuando se implantan embriones débiles, pueden durar hasta dar positivo en un test de embarazo", agregó.

Sin embargo, esta teoría no explica todos los casos de embarazos fallidos, y hacen falta más pruebas.

"Es una teoría muy atractiva, es un estudio realmente importante que cambiará el modo en que pensamos el proceso de implantación", comentó a la BBC la doctora Siobhan Quenby, del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos de Reino Unido.

"Se pensaba que el rechazo de embriones normales conducía a la pérdida de un embarazo, pero lo que explica el síndrome clínico es que se aceptan todos".

Quenby agregó que el siguiente paso será investigar si esta condición puede ser detectada con un test, y si es posible alterar la excesiva receptividad de embriones.

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