Supercopa española: Barcelona venció al Madrid, que quedó vivo por un yerro de Valdés


Barcelona, As
Un gol de Di María después de un gravísimo lapsus de Víctor Valdés, que pareció no recordar aquel que significó el 1-0 en el Bernabéu la temporada pasada, impidió que la Supercopa se colorease más de azulgrana (3-2) después de un extraño Clásico, como de calentamiento, con Barcelona y Madrid extrañamente lejos de sus versiones puras y en el que se elevaron, algo más que el resto, Andrés Iniesta y Xavi, factores desequilibrantes de un choque difícilmente detectable, con cierto aire aún de despiste veraniego, pero en el que Andrés, jugador especial, hizo caer en la trampa a Ramos y asistió a Xavi en el 3-1.

El Barça, descontrolado por momentos, con agujeros y sin la sensación de control que dio durante años, encontró un Madrid colaboracionista. Mourinho debió sentirse peor que nunca. Debe detestar que un equipo bajo su dirección, que tiene como primer mandamiento la fiabilidad, desperdicie en tres minutos el 0-1 (gran testarazo de Cristiano) y se vea 3-1 sin que su eterno rival enseñe su mejor versión. El gol de Di María, sin embargo, debió aliviarle y, seguramente, evitase una bronca histórica en el vestuario. La Supercopa se decidirá en el Bernabéu. Seguramente, lo más recomendable. El ganador de la Supercopa deberá ser mucho más él si quiere merecer el título.

La primera imagen del partido fue de distensión. Todavía se ven cuerpos bronceados en la Supercopa, abrazos y besos entre rivales en el vestuario y los dos detalles, por más banales que sean, le dan un tinte más ligero al torneo. El estrés no ha llegado a su extremo. Los rostros no expresan todavía la fatiga del curso. La verdad no ha llegado. Mourinho, el rey de lo no verbal, se tira distendido en su asiento para que el mundo vea que no le importa demasiado. Pero le importa tanto como a Tito Vilanova, que saludó al portugués en los prolegómenos y luego se adueñó de la zona técnica. El Barça tiene pequeñas espinitas. Sólo fue feliz a ratos el curso pasado pero la derrota ante el Madrid, la pérdida de la Liga, el penalti de Messi ante el Chelsea y el adiós amargo de Guardiola le dejó tristón. El Barça necesita ponerse en hora antes que el Madrid.

A Mourinho le importó un pimiento el qué dirán. Sin el exuberante Pepe, que empuja hacia adelante el equipo, prefirió involucionar algo en el plan que le dio la victoria y la Liga y se atrincheró. Pero soportó bien, con cierto decoro la carga del Barcelona, que disparó muy tibiamente sobre Casillas. Piqué (16'), Messi (19'), Messi (29'), Xavi (40') disparon fuera. Casillas sólo paró un chut centrado de Pedro. El Madrid ni tiró, pero sus amagos tuvieron aroma al segundo gol de la temporada pasada. Cristiano y Benzema se vieron pero no conectaron. El Barça abusó de la posesión pero estuvo obtuso. 0-0 al descanso y una sensación: que el Madrid crecería.

El segundo tiempo también empezó dormilón. Pero para nada merecedor de dos goles. Sucedió que se dieron en tres minutos. El primero, en un remate devastador de Cristiano, similar al que le dio el pase a semifinales de la Eurocopa a Portugal. Cristiano había parecido fuera de la dinámica del partido, pero estaba disimulando. Su gol, además, señaló a Messi, extrañamente desconectado desde el minuto 30. El Barça se encontró con el empate en una jugada protestadísima por Mourinho por fuera de juego y enloqueció. Pero así, en su peor momento de equilibrio, volteó el partido en una jugada en la que Ramos fue al bulto, Iniesta forzó el penalti y Messi espantó el fantasma de Cech con el 2-1. Luego se lució Iniesta, con una colección de arabescos en los que fue esquivando rivales por el camino. Xavi, en una imagen que ya se ha visto en algún clásico, se quedó delante de Casillas y definió con seguridad.

El Barça asistió atónito al marcador. El Madrid también. El partido resultó tan rocambolesco que sólo podía terminar así. Con un error impropio de un portero de la categoría de Víctor Valdés que aprovechó Di María, luchador, dejó el marcador 3-2. Seguramente lo más parecido a un partido de idas, venidas, errores y polémicas (el Madrid pidió fuera de juego en el empate de Pedro). Pero que dejó seguramente el mejor desenlace. El que quiera la Supercopa, que lo demuestre más en el Bernabéu.

Entradas populares