Málaga sólo logró un empate frente a Mallorca
Málaga, EFE
El Málaga y el Mallorca españoles empataron a un gol en un partido en el que los malaguistas, con jugadores menos habituales, notaron la falta de ritmo, ante un equipo mallorquín bien trabajado y que tuvo opciones incluso de conseguir los tres puntos.
El equipo malagueño llegaba del éxtasis de la Liga de Campeones del pasado miércoles contra el Panathinaikos griego y la incógnita era conocer si el cansancio iba a ser un factor fundamental y también el factor psicológico, por aquello de estar pensando en el enfrentamiento del próximo martes nuevamente ante el conjunto griego.
El técnico malaguista Manuel Pellegrini, realizó seis cambios con respecto a los que jugaron contra el Panathinaikos con la inclusión de Sergio Sánchez en la defensa, de Camacho, Portillo y Duda, en el centro del campo, y de Buonanotte y Sebastián Fernández, en la delantera, no así su homólogo Joaquín Caparrós, que utilizó a los mismos que ganaron en la primera jornada al Espanyol.
Por aquello de ser local parecía que el Málaga iba a salir dominando, pero fue el Mallorca con el lanzamiento de una falta por parte de Márquez, quien hizo intervenir al guardameta Caballero. Fue un aviso, aunque el equipo malagueño fue poco a poco iniciando el camino a la portería de Aouate.
Monreal, muy activo por la banda izquierda probó con su lanzamiento pero se marchó fuera. El Mallorca, replegado, pero con espacios para salir al contragolpe, creaba peligro con disparos lejanos de Javi Márquez, donde volvía a responder Caballero. Dominaban los locales, pero le faltaba ese último pase para crear el peligro necesario para adelantarse en el marcador.
El partido entró en un momento insulso, con muchas trabas, aunque en alguna acción esporádica por parte del equipo mallorquín despertaba del letargo al público. El delantero israelí Tomer Hemed, le ganó por velocidad a su pareja Martín Demichelis y su tiro, cruzado, se marchó fuera.
La mejor ocasión del Málaga la tuvo Sebastián Fernández, rozando el descanso, pero, tras una jugada trenzada, de tiralíneas en la frontal, el uruguayo no supo definir dentro del área grande. Poco fútbol de los dos equipos en la primera parte que concluyó en tablas.
Los dos equipos mostraron sus carencias en la segunda parte, con escasa velocidad y sin llegar a la portería contraria. Veintidós minutos sin atacar hasta que Nsue se marchó por velocidad y su centro lo cabeceó Hemed consiguiendo el primer gol del partido en el minuto 67.
A partir de ese momento, el Málaga cambió, y con la entrada de Eliseu, le dio velocidad y consistencia. Isco, apagado, se rehízo y un pase suyo lo aprovechó Juanmi, para rematar por bajo y empatar nueve minutos después.
El Málaga, a pesar del cansancio y de jugar con muchos reservas, fue a por el partido y Joaquín, recién salido al terreno de juego tuvo el segundo gol, pero el cabezazo no llegó a su destino.
El encuentro entró en una dinámica de muchas tarjetas y en una acción de Eliseu, el árbitro interpretó que le dio un manotazo a Pina y le mostró la roja directa. Aún así, siguió insistiendo, pero el Mallorca desaprovechó una última jugada por mediación de Víctor, que Caballero desbarató. Así terminó y murió un partido descafeinado.
El Málaga y el Mallorca españoles empataron a un gol en un partido en el que los malaguistas, con jugadores menos habituales, notaron la falta de ritmo, ante un equipo mallorquín bien trabajado y que tuvo opciones incluso de conseguir los tres puntos.
El equipo malagueño llegaba del éxtasis de la Liga de Campeones del pasado miércoles contra el Panathinaikos griego y la incógnita era conocer si el cansancio iba a ser un factor fundamental y también el factor psicológico, por aquello de estar pensando en el enfrentamiento del próximo martes nuevamente ante el conjunto griego.
El técnico malaguista Manuel Pellegrini, realizó seis cambios con respecto a los que jugaron contra el Panathinaikos con la inclusión de Sergio Sánchez en la defensa, de Camacho, Portillo y Duda, en el centro del campo, y de Buonanotte y Sebastián Fernández, en la delantera, no así su homólogo Joaquín Caparrós, que utilizó a los mismos que ganaron en la primera jornada al Espanyol.
Por aquello de ser local parecía que el Málaga iba a salir dominando, pero fue el Mallorca con el lanzamiento de una falta por parte de Márquez, quien hizo intervenir al guardameta Caballero. Fue un aviso, aunque el equipo malagueño fue poco a poco iniciando el camino a la portería de Aouate.
Monreal, muy activo por la banda izquierda probó con su lanzamiento pero se marchó fuera. El Mallorca, replegado, pero con espacios para salir al contragolpe, creaba peligro con disparos lejanos de Javi Márquez, donde volvía a responder Caballero. Dominaban los locales, pero le faltaba ese último pase para crear el peligro necesario para adelantarse en el marcador.
El partido entró en un momento insulso, con muchas trabas, aunque en alguna acción esporádica por parte del equipo mallorquín despertaba del letargo al público. El delantero israelí Tomer Hemed, le ganó por velocidad a su pareja Martín Demichelis y su tiro, cruzado, se marchó fuera.
La mejor ocasión del Málaga la tuvo Sebastián Fernández, rozando el descanso, pero, tras una jugada trenzada, de tiralíneas en la frontal, el uruguayo no supo definir dentro del área grande. Poco fútbol de los dos equipos en la primera parte que concluyó en tablas.
Los dos equipos mostraron sus carencias en la segunda parte, con escasa velocidad y sin llegar a la portería contraria. Veintidós minutos sin atacar hasta que Nsue se marchó por velocidad y su centro lo cabeceó Hemed consiguiendo el primer gol del partido en el minuto 67.
A partir de ese momento, el Málaga cambió, y con la entrada de Eliseu, le dio velocidad y consistencia. Isco, apagado, se rehízo y un pase suyo lo aprovechó Juanmi, para rematar por bajo y empatar nueve minutos después.
El Málaga, a pesar del cansancio y de jugar con muchos reservas, fue a por el partido y Joaquín, recién salido al terreno de juego tuvo el segundo gol, pero el cabezazo no llegó a su destino.
El encuentro entró en una dinámica de muchas tarjetas y en una acción de Eliseu, el árbitro interpretó que le dio un manotazo a Pina y le mostró la roja directa. Aún así, siguió insistiendo, pero el Mallorca desaprovechó una última jugada por mediación de Víctor, que Caballero desbarató. Así terminó y murió un partido descafeinado.