Las autoridades sudafricanas culpan a los mineros de la muerte de 44 compañeros
Madrid, EP
Las autoridades de Sudáfrica han acusado a 270 mineros de la muerte de 44 de sus compañeros en los enfrentamientos registrados entre las fuerzas de seguridad sudafricanas y los trabajadores de una mina de platino situada a cien kilómetros de Johannesburgo, a pesar de que se ha responsabilizado a la Policía de los fallecimientos.
Los agentes respondieron con fuego real a la manifestación de mineros, algunos de ellos armados con palos y machetes. La protesta concluyó además con otros más de 70 mineros heridos y casi 260 detenidos, que permanecen bajo custodia policial en la zona de Rustenburg, en el noroeste del país.
Los acusados fueron detenidos después de los enfrentamientos, y han sido acusados en base a una provisión legal que afecta a todo aquel que se vea envuelto en un enfrentamiento armado.
El portavoz de la Policía sudafricana, Dennis Adriao, ha dicho que algunos de los fallecidos presentaban heridas de bala en la espalda y que se recuperaron armas en la escena del suceso, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.
El conflicto entre el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) y la Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción (AMCU) comenzó a principios de este año y obligó a cerrar durante varias semanas la mina de Lonmin, tercera productora mundial de este metal.
Los enfrentamientos se agravaron el pasado viernes, cuando 3.000 mineros se declararon en huelga y ahora la empresa amenaza con despedirlos. La Policía dijo que, tras haber intentado mantener conversaciones con los líderes de AMCU durante varios días y no conseguirlo, no tuvo otra opción que "dispersarlos por la fuerza".
El episodio de violencia se produjo apenas un día después de que miles de policías respaldados por helicópteros se presentaron frente a una multitud de mineros que había organizado un campamento en una zona cercana a la mina. En los siguientes días, más de cien mineros presentaron denuncias por maltrato policial en las comisarías de Policía del noroeste después de que fueran detenidos mientras se manifestaban.
Las autoridades de Sudáfrica han acusado a 270 mineros de la muerte de 44 de sus compañeros en los enfrentamientos registrados entre las fuerzas de seguridad sudafricanas y los trabajadores de una mina de platino situada a cien kilómetros de Johannesburgo, a pesar de que se ha responsabilizado a la Policía de los fallecimientos.
Los agentes respondieron con fuego real a la manifestación de mineros, algunos de ellos armados con palos y machetes. La protesta concluyó además con otros más de 70 mineros heridos y casi 260 detenidos, que permanecen bajo custodia policial en la zona de Rustenburg, en el noroeste del país.
Los acusados fueron detenidos después de los enfrentamientos, y han sido acusados en base a una provisión legal que afecta a todo aquel que se vea envuelto en un enfrentamiento armado.
El portavoz de la Policía sudafricana, Dennis Adriao, ha dicho que algunos de los fallecidos presentaban heridas de bala en la espalda y que se recuperaron armas en la escena del suceso, según ha informado la cadena de televisión estadounidense CNN.
El conflicto entre el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) y la Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción (AMCU) comenzó a principios de este año y obligó a cerrar durante varias semanas la mina de Lonmin, tercera productora mundial de este metal.
Los enfrentamientos se agravaron el pasado viernes, cuando 3.000 mineros se declararon en huelga y ahora la empresa amenaza con despedirlos. La Policía dijo que, tras haber intentado mantener conversaciones con los líderes de AMCU durante varios días y no conseguirlo, no tuvo otra opción que "dispersarlos por la fuerza".
El episodio de violencia se produjo apenas un día después de que miles de policías respaldados por helicópteros se presentaron frente a una multitud de mineros que había organizado un campamento en una zona cercana a la mina. En los siguientes días, más de cien mineros presentaron denuncias por maltrato policial en las comisarías de Policía del noroeste después de que fueran detenidos mientras se manifestaban.