Kevin Durant: "Quiero ser mejor que Kobe Bryant"
Londres, EFE
Estados Unidos cuenta hasta ahora sus partidos por victorias en los Juegos Olímpicos y una de las razones de ello es Kevin Durant, el hombre a la sombra de LeBron James y Kobe Bryant, un jugador al que admira y al que, según dijo a Efe, pretende superar en cuanto a rendimiento sobre la pista.
El alero de los Oklahoma City Thunder explicó cómo es su relación con la gran estrella de Los Ángeles Lakers, el jugador que posee cinco títulos de la NBA, un logro que para Durant es un objetivo a corto plazo.
"Kobe es un buen tipo. Es mayor que yo, no es que salgamos juntos todos los días. Le admiro. Es alguien a quien no me importa emular. Quiero distinguirme como un jugador único, con una personalidad propia. Pero conozco su huella en el juego. Quiero ser mejor que él y se lo digo. Así es nuestra relación. Muy competitiva", afirmó a Efe Durant en el entrenamiento que llevaron a cabo hoy en la University of East London.
"Nos conocemos bien de estos últimos años. En ese aspecto somos iguales. Le respeto mucho y espero que él también me respete a mí. Aprendo mucho de él, especialmente cómo afronta cada partido, su concentración, su naturaleza competitiva. Yo soy un competidor, pero a él no se le escapa ni un solo detalle. Es una de las personas más competitivas que he conocido en mi vida", declaró.
La aportación de Durant hasta ahora en Londres 2012 ha sido más regular y constante que la de Bryant y el propio James, si bien el primero lideró en la primera parte la paliza a Nigeria y el segundo se encargó de contener a Lituania en los apretados últimos compases del partido que tuvo lugar el sábado.
"Puedo estar horas viéndolos jugar en los entrenamientos. Para mí es una bendición estar aquí con los dos. Sin duda alguna están entre los mejores jugadores de la historia de este deporte", indicó. Él mismo podrá estar en esa lista en el futuro, pero a sus 23 años, el novato del año en 2008 y campeón del mundo en 2010 trata de disfrutar cada segundo de esta experiencia, pocas semanas después de caer en las Finales de la NBA precisamente ante los Miami Heat de James.
"Aquí nadie tiene el papel que posee en sus respectivos equipos; ves a LeBron asistiendo, a Carmelo a tope pero sin tirar 20 veces a canasta... Todos nos sacrificamos. Estamos juntos en esta misión y sentimos que estamos creciendo. Mira lo de Lituania. Fueron momentos difíciles y los superamos", manifestó. Por el momento los norteamericanos apenas han sufrido en los Juegos. Solventaron con solidez el choque frente a Francia, arrasaron a Túnez y Nigeria y vieron las orejas al lobo contra Lituania, pero saben que ese toque de atención les va a servir para ajustar algunas situaciones.
"Nada de lo ocurrido hasta ahora me ha sorprendido. Sabíamos que no iba a ser fácil y que cada partido iba a ser un reto. Lo único en lo que pienso cada vez que entro en la pista es en divertirme, disfrutar y hacer nuestro juego", apuntó. Ni siquiera la falta de centímetros preocupa a Durant y los suyos, ya que cuentan con su enorme capacidad atlética y facultades para suplir ese déficit.
"Tener un solo pívot natural (Tyson Chandler) no es algo que nos preocupe. Tenemos a Kevin Love, que es el mejor reboteador del mundo. Tenemos a LeBron y a Carmelo, que acaban cada partido con muchos. Claro que podríamos ser más altos, pero la clave es ir al aro con fuerza", sostuvo.
Por último habló de su rival de mañana, Argentina, un equipo ante el que Estados Unidos ha perdido en dos ocasiones en los últimos diez años: en el Mundial de 2002 y en los Juegos de Atenas 2004, un partido que Durant no recuerda haber visto.
"Se trata de llevar a cabo nuestro plan. El objetivo es cerrar en defensa a Manu Ginóbili, a Luis Scola y Carlos Delfino. Si nos aseguramos de que estamos a tope en defensa, el ataque vendrá por sí solo. Tenemos un plan. Ya verás en qué consiste", comentó con cierto tono enigmático este hombre profundamente religioso.
"La vida es un camino duro y lo más fácil es no confiar en el Señor ni en ti mismo. Hay que tener una mentalidad fuerte. A mí la religión me ayuda en la vida y en el deporte. Ha hecho de mí quien soy y me sigue ayudando a crecer como persona", concluyó.
Estados Unidos cuenta hasta ahora sus partidos por victorias en los Juegos Olímpicos y una de las razones de ello es Kevin Durant, el hombre a la sombra de LeBron James y Kobe Bryant, un jugador al que admira y al que, según dijo a Efe, pretende superar en cuanto a rendimiento sobre la pista.
El alero de los Oklahoma City Thunder explicó cómo es su relación con la gran estrella de Los Ángeles Lakers, el jugador que posee cinco títulos de la NBA, un logro que para Durant es un objetivo a corto plazo.
"Kobe es un buen tipo. Es mayor que yo, no es que salgamos juntos todos los días. Le admiro. Es alguien a quien no me importa emular. Quiero distinguirme como un jugador único, con una personalidad propia. Pero conozco su huella en el juego. Quiero ser mejor que él y se lo digo. Así es nuestra relación. Muy competitiva", afirmó a Efe Durant en el entrenamiento que llevaron a cabo hoy en la University of East London.
"Nos conocemos bien de estos últimos años. En ese aspecto somos iguales. Le respeto mucho y espero que él también me respete a mí. Aprendo mucho de él, especialmente cómo afronta cada partido, su concentración, su naturaleza competitiva. Yo soy un competidor, pero a él no se le escapa ni un solo detalle. Es una de las personas más competitivas que he conocido en mi vida", declaró.
La aportación de Durant hasta ahora en Londres 2012 ha sido más regular y constante que la de Bryant y el propio James, si bien el primero lideró en la primera parte la paliza a Nigeria y el segundo se encargó de contener a Lituania en los apretados últimos compases del partido que tuvo lugar el sábado.
"Puedo estar horas viéndolos jugar en los entrenamientos. Para mí es una bendición estar aquí con los dos. Sin duda alguna están entre los mejores jugadores de la historia de este deporte", indicó. Él mismo podrá estar en esa lista en el futuro, pero a sus 23 años, el novato del año en 2008 y campeón del mundo en 2010 trata de disfrutar cada segundo de esta experiencia, pocas semanas después de caer en las Finales de la NBA precisamente ante los Miami Heat de James.
"Aquí nadie tiene el papel que posee en sus respectivos equipos; ves a LeBron asistiendo, a Carmelo a tope pero sin tirar 20 veces a canasta... Todos nos sacrificamos. Estamos juntos en esta misión y sentimos que estamos creciendo. Mira lo de Lituania. Fueron momentos difíciles y los superamos", manifestó. Por el momento los norteamericanos apenas han sufrido en los Juegos. Solventaron con solidez el choque frente a Francia, arrasaron a Túnez y Nigeria y vieron las orejas al lobo contra Lituania, pero saben que ese toque de atención les va a servir para ajustar algunas situaciones.
"Nada de lo ocurrido hasta ahora me ha sorprendido. Sabíamos que no iba a ser fácil y que cada partido iba a ser un reto. Lo único en lo que pienso cada vez que entro en la pista es en divertirme, disfrutar y hacer nuestro juego", apuntó. Ni siquiera la falta de centímetros preocupa a Durant y los suyos, ya que cuentan con su enorme capacidad atlética y facultades para suplir ese déficit.
"Tener un solo pívot natural (Tyson Chandler) no es algo que nos preocupe. Tenemos a Kevin Love, que es el mejor reboteador del mundo. Tenemos a LeBron y a Carmelo, que acaban cada partido con muchos. Claro que podríamos ser más altos, pero la clave es ir al aro con fuerza", sostuvo.
Por último habló de su rival de mañana, Argentina, un equipo ante el que Estados Unidos ha perdido en dos ocasiones en los últimos diez años: en el Mundial de 2002 y en los Juegos de Atenas 2004, un partido que Durant no recuerda haber visto.
"Se trata de llevar a cabo nuestro plan. El objetivo es cerrar en defensa a Manu Ginóbili, a Luis Scola y Carlos Delfino. Si nos aseguramos de que estamos a tope en defensa, el ataque vendrá por sí solo. Tenemos un plan. Ya verás en qué consiste", comentó con cierto tono enigmático este hombre profundamente religioso.
"La vida es un camino duro y lo más fácil es no confiar en el Señor ni en ti mismo. Hay que tener una mentalidad fuerte. A mí la religión me ayuda en la vida y en el deporte. Ha hecho de mí quien soy y me sigue ayudando a crecer como persona", concluyó.