Igor Bychkov, eliminado en la final tras tres nulos en 5,65
Londres, EFE
El francés Renaud Lavillenie refrendó con el título y un nuevo récord olímpico (5,97) su condición de número uno mundial de la pértiga en una final que, como en los recientes Europeos de Helsinki, le dejó a solas con dos alemanes para jugarse el orden en el podio.
Lavillenie fue el único que pudo con los 5,97 metros, una marca que, además de batir por un centímetro el récord olímpico del australiano Steven Hooker en Pekín 2008, le permitió adelantar a los germanos Bjorn Otto y Raphael Holzdeppe, que habían superado los 5,91 al primer intento.
En posesión de una marca personal de 6,03 y con seis saltos superiores a 5,80 este año (el mejor, de 5,97), se había ganado una sólida reputación. En los últimos cuatro años ha ganado dos títulos europeos al aire libre y otros dos -y dos mundiales- en sala. Le faltaba una medalla de oro olímpica o mundial al aire libre.
El australiano Steven Hooker, defensor del título, debutó en 5,65 metros y no pudo con ellos. Empezó la final como campeón y fue el primero en despedirse, sin marca. Lo mismo le sucedió, en la misma altura, al estadounidense Brad Walker, campeón mundial en 2007.
Seis atletas seguían en liza tras superar los 5,75 metros, pero Lavillenie era el único que no había fallado. Por ránking, la lucha por el título estaba reservada a Lavillenie y a los alemanes Bjorn Otto y Malte Mohr, que formaban con el francés el trío de pertiguistas que han superado este año los 5,90 metros, pero este último no pudo con los 5,75.
La barra en 5,85 seleccionó a los tres medallistas. Como en la final europea de Helsinki, un mes antes, Lavillenie se quedó solo con dos alemanes, esta vez Otto y Raphael Holzdeppe.
Los dos germanos superaron los 5,91 metros a la primera, relegando al tercer puesto al francés, que falló su primer intento y se dejó los dos siguientes para los 5,97. En su primera tentativa voló sobre el listón y pudo celebrar por anticipado su victoria.
Ninguno de sus rivales pudieron con esa altura, y menos con los 6,02 que, a la desesperada, atacó Otto. Lavillenie intentó una vez, sin éxito, los 6.02, y ordenó después que el listón subiera hasta los 6,07 con la idea de situarse segundo en el ránking de todos los tiempos (el récord mundial de Sergey Bubka continúa inaccesible en 6,14), pero fracasó las dos veces.
Los dos primeros de los Mundiales de Daegu 2011, el polaco Pawel Wojciechowski y el cubano Lázaro Borges, habían quedado fuera en la ronda de calificación.
El francés Renaud Lavillenie refrendó con el título y un nuevo récord olímpico (5,97) su condición de número uno mundial de la pértiga en una final que, como en los recientes Europeos de Helsinki, le dejó a solas con dos alemanes para jugarse el orden en el podio.
Lavillenie fue el único que pudo con los 5,97 metros, una marca que, además de batir por un centímetro el récord olímpico del australiano Steven Hooker en Pekín 2008, le permitió adelantar a los germanos Bjorn Otto y Raphael Holzdeppe, que habían superado los 5,91 al primer intento.
En posesión de una marca personal de 6,03 y con seis saltos superiores a 5,80 este año (el mejor, de 5,97), se había ganado una sólida reputación. En los últimos cuatro años ha ganado dos títulos europeos al aire libre y otros dos -y dos mundiales- en sala. Le faltaba una medalla de oro olímpica o mundial al aire libre.
El australiano Steven Hooker, defensor del título, debutó en 5,65 metros y no pudo con ellos. Empezó la final como campeón y fue el primero en despedirse, sin marca. Lo mismo le sucedió, en la misma altura, al estadounidense Brad Walker, campeón mundial en 2007.
Seis atletas seguían en liza tras superar los 5,75 metros, pero Lavillenie era el único que no había fallado. Por ránking, la lucha por el título estaba reservada a Lavillenie y a los alemanes Bjorn Otto y Malte Mohr, que formaban con el francés el trío de pertiguistas que han superado este año los 5,90 metros, pero este último no pudo con los 5,75.
La barra en 5,85 seleccionó a los tres medallistas. Como en la final europea de Helsinki, un mes antes, Lavillenie se quedó solo con dos alemanes, esta vez Otto y Raphael Holzdeppe.
Los dos germanos superaron los 5,91 metros a la primera, relegando al tercer puesto al francés, que falló su primer intento y se dejó los dos siguientes para los 5,97. En su primera tentativa voló sobre el listón y pudo celebrar por anticipado su victoria.
Ninguno de sus rivales pudieron con esa altura, y menos con los 6,02 que, a la desesperada, atacó Otto. Lavillenie intentó una vez, sin éxito, los 6.02, y ordenó después que el listón subiera hasta los 6,07 con la idea de situarse segundo en el ránking de todos los tiempos (el récord mundial de Sergey Bubka continúa inaccesible en 6,14), pero fracasó las dos veces.
Los dos primeros de los Mundiales de Daegu 2011, el polaco Pawel Wojciechowski y el cubano Lázaro Borges, habían quedado fuera en la ronda de calificación.