Gimnasia: El espectáculo llegó con Zonderland
Londres, EFE
El espectáculo llegó hoy al North Greenwich Arena de Londres, en el último día de la competición olímpica de gimnasia artística, con el ejercicio irrepetible del holandés Epke Zonderland en la barra.
Salvo cuando han competido los locales, nunca en todos los Juegos se había visto al público del pabellón entregarse así a la causa de un gimnasta. Pero Zonderland, un superespecialista en este aparato, alcanzó hoy un estado de gracia que contagió a los aficionados y que enloqueció a la grada.
Con cuatro sueltas perfectas, pero tres de ellas de complejísima ejecución y enlazadas una tras otra, el holandés primero puso en vilo y luego desató la euforia entre los asistentes, que no podían creerse que hubiera salido vivo.
Zonderland, de 26 años, fue subcampeón mundial de barra en 2009 y 2010, pero perdió precisión al año siguiente y fue quinto en los Mundiales de 2011. Hoy, en cambio, explotó. Tuvo su día y coincidió con la final olímpica. 16,533 puntos estratosféricos le dieron el oro.
La plata, que celebró como una victoria, fue para el alemán Fabian Hambüchen. Mejora así el bronce de Pekin 2008. Si algún ejercicio se pareció hoy al de Zonderland, fue el suyo. Puntuó 16,400, apenas 34 milésimas por encima del chino Zou Kai, ya campeón por equipos y en suelo y que buscó su tercer oro con un ejercicio 'a la americana', más espectacular de lo que es habitual en la escuela china y que mereció un 16,366.
Su compañero Zhang Chenlong, subcampeón mundial de la especialidad en 2011, fue cuarto y el estadounidense Danell Leyva, el único medallista masculino de Estados Unidos en los Juegos con su bronce en el concurso completo, quedó quinto.
En paralelas la victoria fue para el chino Feng Zhe, seguido del alemán Marcel Nguyen y del francés Hamilton Sabot.
Para los dos primeros son sus segundas medallas: Feng ya había ganado el oro por equipos y Nguyen la plata en el concurso completo.
Feng Zhe, 24 años, campeón mundial y asiático en 2010, pero séptimo en los Mundiales de 2011, recuperó su mejor nivel, con verticales eternas, buen control de las sueltas y una salida perfecta. Era el único que partía con 7,0 de dificultad y demostró que no se trataba de una osadía. Obtuvo un 15,966 a la postre inalcanzable para el resto.
Nguyen, sorprendente subcampeón olímpico en el concurso general individual y doble campeón europeo en este aparato, no tuvo problemas para hacerse con la plata con un ejercicio de perfecta ejecución (9,0) rematado con una salida vertiginosa con doble giro. Terminó con 15,800.
La final de hoy tenía nueve competidores porque el chino Zhang Chenlong y el francés Hamilton Sabot habían empatado a todo en la ronda de clasificación. Chenlong no lo aprovechó y acabó noveno, pero Sabot no dejó escapar la oportunidad y atrapó la medalla de bronce (15,566) con una presentación muy vistosa.
Japón es el país tradicionalmente dominador de este aparato, pero ninguno de los hermanos Tanaka estuvo hoy al nivel del podio. Zakuhito alcanzó a ser cuarto, pero Yusuke, que tuvo la mejor nota de ejecución entre los finalistas, perdió la tensión en una vertical y acabó octavo.
El griego Vasileios Tsolakidis, subcampeón mundial y europeo y gimnasta de mayor edad de la final, con 31 años, sucumbió ante el empuje de los más jóvenes. Los vuelos le quedaron desmadejados y no consiguió un buen aterrizaje, y fue finalmente sexto.
Las dos finales femeninas se las repartieron hoy la china Deng Linlin en barra y la estadounidense Alexandra Raisman en suelo.
En la barra de equilibrios el principal interés estaba en la actuación de la estadounidense Gabrielle Douglas, campeona absoluta en estos Juegos pero última ayer en la final de asimétricas. Volvió a fallar estrepitosamente con una caída del aparato que le supuso una nota bajísima de 13,633, la séptima.
No fue la única. La subcampeona mundial y olímpica absoluta Victoria Komova confirmó que acusa muchos altos y bajos. Llevaba un ejercicio para aspirar al oro cuando se cayó, y volvió a caerse en la salida, que cerró sentada. Fue última.
Mientras, las dos finalistas chinas disfrutaban de su superioridad. Deng Linlin, campeona mundial en 2009 y subcampeona en 2010, volvió a sacar hoy su gran clase. No tuvo ninguna duda en su ejecución y se fue hasta los 15,600. Esa nota mejoró en una décima la de su compatriota Sui Lu, que ganó este ejercicio en los últimos mundiales y Juegos Asiáticos y que no había estado a la altura en la ronda de clasificación.
La polémica llegó con la concesión de la medalla de bronce. Tras el paso de todas las gimnastas llevaba el nombre de la rumana Catalina Ponor, pese a dos desequilibrios muy evidentes. Los errores ajenos la beneficiaban.
Pero Aly Raisman, que había sido cuarta, presentó una reclamación y obtuvo una décima adicional que la dejó empatada a 15,066 puntos con Ponor, y además por encima de ella, y por tanto en el podio, gracias a los criterios de desempate de la federación internacional, que premian la nota de ejecución.
Ponor, ganadora de tres oros en los Juegos de Atenas 2004, retirada luego y felizmente recuperada para la gimnasia en 2011, obtuvo en la final de suelo una plata que, al menos, le permitió cerrar los Juegos en el podio.
La propia Raisman se hizo con el oro, en esta ocasión sin rectificaciones y con justicia, en la disciplina que cerraba la competición.
Raisman obtuvo 15,600 puntos, por 15,200 de Ponor, nota que fue silbada por el público, más participativo desde la fiesta celebrada con Epke Zonderland.
La plata de la rumana, que cumplirá este mes 25 años, recompensa al esfuerzo que ha llevado a cabo para pelearse con gimnastas ocho años menores que ella. El bronce por equipos era hasta ahora su único botín.
El bronce fue la rusa Aliya Mustafina (14,900), medalla que suma al oro en asimétricas, la plata en equipos y el bronce en el concurso completo que había ganado en días pasados.
Tanto la también rusa Kseniia Afanaseva como la estadounidense Jordyn Wieber, campeona mundial absoluta, se salieron del tapiz y perdieron toda opción, lo mismo que la rumana Sandra Izbasa, que se cayó tras su ultima serie.
