Filipinas entrega ayuda a casi 850.000 personas afectadas por las inundaciones
Manila, EP
Los equipos de emergencias y el Ejército filipino han repartido comida, agua y ropa entre casi 850.000 personas desplazadas o aisladas a causa de las inundaciones que comenzaron hace once días por las lluvias del monzón y que han afectado a la capital de Filipinas, Manila, y a varias provincias vecinas.
Cerca del 60 por ciento de Manila, una región metropolitana donde viven unos doce millones de personas, permanece inundada este miércoles, según ha declarado a la agencia Reuters el director del Consejo Nacional para la Gestión de Desastres y la Reducción del Riesgo, Benito Ramos.
Al menos 19 personas han perdido la vida desde el martes como consecuencia de las constantes lluvias caídas tras el paso del tifón 'Saola' por el norte de la isla de Luzón a finales del pasado julio. Las últimas muertes confirmadas elevan a 72 el número de víctimas mortales.
Los colegios y muchos comercios continúan cerrados por segundo día consecutivo. Mientras, el Ejército, la Policía y las autoridades municipales tratan de distribuir ayuda.
EVACUACIÓN
Según las autoridades, muchas personas se resisten a abandonar sus casas porque no quieren perder sus enseres. "Estamos pidiendo a la gente que vive junto a ríos que han experimentado crecidas que se marche", ha explicado Ramos. "En caso de que tuviéramos que obligarlos a dejar sus casas, lo haríamos, por su propia seguridad", ha añadido.
El ministro del Interior, Jesse Robredo, ha indicado que el Gobierno ha empezado a preparar planes para realojar de forma permanente a las personas que viven junto a ríos y en zonas costeras a fin de limitar las muertes y los daños materiales que se puedan producir durante el resto de la época del monzón y de tifones.
El Consejo Nacional para la Gestión de Desastres y la Reducción del Riesgo ha señalado este miércoles que ha repartido alimentos, agua, ropa y medicamentos entre personas que han quedado aisladas en sus casas como consecuencia de las inundaciones y entre quienes se alojan en refugios temporales.
MENOS LLUVIAS EL JUEVES
Las lluvias del monzón, que se producen cada año en Filipinas, esta vez han sido más intensas a causa del tifón 'Saola' y de la tormenta tropical 'Haikui', que ha pasado por el mar de Filipinas esta semana.
Pero la oficina meteorológica nacional prevé que este jueves las precipitaciones disminuirán considerablemente porque 'Haikui' ya ha tocado tierra en China. De hecho, este miércoles ha reducido el nivel de alerta por lluvias, si bien en las últimas 24 horas el nivel de precipitaciones se ha elevado hasta alcanzar los 390 milímetros, frente a los 323 milímetros registrados el día anterior.
El mayor nivel de precipitaciones, 454 milímetros, se registró en septiembre de 2009, cuando el 80 por ciento de Manila quedó inundada. Más de 700 personas murieron y se produjeron daños materiales valorados en 1.000 millones de dólares (808 millones de euros).
Ramos ha declarado que a las autoridades les preocupa la situación en las zonas costeras. "Es difícil distinguir el mar del agua de las inundaciones", ha añadido tras evaluar la situación desde el aire.
En cuatro provincias próximas a Manila, entre ellas Bataan y Pampanga, productoras de arroz, se ha declarado el estado de calamidad. Las autoridades estiman que los daños sufridos por los cultivos, principalmente de arroz, suponen 152 millones de pesos (2,9 millones de euros).
Los equipos de emergencias y el Ejército filipino han repartido comida, agua y ropa entre casi 850.000 personas desplazadas o aisladas a causa de las inundaciones que comenzaron hace once días por las lluvias del monzón y que han afectado a la capital de Filipinas, Manila, y a varias provincias vecinas.
Cerca del 60 por ciento de Manila, una región metropolitana donde viven unos doce millones de personas, permanece inundada este miércoles, según ha declarado a la agencia Reuters el director del Consejo Nacional para la Gestión de Desastres y la Reducción del Riesgo, Benito Ramos.
Al menos 19 personas han perdido la vida desde el martes como consecuencia de las constantes lluvias caídas tras el paso del tifón 'Saola' por el norte de la isla de Luzón a finales del pasado julio. Las últimas muertes confirmadas elevan a 72 el número de víctimas mortales.
Los colegios y muchos comercios continúan cerrados por segundo día consecutivo. Mientras, el Ejército, la Policía y las autoridades municipales tratan de distribuir ayuda.
EVACUACIÓN
Según las autoridades, muchas personas se resisten a abandonar sus casas porque no quieren perder sus enseres. "Estamos pidiendo a la gente que vive junto a ríos que han experimentado crecidas que se marche", ha explicado Ramos. "En caso de que tuviéramos que obligarlos a dejar sus casas, lo haríamos, por su propia seguridad", ha añadido.
El ministro del Interior, Jesse Robredo, ha indicado que el Gobierno ha empezado a preparar planes para realojar de forma permanente a las personas que viven junto a ríos y en zonas costeras a fin de limitar las muertes y los daños materiales que se puedan producir durante el resto de la época del monzón y de tifones.
El Consejo Nacional para la Gestión de Desastres y la Reducción del Riesgo ha señalado este miércoles que ha repartido alimentos, agua, ropa y medicamentos entre personas que han quedado aisladas en sus casas como consecuencia de las inundaciones y entre quienes se alojan en refugios temporales.
MENOS LLUVIAS EL JUEVES
Las lluvias del monzón, que se producen cada año en Filipinas, esta vez han sido más intensas a causa del tifón 'Saola' y de la tormenta tropical 'Haikui', que ha pasado por el mar de Filipinas esta semana.
Pero la oficina meteorológica nacional prevé que este jueves las precipitaciones disminuirán considerablemente porque 'Haikui' ya ha tocado tierra en China. De hecho, este miércoles ha reducido el nivel de alerta por lluvias, si bien en las últimas 24 horas el nivel de precipitaciones se ha elevado hasta alcanzar los 390 milímetros, frente a los 323 milímetros registrados el día anterior.
El mayor nivel de precipitaciones, 454 milímetros, se registró en septiembre de 2009, cuando el 80 por ciento de Manila quedó inundada. Más de 700 personas murieron y se produjeron daños materiales valorados en 1.000 millones de dólares (808 millones de euros).
Ramos ha declarado que a las autoridades les preocupa la situación en las zonas costeras. "Es difícil distinguir el mar del agua de las inundaciones", ha añadido tras evaluar la situación desde el aire.
En cuatro provincias próximas a Manila, entre ellas Bataan y Pampanga, productoras de arroz, se ha declarado el estado de calamidad. Las autoridades estiman que los daños sufridos por los cultivos, principalmente de arroz, suponen 152 millones de pesos (2,9 millones de euros).