El avión hípersónico del Pentágono falla a los 31 segundos de ser lanzado
La nave se cayó al mar por el mal funcionamiento de una aleta de control
Ha sido diseñada con fines militares para volar a 5.793 kilómetros por hora
David Alandete
Washington, El País
Iba a ser revolucionario, un avión hipersónico que viajaría a cinco veces la velocidad del sonido. Un grupo de ingenieros de la Fuerza Aérea norteamericana habían ensamblado el prototipo en un hangar de la base militar de Edwards, en el desierto del Mojave, en California. Lo iban a lanzar sobre el océano Pacífico, donde volaría a 5.790 kilómetros por hora. Sería capaz, en suma, de recorrer el trayecto de Madrid a Nueva York en algo menos de una hora. El sueño duró exactamente 15 segundos.
El martes, después de 15 segundos de vuelo, el prototipo, bautizado como X-51A WaveRider, se estrelló en el océano, a causa del error mecánico de una de las partes, la aleta de control. Había sido lanzado desde Point Mugunu, un promontorio bajo control militar en el sur de California, al norte de Los Ángeles. No iba tripulado. Se esperaba que volara al menos cinco minutos, en los que podría haber recorrido 300 kilómetros, dada la supuesta potencia de sus motores.
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El avión empleó como lanzadera un bombardero militar B-52 Stratofortress. Iba adherido a su ala derecha. Ambos volaron unidos durante 16 segundos. El X-51A WaveRider se separó con éxito, y el motor principal arrancó de forma adecuada, para luego desplomarse, a causa del fallo técnico de la aleta, después de 15 segundos en solitario. Yace ahora en el fondo del Pacífico.
“Desafortunadamente, un problema con un subsistema causó la terminación [del vuelo] antes de que pudiéramos encender el [otro motor] modelo Scramjet”, dijo en un comunicado Charlie Brink, director del proyecto de investigación en el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aéra. “Toda nuestra información indicaba que habíamos creado las condiciones adecuadas para el encendido del motor y teníamos la esperanza de cumplir los objetivos de nuestra prueba”.
Este era el tercer vuelo del prototipo. El primero, en 2010, cumplió sus modestos objetivos: una andadura de 143 segundos, a 5.600 kilómetros por hora. El segundo viaje fue más accidentado. Ocurrió en 2011. Se lanzó el avión desde una altura de 1,5 kilómetros, también desde Point Mugunu. Al separarse de su lanzadera, el X-51A WaveRider cayó al agua como una bomba. Sólo estuvo en el aire nueve segundos, todos de caída a tumba abierta.
A la Fuerza Aérea le quedan ya pocos recursos. Disponía de cuatro modelos de ese prototipo, en los que colaboró la empresa aeronáutica Boeing y la fabricante de motores de cohete Partt & Whitney Rocketdyne. Tres están ya en el fondo marino. El coste del programa, según ha revelado el sitio web especializado en asuntos militares Globalsecurity.org es de 140 millones de dólares (113 millones de euros). El Pentágono aun no ha decidido si ese cuarto avión volará en un futuro próximo.
En el prototipo han trabajado tanto la Fuerza Aéra como la Agencia para la Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA, por sus siglas en inglés). Esta última es todo un vivero de ideas y prototipos militares que luego encuentran notables aplicaciones en la vida civil. En sus despachos se ideó y se creó un prototipo de Internet. Para los tres accidentados lanzamientos del X-51A WaveRider las fuerzas armadas contaron, además, con la cooperación de la NASA.
Ha sido diseñada con fines militares para volar a 5.793 kilómetros por hora
David Alandete
Washington, El País
Iba a ser revolucionario, un avión hipersónico que viajaría a cinco veces la velocidad del sonido. Un grupo de ingenieros de la Fuerza Aérea norteamericana habían ensamblado el prototipo en un hangar de la base militar de Edwards, en el desierto del Mojave, en California. Lo iban a lanzar sobre el océano Pacífico, donde volaría a 5.790 kilómetros por hora. Sería capaz, en suma, de recorrer el trayecto de Madrid a Nueva York en algo menos de una hora. El sueño duró exactamente 15 segundos.
El martes, después de 15 segundos de vuelo, el prototipo, bautizado como X-51A WaveRider, se estrelló en el océano, a causa del error mecánico de una de las partes, la aleta de control. Había sido lanzado desde Point Mugunu, un promontorio bajo control militar en el sur de California, al norte de Los Ángeles. No iba tripulado. Se esperaba que volara al menos cinco minutos, en los que podría haber recorrido 300 kilómetros, dada la supuesta potencia de sus motores.
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El avión empleó como lanzadera un bombardero militar B-52 Stratofortress. Iba adherido a su ala derecha. Ambos volaron unidos durante 16 segundos. El X-51A WaveRider se separó con éxito, y el motor principal arrancó de forma adecuada, para luego desplomarse, a causa del fallo técnico de la aleta, después de 15 segundos en solitario. Yace ahora en el fondo del Pacífico.
“Desafortunadamente, un problema con un subsistema causó la terminación [del vuelo] antes de que pudiéramos encender el [otro motor] modelo Scramjet”, dijo en un comunicado Charlie Brink, director del proyecto de investigación en el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aéra. “Toda nuestra información indicaba que habíamos creado las condiciones adecuadas para el encendido del motor y teníamos la esperanza de cumplir los objetivos de nuestra prueba”.
Este era el tercer vuelo del prototipo. El primero, en 2010, cumplió sus modestos objetivos: una andadura de 143 segundos, a 5.600 kilómetros por hora. El segundo viaje fue más accidentado. Ocurrió en 2011. Se lanzó el avión desde una altura de 1,5 kilómetros, también desde Point Mugunu. Al separarse de su lanzadera, el X-51A WaveRider cayó al agua como una bomba. Sólo estuvo en el aire nueve segundos, todos de caída a tumba abierta.
A la Fuerza Aérea le quedan ya pocos recursos. Disponía de cuatro modelos de ese prototipo, en los que colaboró la empresa aeronáutica Boeing y la fabricante de motores de cohete Partt & Whitney Rocketdyne. Tres están ya en el fondo marino. El coste del programa, según ha revelado el sitio web especializado en asuntos militares Globalsecurity.org es de 140 millones de dólares (113 millones de euros). El Pentágono aun no ha decidido si ese cuarto avión volará en un futuro próximo.
En el prototipo han trabajado tanto la Fuerza Aéra como la Agencia para la Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA, por sus siglas en inglés). Esta última es todo un vivero de ideas y prototipos militares que luego encuentran notables aplicaciones en la vida civil. En sus despachos se ideó y se creó un prototipo de Internet. Para los tres accidentados lanzamientos del X-51A WaveRider las fuerzas armadas contaron, además, con la cooperación de la NASA.