Cristiano preocupa mucho por su bajo rendimiento
Madrid, AsCristiano no parece el mismo que finalizó de manera exultante la última Liga. Sus 46 goles fueron decisivos para que el Madrid conquistase la Liga de los Récords y el madridismo aún recuerda la imagen feliz del portugués en Cibeles, abrazado y sonriente junto a Iker Casillas. Su golazo en el Camp Nou, que valió casi el alirón liguero, y su sacrificio defensivo en el campo en muchos partidos de la segunda vuelta le ganaron adeptos incluso en la parte de la afición que aún le veía con recelo.
Apático. Pero el arranque liguero del crack portugués en esta Liga ha dejado desconcertados a todos. Ante el Valencia se achacó su aparente frialdad por el insoportable calor que hacía en el Bernabéu a la hora del partido, que afectó también a la mayoría de los jugadores de ambos equipos.
No tiró casi a puerta y no tuvo ninguna opción de batir a Alves. Fue uno de sus partidos de blanco, y ya lleva 147, en el que menos influencia tuvo en el juego de ataque.
En Barcelona reaccionó y, sin firmar un encuentro a la altura de lo que nos tiene acostumbrados, al menos tuvo el acierto de adelantar al equipo de Mourinho con un cabezazo impecable a la salida de un córner botado por Özil. Aún así, se le vio algo desconectado del juego y no fue ni de lejos el jugador que silenció meses antes el Camp Nou con ese gol que dejó al Barça de Guardiola a siete puntos en la Liga y ese gesto que se ha serigrafiado hasta en las camisetas de los hinchas: "Tranquilos, calma..."..
El caso es que en la pasada Liga, Cristiano empezó el curso como una moto. Firmó un hat-trick imperial en La Romareda (0-6) y metió su cuarto gol precisamente ante el Getafe, en la segunda jornada de Liga disputada en el Bernabéu (4-2). Un año después, el portugués no ha estrenado su casillero y Messi, su gran rival para el Balón de Oro, ya lleva cuatro goles...
Añoranza. La afición blanca espera ver mañana en el Bernabéu (22:30h., TVE1) al Cristiano que ha pasado a la historia por ser el primer jugador blanco que marca en cuatro partidos consecutivos en el Camp Nou. El Cristiano que grita, gesticula, la pide y se emociona. No el Cristiano que ve como Falcao o Messi le dejan lejos del Pichichi...
