Atletismo: Dos adolescentes dominan el 400, la Zarina falla en pértiga
Londres, EFE
La pertiguista estadounidense Jennifer Suhr negó a la rusa Yelena Isinbáyeva un tercer título consecutivo sin precedentes en el atletismo femenino en una jornada que coronó a dos adolescentes, Kirani James y Luquelín Santos, en 400 metros y devolvió el oro olímpico a un veterano, Félix Sánchez.
Isinbáyeva, con un mejor salto de 4,70, tuvo que conformarse con la medalla de bronce, derrotada también por la cubana Yarisley Silva, que igualó el salto de la vencedora (4,75) pero cometió un nulo más que la estadounidense en el concurso.
Subcampeona en Pekín 2008 y segunda en el ránking de todos los tiempos con 4,92, Suhr llegó a Londres sin una sola derrota esta temporada y con un registro de 4,81, favorita frente a Isinbáyeva, campeona olímpica en Atenas 2004 y Pekín 2008, en ambos casos con récord del mundo.
La medalla de bronce no devuelve el prestigio perdido a la "Zarina" Isinbáyeva, ni le redime de los fracasos que ha cosechado en los tres últimos años en los campeonatos del mundo (fuera de la final en 2009 y sexta en 2011).
La cuarta jornada del atletismo en los Juegos repartió honores, a partes iguales, entre la juventud y la veteranía.
El granadense Kirani James, de 19 años, y el dominicano Luquelin Santos, de 18, instauraron el gobierno de los efebos en la final de 400 metros, aprovechando la ausencia del defensor del título, el estadounidense LaShawn Merritt, que se había lesionado en la primera ronda.
Después de convertirse, el año pasado en Daegu (Corea del Sur) en el campeón mundial más joven de la historia, James se ha coronado campeón olímpico con su mejor marca de siempre (43.94), precediendo en la meta a Luquelin Santos, que se colgó la plata con un registro de 44.46 cuatro semanas después de hacerse con el título mundial júnior en Barcelona.
La medalla de bronce, con 44.52, fue para el trinitense Lalonde Gordon, que con sólo 23 años parecía el padre de los dos primeros.
Merritt se perdió la lucha por las medallas, siguiendo la tradición de una prueba en la que sólo su compatriota Michael Johnson ha sido capaz de revalidar el título (1996 y 2000).
La final de 400 metros vallas coronó, en cambio, a un ilustre veterano, dos veces campeón mundial (2001 y 2003), que se alzó con su segundo título olímpico ocho años después de ganar el primero: Félix Sánchez.
A punto de cumplir 35 años, el vallista dominicano, que había recuperado este año su antigua prestancia atlética, derrotó con una marca de 47.63 al gran favorito, el puertorriqueño Javier Culson, dominador de la especialidad durante toda la temporada.
Sánchez volvió a ser Superfélix. Con la sabiduría que le han dado sus múltiples batallas, repartió su esfuerzo mejor que Culson a lo largo de la prueba. El puertorriqueño tomó la delantera desde el primer obstáculo pero Sánchez se emparejó con él al desembocar en la recta final y le batió con claridad. Culson perdió, incluso, la medalla de plata en beneficio del estadounidense Michael Tinsley.
La rusa Yuliya Zaripova, campeona mundial de 3.000 metros obstáculos, alargó su hegemonía a los Juegos Olímpicos rematando con un esprint impecable y su mejor marca (9:06.72) una carrera que encabezó del primero al último metro.
La medalla de plata fue para la tunecina Habiba Ghribi (9:08.37) y la de bronce para la etíope Sofia Assefa (9:09.84).
En la final de peso, la bielorrusa Nadezhda Ostapchuk pudo derrotar, al fin, a la neozelandesa Valerie Adams, que en los últimos cinco años la había vencido en todas las grandes ocasiones.
Ostapchuk lanzó la bola a 21,36 metros en el tercer turno, una distancia hoy inaccesible incluso para Adams, que se quedó en 20,70. Era su primera derrota en una gran competición desde los Mundiales de Helsinki 2005.
La pertiguista estadounidense Jennifer Suhr negó a la rusa Yelena Isinbáyeva un tercer título consecutivo sin precedentes en el atletismo femenino en una jornada que coronó a dos adolescentes, Kirani James y Luquelín Santos, en 400 metros y devolvió el oro olímpico a un veterano, Félix Sánchez.
Isinbáyeva, con un mejor salto de 4,70, tuvo que conformarse con la medalla de bronce, derrotada también por la cubana Yarisley Silva, que igualó el salto de la vencedora (4,75) pero cometió un nulo más que la estadounidense en el concurso.
Subcampeona en Pekín 2008 y segunda en el ránking de todos los tiempos con 4,92, Suhr llegó a Londres sin una sola derrota esta temporada y con un registro de 4,81, favorita frente a Isinbáyeva, campeona olímpica en Atenas 2004 y Pekín 2008, en ambos casos con récord del mundo.
La medalla de bronce no devuelve el prestigio perdido a la "Zarina" Isinbáyeva, ni le redime de los fracasos que ha cosechado en los tres últimos años en los campeonatos del mundo (fuera de la final en 2009 y sexta en 2011).
La cuarta jornada del atletismo en los Juegos repartió honores, a partes iguales, entre la juventud y la veteranía.
El granadense Kirani James, de 19 años, y el dominicano Luquelin Santos, de 18, instauraron el gobierno de los efebos en la final de 400 metros, aprovechando la ausencia del defensor del título, el estadounidense LaShawn Merritt, que se había lesionado en la primera ronda.
Después de convertirse, el año pasado en Daegu (Corea del Sur) en el campeón mundial más joven de la historia, James se ha coronado campeón olímpico con su mejor marca de siempre (43.94), precediendo en la meta a Luquelin Santos, que se colgó la plata con un registro de 44.46 cuatro semanas después de hacerse con el título mundial júnior en Barcelona.
La medalla de bronce, con 44.52, fue para el trinitense Lalonde Gordon, que con sólo 23 años parecía el padre de los dos primeros.
Merritt se perdió la lucha por las medallas, siguiendo la tradición de una prueba en la que sólo su compatriota Michael Johnson ha sido capaz de revalidar el título (1996 y 2000).
La final de 400 metros vallas coronó, en cambio, a un ilustre veterano, dos veces campeón mundial (2001 y 2003), que se alzó con su segundo título olímpico ocho años después de ganar el primero: Félix Sánchez.
A punto de cumplir 35 años, el vallista dominicano, que había recuperado este año su antigua prestancia atlética, derrotó con una marca de 47.63 al gran favorito, el puertorriqueño Javier Culson, dominador de la especialidad durante toda la temporada.
Sánchez volvió a ser Superfélix. Con la sabiduría que le han dado sus múltiples batallas, repartió su esfuerzo mejor que Culson a lo largo de la prueba. El puertorriqueño tomó la delantera desde el primer obstáculo pero Sánchez se emparejó con él al desembocar en la recta final y le batió con claridad. Culson perdió, incluso, la medalla de plata en beneficio del estadounidense Michael Tinsley.
La rusa Yuliya Zaripova, campeona mundial de 3.000 metros obstáculos, alargó su hegemonía a los Juegos Olímpicos rematando con un esprint impecable y su mejor marca (9:06.72) una carrera que encabezó del primero al último metro.
La medalla de plata fue para la tunecina Habiba Ghribi (9:08.37) y la de bronce para la etíope Sofia Assefa (9:09.84).
En la final de peso, la bielorrusa Nadezhda Ostapchuk pudo derrotar, al fin, a la neozelandesa Valerie Adams, que en los últimos cinco años la había vencido en todas las grandes ocasiones.
Ostapchuk lanzó la bola a 21,36 metros en el tercer turno, una distancia hoy inaccesible incluso para Adams, que se quedó en 20,70. Era su primera derrota en una gran competición desde los Mundiales de Helsinki 2005.