Pau Gasol y Rudy desarman a Australia en el tercer cuarto

Londres, As
Poco antes del descanso del Australia-España, segundo partido de la primera fase, Rudy Fernández se dio un coscorrón con el objetivo de la cámara de un fotógrafo. Pero antes había tenido tiempo y clarividencia para pensar y dejar esta sentencia, simple y demoledora, en un tiempo muerto de Scariolo con 32-34: “Hay que meterla dentro y ya está”. Scariolo lo miró algo atónito, pero no le reprochó la intomisión en su charla. Y España, que al descanso ganaba 32-37, hizo un parcial de 10-26 en el tercer cuarto cuando se entregó a los dos Gasol, líderes de esta selección, y a Rudy, felizmente iluminado por el golpe. Rudy, mucho más sin Navarro en la pista, es imprescindible. Así fue en Pekín. Y así rompió el partido y aseguró la segunda victoria de España en su grupo que hace buena la de China. Fácil, 70-82.

Scariolo lo definió de manera simpática en la previa. “Es una situación incómoda. Los veteranos necesitan más calentamiento por la mañana para quitarse el óxido de la noche”. Lo clavó. España, que mide sus esfuerzos con sabiduría, harta como está de títulos y partidos grandes en grandes competiciones, se quitó el óxido en la primera fase y jugó con los biorritmos a tope después del descanso.

Australia sólo costó en el primer cuarto. España, disminuida sin Navarro, pasó un mal rato. Australia, con energía todavía y Bates multiplicándose, terminó 19-14. Hubo alguna preocupación por el recuerdo de los amistosos en Granada y Málaga. España, con San Emeterio y Felipe como esforzados, atrapó pronto a los aussies y pegó un estirón (28-34) que sólo se corrigió por cierta relajación en defensa. El tiempo y la voz de Rudy liquidaron el partido antes incluso de que España descargase sobre Australia, que hace doce años (con Gaze o Heal) era un rival temible y ahora apenas es un sparring meritorio con tres o cuatro buenos jugadores (buena primera parte de Ingles), pero con un arsenal infinitamente inferior (los mejores tiempos de Nielsen e incluso de Andersen parecen haber pasado) al de España.

La exhibición del tercer cuarto, 10-26 de parcial, fue un golpe en la mesa. La asunción del reto de Durant (“estamos destinados a vernos en la final con España”). Fue una delicia ver jugar juntos a los Gasol. Un mérito indiscutible de Scariolo, empeñado durante años en conseguirlo hasta que cuadró el círculo en Lituania. Los Gasol, líderes, se coordinaron con Rudy. El último cuarto quedó para el show de Ibaka, que además de los fuegos artificiales del final debe tener una importancia capital en el torneo, cuando haya que apretarse atrás. El partido deja un hueco también para dos anónimos. San Emeterio le metió intensidad a España en el segundo cuarto y sobre Felipe se agotaron los calificativos hace tiempo.

Está muy bien España. Está segura. Tan segura que en los últimos minutos se dejó ir. Desapareció Pau de la pista y Australia asomó la cabeza (64-74). Lo que quiso España, que mira más a largo plazo. No es falta de humildad, esto es poco para España.


AUSTRALIA: Mills (11), Dellavedova (9), Ingles (12), Maric (-), Andersen (4) -cinco inicial-, Crawford (), Gibson (-), Newley (12), Barlow (2), Wortthington (5), Baynes (8) y Nielsen (7).

ESPAÑA: Calderón (4), Rudy Fernández (17), Llull (8), P. Gasol (20), M. Gasol (12) -cinco inicial-, Rodríguez (-), Reyes (7), Claver (-), San Emeterio (4), Ibaka (8) y Sada (2).

PARCIALES: 19-14, 13-23, 10-26 y 28-19.

ÁRBITROS: Jungebrand (Fin), Ryzhyk (Ucr) y Carrión (Pur). Eliminaron por faltas a Baynes, por Australia.

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