Otro tirador solitario aterroriza a EE UU
-Un estudiante de 24 años irrumpe en el estreno de la nueva película de Batman y mata a 12 personas
-La policía halla material inflamable y explosivo en la casa del agresor
David Alandete
Washington, El País
Con un casco, una máscara de gas y un chaleco antibalas, vestido como el villano de la última entrega de la saga fílmica de Batman, James Holmes, de 24 años, entró pasada la medianoche por la salida de emergencia de la sala 9 del cine Century 16, en la localidad de Aurora, en Colorado, armado hasta los dientes. Abrió dos botes de gas y, aprovechando la confusión y la humareda, descargó varias ráfagas de fusil al techo, a modo de advertencia. Luego se paseó por la sala, desde la pantalla hasta la última fila, disparó a 71 espectadores, y abatió a aquellos que intentaban huir de forma desesperada.
Murieron 12 personas, y otras 59 resultaron heridas de diversa consideración. Se trata de la mayor matanza en Estados Unidos desde la ocurrida en la universidad de Virginia Tech en 2007, en la que el estudiante Cho Seng Hui aniquiló a 32 personas. La masacre del instituto de Columbine, en la que dos alumnos asesinaron a 13 personas, ocurrió en 1999 a solo una treintena de kilómetros del cine donde en la madrugada del viernes se estrenaba, con mucha expectación, la última entrega de la serie Batman, con el título El caballero oscuro: la leyenda renace.
En muchas salas las entradas se habían agotado. Algunos de los seguidores más fieles del hombre murciélago habían acudido a los cines vestidos como sus héroes o villanos favoritos. Holmes -había comprado su entrada y dejó la puerta trasera abierta para poder entrar por ella más tarde- seguramente pasó desapercibido entre ese carnaval, con su máscara y su chaleco, un atuendo parecido al de Bane, el villano de la película. A los reunidos en la sala 9 de los cines de Aurora, lo del gas les pareció primero un espectáculo montado por los dueños del cine, mera publicidad. Pronto descubrirían que las balas que habían de seguir eran muy reales.
Durante los casi 15 minutos en que Holmes se paseó por la sala, mató a 10 personas. A algunas les apuntó con su fusil a la cara. En otros casos, disparó hacia la salida principal, donde se agolpaban algunos espectadores presas del caos y del pánico. Una de las balas atravesó la pared e hirió a una persona en la sala contigua. Algunos fallecidos eran soldados, según informó posteriormente el Pentágono. Los heridos fueron trasladados a seis hospitales; dos de ellos murieron cuando eran atendidos. Cuando la policía local de Aurora, que tiene su comisaría a tres manzanas del cine, llegó al lugar de los hechos, Holmes aún seguía apretando el gatillo.
Mientras los agentes trataban de tomar el cine, y gritaban a los espectadores que se tumbaran en el suelo, Holmes tuvo tiempo para salir al aparcamiento y dirigirse hacia su coche. Allí fue detenido sin oponer resistencia. La policía le requisó dos pistolas automáticas Glock, una escopeta Remington y un fusil AR-15, tres de ellas se encontraban en el coche del sospechoso, la otra fue hallada en la sala del cine. Todas las armas habían sido compradas de manera legal en los pasados meses en las tiendas Bass Pro Shops y Gander Mountain Guns.
En el momento del arresto, Holmes dijo a los agentes que su apartamento estaba lleno de explosivos. Según el jefe de policía de Aurora, Dan Oates, la vivienda estaba “repleta de trampas”, con artefactos que parecían “muy sofisticados, inflamables o explosivos”. Cinco edificios fueron desalojados. “Esto podría llevar días”, dijo Oates.
Una de las fallecidas es Jessica Redfield, una periodista deportiva que ya había sobrevivido a un tiroteo en Toronto (Canadá) en junio. Su hermano habló con un amigo de la joven que estaba en el cine y sobrevivió al tiroteo, y describió así el incidente en su blog: “Brent oyó gritar a Jessica y vio que le habían dado en la pierna. Brent le aplicó presión sobre la herida y trató de calmarla. En ese momento dieron a Brent en las piernas. Cuando aún atendía a Jessica, Brent se dio cuenta de que ya no gritaba. Dice que miró a Jessica y vio que tenía un orificio de entrada en la cabeza”.
En las otras salas de cine —la nueva entrega de Batman se proyectaba en cuatro, con aforo completo— se oyeron los disparos y las alarmas. Algunos espectadores no les dieron importancia, pensando que eran bromas o parte de la proyección. Cuando vieron a gente correr, se fijaron en el hombre armado, disparando en la sala de al lado. Las grabaciones efectuadas con teléfono móvil y colgadas en Internet muestran un caos de gente huyendo hacia la calle, mientras se oyen de fondo los tiros.
Ante el temor de que a Holmes le salieran imitadores, la policía de Nueva York decidió incrementar anoche la seguridad en los cines que proyectaran la película de Batman. El FBI dijo que considera la masacre “un asunto aislado”. “Tenemos una investigación abierta sobre un tirador, y estamos colaborando con la policía de Aurora. No hay indicaciones, tan pronto en la investigación, de que haya ninguna relación con el terrorismo”, dijo ese cuerpo de policía judicial en un comunicado.
-La policía halla material inflamable y explosivo en la casa del agresor
David Alandete
Washington, El País
Con un casco, una máscara de gas y un chaleco antibalas, vestido como el villano de la última entrega de la saga fílmica de Batman, James Holmes, de 24 años, entró pasada la medianoche por la salida de emergencia de la sala 9 del cine Century 16, en la localidad de Aurora, en Colorado, armado hasta los dientes. Abrió dos botes de gas y, aprovechando la confusión y la humareda, descargó varias ráfagas de fusil al techo, a modo de advertencia. Luego se paseó por la sala, desde la pantalla hasta la última fila, disparó a 71 espectadores, y abatió a aquellos que intentaban huir de forma desesperada.
Murieron 12 personas, y otras 59 resultaron heridas de diversa consideración. Se trata de la mayor matanza en Estados Unidos desde la ocurrida en la universidad de Virginia Tech en 2007, en la que el estudiante Cho Seng Hui aniquiló a 32 personas. La masacre del instituto de Columbine, en la que dos alumnos asesinaron a 13 personas, ocurrió en 1999 a solo una treintena de kilómetros del cine donde en la madrugada del viernes se estrenaba, con mucha expectación, la última entrega de la serie Batman, con el título El caballero oscuro: la leyenda renace.
En muchas salas las entradas se habían agotado. Algunos de los seguidores más fieles del hombre murciélago habían acudido a los cines vestidos como sus héroes o villanos favoritos. Holmes -había comprado su entrada y dejó la puerta trasera abierta para poder entrar por ella más tarde- seguramente pasó desapercibido entre ese carnaval, con su máscara y su chaleco, un atuendo parecido al de Bane, el villano de la película. A los reunidos en la sala 9 de los cines de Aurora, lo del gas les pareció primero un espectáculo montado por los dueños del cine, mera publicidad. Pronto descubrirían que las balas que habían de seguir eran muy reales.
Durante los casi 15 minutos en que Holmes se paseó por la sala, mató a 10 personas. A algunas les apuntó con su fusil a la cara. En otros casos, disparó hacia la salida principal, donde se agolpaban algunos espectadores presas del caos y del pánico. Una de las balas atravesó la pared e hirió a una persona en la sala contigua. Algunos fallecidos eran soldados, según informó posteriormente el Pentágono. Los heridos fueron trasladados a seis hospitales; dos de ellos murieron cuando eran atendidos. Cuando la policía local de Aurora, que tiene su comisaría a tres manzanas del cine, llegó al lugar de los hechos, Holmes aún seguía apretando el gatillo.
Mientras los agentes trataban de tomar el cine, y gritaban a los espectadores que se tumbaran en el suelo, Holmes tuvo tiempo para salir al aparcamiento y dirigirse hacia su coche. Allí fue detenido sin oponer resistencia. La policía le requisó dos pistolas automáticas Glock, una escopeta Remington y un fusil AR-15, tres de ellas se encontraban en el coche del sospechoso, la otra fue hallada en la sala del cine. Todas las armas habían sido compradas de manera legal en los pasados meses en las tiendas Bass Pro Shops y Gander Mountain Guns.
En el momento del arresto, Holmes dijo a los agentes que su apartamento estaba lleno de explosivos. Según el jefe de policía de Aurora, Dan Oates, la vivienda estaba “repleta de trampas”, con artefactos que parecían “muy sofisticados, inflamables o explosivos”. Cinco edificios fueron desalojados. “Esto podría llevar días”, dijo Oates.
Una de las fallecidas es Jessica Redfield, una periodista deportiva que ya había sobrevivido a un tiroteo en Toronto (Canadá) en junio. Su hermano habló con un amigo de la joven que estaba en el cine y sobrevivió al tiroteo, y describió así el incidente en su blog: “Brent oyó gritar a Jessica y vio que le habían dado en la pierna. Brent le aplicó presión sobre la herida y trató de calmarla. En ese momento dieron a Brent en las piernas. Cuando aún atendía a Jessica, Brent se dio cuenta de que ya no gritaba. Dice que miró a Jessica y vio que tenía un orificio de entrada en la cabeza”.
En las otras salas de cine —la nueva entrega de Batman se proyectaba en cuatro, con aforo completo— se oyeron los disparos y las alarmas. Algunos espectadores no les dieron importancia, pensando que eran bromas o parte de la proyección. Cuando vieron a gente correr, se fijaron en el hombre armado, disparando en la sala de al lado. Las grabaciones efectuadas con teléfono móvil y colgadas en Internet muestran un caos de gente huyendo hacia la calle, mientras se oyen de fondo los tiros.
Ante el temor de que a Holmes le salieran imitadores, la policía de Nueva York decidió incrementar anoche la seguridad en los cines que proyectaran la película de Batman. El FBI dijo que considera la masacre “un asunto aislado”. “Tenemos una investigación abierta sobre un tirador, y estamos colaborando con la policía de Aurora. No hay indicaciones, tan pronto en la investigación, de que haya ninguna relación con el terrorismo”, dijo ese cuerpo de policía judicial en un comunicado.