Obrador presenta sus pruebas del supuesto mercadeo de votos del PRI
-El líder de la izquierda entregará al Tribunal Electoral una lista de 4.891 operadores 'priistas'
-Según su versión, el partido de Peña Nieto les dio monederos electrónicos para captar votantes
Pablo de Llano
México, El País
Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a presentar pruebas del supuesto mercadeo de votos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), virtual ganador de las elecciones presidenciales del 1 de julio. En una rueda de prensa esta mañana en Ciudad de México, el líder de la coalición de izquierda Movimiento Progresista, segunda en las urnas, ha mostrado de nuevo sus armas para intentar que el Tribunal Electoral anule los comicios: unas tarjetas azules de la entidad financiera Monex que -según sus averigüaciones- el PRI habría comprado y distribuido a través de empresas fantasma y operadores a sueldo para comprar votos de los ciudadanos. Confiado en sus pruebas, ha invitado al virtual ganador de los comicios, Enrique Peña Nieto, a un cara a cara público en el que discutan sobre el supuesto fraude electoral e incluso de los bienes personales del candidato del PRI.
López Obrador trajo consigo un taco de folios en el que dijo que estaban los nombres de 4.891 vecinos del Estado de Tabasco que recibieron monederos para hacer "activismo y movilización" electoral, y pidió en público al Tribunal Electoral que le solicite a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores el detalle de toda la facturación de Monex en las semanas anteriores a las elecciones. Según el cálculo hipotético de López Obrador -que usa Tabasco como muestra representativa- en toda el territorio mexicano el PRI adquirió unas 260.000 tarjetas, con un gasto total de 1.000 millones de pesos (60 millones de euros). El PRI lo ha negado rotundamente y ha denunciado a la fiscalía por difamación al partido de López Obrador, el PRD, Partido de la Revolución Democrática, y al Partido Acción Nacional, PAN, que la semana pasada también acusó al PRI de desquilibrar el proceso electoral con gastos ocultos.
Más de tres semanas después de los comicios, México sigue envuelto en una guerra poselectoral de denuncias y desmentidos que seguramente no se zanjará hasta el 6 de septiembre, fecha en la que el Tribunal Electoral debe emitir un fallo sobre las acusaciones contra el PRI que el Movimiento Progresista ya le ha presentado formalmente, y a la que ahora añadirá la supuesta lista de mercaderes de voto tabasqueños presentada esta mañana por López Obrador, que no ha precisado el origen de esta revelación y ha dicho que no hará pública la identidad de los supuestos operadores del PRI por respeto a su intimidad.
López Obrador ha afirmado que de momento no ha asomado más que "la punta de la madeja" del fraude electoral del que acusa al PRI. "Han manejado más dinero del que imaginamos", ha dicho el político nacido en Tabasco, el estado de donde han salido sus últimas pruebas y en el que su partido superó al PRI el pasado 1 de julio, cita en la que también se eligieron nuevos gobernadores en siete estados mexicanos, incluida la capital, el Distrito Federal. López Obrador, que ha calificado al PRI de "pandilla de rufianes", ha dicho que está seguro de que el supuesto dinero oculto manejado por este partido ha provenido del lavado de capitales, aunque ha evadido la pregunta de un reportero sobre si ese dinero podría tener su origen en el narcotráfico.
El líder de la izquierda, que el 1 de julio logró un 31,59% de los votos, por debajo del 38,2% de Peña Nieto, también ha criticado al actual Gobierno de la República, dirigido por Felipe Calderón (PAN), que según sus palabras está escondiendo las ilegalidades del PRI: "Yo sostengo que ellos saben de que se trata, pero no sé por qué razón no dan a conocer lo que saben".
López Obrador ha reiterado su disposición a debatir en público con Peña Nieto. El martes el propio presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que no tendría problema en tratar públicamente la controversia del gasto electoral con el presidente del PRD, Jesús Zambrano. Sin embargo, López Obrador ha hablado esta mañana de un careo entre Peña Nieto y él en el que pueda preguntarle al priista sobre la supuesta compra de votos y sobre sus gastos personales. El candidato del PRD aludió sin concretar el pecado a los viajes del virtual presidente a Miami y la compra de su casa familiar en Ciudad de México.
El PRI, por su parte, contraataca con acusaciones al PRD. Coldwell ha anunciado que pedirán al Instituto Federal Electoral una investigación de los fondos de la campaña de López Obrador, al que le echan en cara el "manjero irregular" de 1.200 millones de pesos (72 millones de euros).
-Según su versión, el partido de Peña Nieto les dio monederos electrónicos para captar votantes
Pablo de Llano
México, El País
Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a presentar pruebas del supuesto mercadeo de votos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), virtual ganador de las elecciones presidenciales del 1 de julio. En una rueda de prensa esta mañana en Ciudad de México, el líder de la coalición de izquierda Movimiento Progresista, segunda en las urnas, ha mostrado de nuevo sus armas para intentar que el Tribunal Electoral anule los comicios: unas tarjetas azules de la entidad financiera Monex que -según sus averigüaciones- el PRI habría comprado y distribuido a través de empresas fantasma y operadores a sueldo para comprar votos de los ciudadanos. Confiado en sus pruebas, ha invitado al virtual ganador de los comicios, Enrique Peña Nieto, a un cara a cara público en el que discutan sobre el supuesto fraude electoral e incluso de los bienes personales del candidato del PRI.
López Obrador trajo consigo un taco de folios en el que dijo que estaban los nombres de 4.891 vecinos del Estado de Tabasco que recibieron monederos para hacer "activismo y movilización" electoral, y pidió en público al Tribunal Electoral que le solicite a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores el detalle de toda la facturación de Monex en las semanas anteriores a las elecciones. Según el cálculo hipotético de López Obrador -que usa Tabasco como muestra representativa- en toda el territorio mexicano el PRI adquirió unas 260.000 tarjetas, con un gasto total de 1.000 millones de pesos (60 millones de euros). El PRI lo ha negado rotundamente y ha denunciado a la fiscalía por difamación al partido de López Obrador, el PRD, Partido de la Revolución Democrática, y al Partido Acción Nacional, PAN, que la semana pasada también acusó al PRI de desquilibrar el proceso electoral con gastos ocultos.
Más de tres semanas después de los comicios, México sigue envuelto en una guerra poselectoral de denuncias y desmentidos que seguramente no se zanjará hasta el 6 de septiembre, fecha en la que el Tribunal Electoral debe emitir un fallo sobre las acusaciones contra el PRI que el Movimiento Progresista ya le ha presentado formalmente, y a la que ahora añadirá la supuesta lista de mercaderes de voto tabasqueños presentada esta mañana por López Obrador, que no ha precisado el origen de esta revelación y ha dicho que no hará pública la identidad de los supuestos operadores del PRI por respeto a su intimidad.
López Obrador ha afirmado que de momento no ha asomado más que "la punta de la madeja" del fraude electoral del que acusa al PRI. "Han manejado más dinero del que imaginamos", ha dicho el político nacido en Tabasco, el estado de donde han salido sus últimas pruebas y en el que su partido superó al PRI el pasado 1 de julio, cita en la que también se eligieron nuevos gobernadores en siete estados mexicanos, incluida la capital, el Distrito Federal. López Obrador, que ha calificado al PRI de "pandilla de rufianes", ha dicho que está seguro de que el supuesto dinero oculto manejado por este partido ha provenido del lavado de capitales, aunque ha evadido la pregunta de un reportero sobre si ese dinero podría tener su origen en el narcotráfico.
El líder de la izquierda, que el 1 de julio logró un 31,59% de los votos, por debajo del 38,2% de Peña Nieto, también ha criticado al actual Gobierno de la República, dirigido por Felipe Calderón (PAN), que según sus palabras está escondiendo las ilegalidades del PRI: "Yo sostengo que ellos saben de que se trata, pero no sé por qué razón no dan a conocer lo que saben".
López Obrador ha reiterado su disposición a debatir en público con Peña Nieto. El martes el propio presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que no tendría problema en tratar públicamente la controversia del gasto electoral con el presidente del PRD, Jesús Zambrano. Sin embargo, López Obrador ha hablado esta mañana de un careo entre Peña Nieto y él en el que pueda preguntarle al priista sobre la supuesta compra de votos y sobre sus gastos personales. El candidato del PRD aludió sin concretar el pecado a los viajes del virtual presidente a Miami y la compra de su casa familiar en Ciudad de México.
El PRI, por su parte, contraataca con acusaciones al PRD. Coldwell ha anunciado que pedirán al Instituto Federal Electoral una investigación de los fondos de la campaña de López Obrador, al que le echan en cara el "manjero irregular" de 1.200 millones de pesos (72 millones de euros).